Kristal

87.2K 7.8K 477
                                    

¡¡Hola queridos lectores!! Luego de tanto tiempo se que muchos se preguntaban si volvería y les tengo noticias acerca de la continuidad de Unida que podrán leer al final del capitulo. Espero que disfruten!

No sabia que era lo que esperaba ver en la manada de William, pero no era esto.

Habíamos tomado el camino Norte saliendo del instituto, uno que sabía que se usaba cuando se quería ir a la ciudad, no que yo lo hubiera visto en persona puesto que jamás había tenido permitido salir del perímetro de la propiedad; ningún Delta podía.

Pero antes de poder llegar a ninguna ciudad, dimos vuelta a la derecha y comenzamos a conducir por una vacía carretera que se estiraba entre medio de amplios capos verdes. El sol ya estaba saliendo, levantándose en el cielo por encima de la carretera, tiñendo el asfalto y los campos de cultivo con su luz dorada.

William hablaba sin parar, sus manos gesticulando estoy y aquello tratando de hacer conversación y yo me aseguraba de asentir y sonreír en las partes adecuadas pero mi mente se había quedado en el instituto y en la joven rubia escondida entre los árboles.

Su rostro surcado por lágrimas había quedado grabado en mi retina y mientras miraba por la ventana al borroso paisaje sólo podía pensar en quien podría ser. ¿Quién era ese Lobo gris para ella? ¿Cómo sabía que estaba allí, acaso lo habría seguido, intentado detenerlo pero había llegado demasiado tarde? Parte de mi se sentía culpable por su muerte y otra gran parte se sentía culpable por esa culpa. Ese Lobo en su desesperación por conseguir dinero para su vicio había asesinado a un guardia, otro Lobo que simplemente había estado haciendo su trabajo protegiendo los restos del Instituto, cosa que no hubiera tenido que hacer de no haber sido por mi y mi familia.

Y ahora Ryan estaba de vuelta en Los Ángeles, lidiando con Dios sabía quién. La amenaza de los Dobrovsky de vuelta sobre él. Tanta muerte, tanto peligro... todo se relacionaba conmigo pero no tenía manera de detenerlo, de actuar y hacer algo al respecto.

Miro a mi alrededor, a los guardias y a William todos aquí por mi. Se suponía que yo era su Bolga, un título más alto incluso que un Alfa... y soy completamente inútil. Estos hombres aquí me tratan con respeto y dignidad, pero no me lo merezco. Ellos actúan así porque respetan mi poder, mi posición, pero ¿Qué significa eso cuando no puedo hacer nada? Una amenaza surge y Ryan tiene que desterrarme aquí porque incluso con todos sus hombres le sería una carga, soy débil, ignorante y sin ningún valor estratégico. ¿Qué se supone que deba hacer como Bolga? Recuerdo nuevamente a el Lobo tendido en el suelo luchando por respirar y yo no había hecho nada más que mirar. Observo mis manos , tan humanas aunque llenas de callos por el trabajo arduo. Manos que jamás se convirtieron en Lobo y, probablemente nunca lo harán.

Eres una carga. Susurraba una voz dentro de mí.

No tenía nada con que discutirle.

Mientras continuaba con mis deprimentes pensamientos el paisaje comenzó lentamente a cambiar; ya no estábamos rodeados por verde inmaculado a ambos lados sino que pequeñas casas campestres comenzaron a aparecer. Estaban dispuestas con gran distancia la una de la otra por lo que supuse que deberían de ser casas de gente rica, aquellas que se construyen un lugar en el medio de la nada para cuando quieren huir del ruido de la ciudad. Había una gran variedad, algunas eran más grandes que otras, unas tenían dos, incluso tres pisos mientras que otras eran simples. La mayoría tenían piscinas, eso sí. Estuvimos media hora así, observando las adorables casas rústicas cuando por fin pregunto.

—¿Falta mucho para llegar a tu propiedad?

William mira por la ventana y luego sonríe.

—Esta es mi propiedad. Hemos entrado hace ya cuarenta minutos.

Lo miro confundida y luego a los guardias antes de volver a posar mi vista en el paisaje de casas ampliamente distribuidas que se presenta ante mi.

—Pero es...

—¿Muy simple?

—¡Gigante!— Comienzo a reírme,— no tenía idea que una propiedad semejante existía tan cerca nuestro. ¿Cuántos Lobos viven aquí?

William ríe también, complacido.- Ciento cuarenta y tres, solíamos ser ciento dieciocho pero al albergar a las personas de Rogers luego del ataque nuestro número creció.

Cierto. La sonrisa se borra lentamente de mi rostro, luego del ataque ocurrido en el Instituto aquellos que sobrevivieron huyeron a las tierras de William. Había visto los archivos, sabía sus nombres y estaba dolorosamente consciente de la ausencia del de Jason. Pero ahora nos dirigíamos allí y estas personas iban a verme.

—Supuse que serían más, — emendé luego de haber quedado callada de forma tan abrupta— en lo de Rogers el número era el doble pero el espacio debía de ser un cuarto de esta propiedad.

—Mantenernos en espacios reducidos no es la mejor opción,—explicó William— como te puedes imaginar un Lobo necesita libertad para correr y disfrutar pero también para ser nosotros mismos. La distancia entre las construcciones nos permite más privacidad de lo que jamás podría darnos algo como el Instituto en que tú viviste.

Tuve que asentir. Sabía muy bien que en el instituto y a pesar de los intentos para lograr aislación, los olores y los sonidos eran más que evidentes para nuestros sentidos afinados. Era difícil mantener secretos al respecto.

Noto a la camioneta disminuir velocidad al acercarnos a lo que parece ser un edificio más administrativo. Este no tiene el encanto campestre de las otras casas, es una construcción de piedra gris y líneas rectas. Mis ojos comenzaron a buscar furtivamente los rostros que veía allí, tratando de identificar a alguno. En cuanto el vehículo se detuvo supe que la emoción que me asaltaba era vergüenza.

¿Si alguien de la manada de Rogers me viera aquí, que diría? ¿Me creerían una traidora? O peor, creerían que estoy aquí como sirviente de nuevo. Ese pensamiento es el que me paraliza. Estas personas han estado aquí por semanas, si alguno de los hombres de William me ha mencionado, si han hablado de mi porque sabían que yo vivía con ellos ¿Qué habrán dicho?

Las palabras burlonas de las decenas de Lobos del instituto me vienen de golpe a la mente y respirar es lo único que puedo hacer para no desmoronarme.

Lo hecho ya está. No puedes controlar lo que dicen otras personas pero si lo que haces ahora, en este momento.

No debía demostrar el miedo que sentía. La humillación, Ryan no lo querría por lo que levanto los hombros y con una mirada segura bajo de la camioneta.

Pero no estaba preparada para lo que veo allí. Abriéndome la puerta está un hombre sonriente que no creí que vería jamás, alguien que creí que estaba muerto.

-Un gusto verte de nuevo, Kristal.


Hola gente!!! ¿Como han estado tanto tiempo? ¿Hay alguien leyendo? *suenan los grillos* Jajajaaj

Les contaré entonces las noticias que les había dicho. Básicamente tengo una mala noticia y una buena, ¿quieren saberlas? Comenzaré con las malas.

Las malas noticias son que, luego de mucha deliberación y planeación, he decido dejar de escribir Unida al Alpha. Si, ya sé lo que piensan (mentira, no tengo idea). Pero bueno pasando a las buenas noticias, el hecho por el cual he dejado de escribir Unida es... porque ya la he terminado!!!!

Así es gente! El borrador ya está completo, por lo que tan sólo me falta editarlo. ¿Saben que es lo que significa? ¡VUELVEN LAS ACTUALIZACIONES DIARIAS!

¡Así es señoras y señores, lectoras y lectores! Actualizaré todos los días un capitulo hasta terminar la historia, así que agárrense de sus asientos y prepárense para la conclusión de esta duología!

(Debo aclarar porque hay algunas personas que me lo han preguntado y es que no habrá tercera parte).

Unida al AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora