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La tarde fría en Busan hacia buen contraste con el enojo de Park Baekhyun.

¿Qué pasaba? Pasaba que sus productos tanto de importación como exportación ya no eran aceptados por sus distribuidores, supermercados ni tiendas online.

La baja calidad en ellos era a causa de la ambición que en él se había formado luego de haber superado en calidad a Jeon Jackson y por la demanda creciente en sus negocios, la alza de dinero cada vez era más grande por lo que al hacer cuentas supo que invertía más en sus productos y no podía disfrutar sus bienes con su familia.

Luego de unos años las notorias demandas, reclamos, insultos e inconformidades por parte de sus socios iba aumentando.
No fue hasta el día de hoy que sus empleados lo habían abandonado, sus socios le habían dado la espalda, las tiendas cerraban sus puertas y sus distribuidores no querían saber nada de los contratos que tenían con él.

Estaba en la quiebra, estaba perdido.
No tenía nada más que su familia y amigos, un par de mansiones enormes, coches de colección y uno que otro rancho privado.

Lo tenía todo y a la vez nada puesto a que muchas veces su mujer le dijo que vendiera sus propiedades para tener dinero y comenzar de poco a poco a llegar nuevamente al éxito con sus productos.

Sin dinero, ¿Quien diablos pagaría sus facturas, rentas e impuestos? Y sin sus propiedades, ¿Qué dejaría de herencia a sus hijos?

Estaba hundido.

Sus hijos no trabajaban ya que él mismo se había propuesto a suplir cada una de sus necesidades y tenerlos lo más cómodo que pudieran estar.

Bastardo, ambicioso, codicioso y ridículo empresario más en la lista de exitosos pero imbéciles.

— Amor, no es tan malo. Podremos salir de ésta y de muchas –el suave beso que su esposa plantaba en sus labios lo había hecho relajarse al menos un rato y sonrió admirando su rostro.

Solo estaba él, su mujer y sus dos queridos hijos en el edificio de 50 plantas que... de un momento a otro empeñaría para cubrir sus gastos y deudas.

— Creo que empeñaré o venderé la compañía, es lo mejor —su motivación y optimismo eran grandes pero a la vez nulas, ¿quién querría comprar un edificio lleno de deudas con el gobierno y sus trabajadores?

Pero bien dicen que un hombre no funciona ni piensa bien sin su mano derecha; en este caso su mujer.

Los ojos de asombro por parte de Park Dahyun fueron notorios mientras negaba con su cabeza negándose rotundamente a la idea de su marido, ambos de sus hijos habían tomado asiento al mismo tiempo que escucharon al elevador abrirse.

No tenía seguridad por lo que al momento de escuchar los pasos de alguien aproximarse, los cuatro tuvieron un poco de miedo.

Baekhyun en la silla de su escritorio y su mujer tras ésta esperaban ansiosos para ver de quién se trataba, no era nada más y nada menos que el bastardo drogadicto esposo de su hija.

Bufó con suma frustración.

— Señor Park me he tomado la libertad de idear un plan que sé que le gustará.

— Habla —mientras sus facciones tensas se relajaban, el cuerpo de Soobin avanzaba hasta la silla frente al escritorio de su ex jefe y ahora suegro.

Sentándose en ella inhaló y exhaló fuertemente, tosiendo de manera exagerada haciendo que Park Rosé corriera a palmear la espalda de su esposo.

Cretino, esa era la palabra que Baekhyun tenía planeado decirle. Pero por respeto a su hija no lo hacía.

— Soobin deja de fumar e ingerir hierba, es suficiente. No quiero volverte a ver hacerlo en ninguna de mi propiedad. Vives en mi casa y se hará lo que yo diga, es por el bien de tus malditos pulmones y la reputación de mi familia. Si no aceptas mi condición, empieza de cero con Rosé, busca trabajo, lárgate de mi casa y compra la tuya.

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⏰ Última actualización: Oct 17, 2023 ⏰

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Juntos Por Contrato [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora