One - Shots Harry Potter

Malfoy y Lestrange (2/3)

Como él

Con un rápido movimiento de varita, TN abrió la puerta de su habitación. Miro a los ojos de la que era su progenitora y tras un bufido, ordenó —Ya hiciste tu análisis, ahora vete.

La risa de la mujer se vio silenciada, por la fuerte voz de Lucius Malfoy —Ya la escuchaste Bellatrix.

—¿Qué pasa Lucius? No deberías arruinar el reencuentro ¿Tienes miedo de que lastime su linda carita? —respondió con burla la mencionada, mientras se acercaba al encuentro con el platinado.

—No permitiré que amenaces a mis hijos en mi casa. No olvides que debes esconderte, nunca se sabe cuándo puedan aparecer los aurores y tu aventura fuera de Azkaban pueda terminar.

TN no pudo evitar dirigirle una sonrisa a su padre.

Cuando la mujer se retiró, se escuchó con claridad la voz de Narcisa —¿Qué le dijiste a mi hija, Bella?

—¿Tu hija, Cissy? ¡No recuerdo que tuvieras una!

Antes que la chica pensará en intervenir, la mano de Lucius Malfoy se colocó firmemente en su brazo, seguido por un —Es momento de que nosotros hablemos. Vamos a mi despacho.

Mientras que su padre se servía un vaso de whiskey de fuego, previó a la conversación, la cabeza de joven no pudo evitar pensar en el hombre que había visto en la entrada del estudió, el mismo Rodolphus Lestrange.

Con una seria mirada, Lucius gruñó —Espiaste a tu madre y te fuiste de casa.

—Sé que no debería decir esto, pero en mi defensa, mamá no me descubrió.

—¿Qué pretendías escuchar?

—Tenía curiosidad sobre como harían el escape de Azkaban, créeme hubiera preferido no estar ahí.

—Pretendía que tengamos esa conversación hoy.

—¿Cuál era exactamente tu plan, papá? Ponerme frente a ellos y solo decirlo o esperar a que la loca de Bellatrix me lo grite en la cara mientras me apuntaba con su varita —respondió una alterada TN.

—Ahora no podremos saber qué hubiera pasado.

—¡¿Por qué recién ahora?! ¡Tuvieron 14 años para decirme que no era su hija!

La mirada del platinado se ensombreció —¿Acaso no soy tu padre?

El tono de TN cambio y con pena admitió—Lo eres, sabes lo que quiero decir — pero al no escuchar respuesta, agregó —No debí decir eso, lo lamento. Se que me espera un discurso y un castigo, pero antes hay algo que necesito saber.

—Te escucho.

—Toda mi vida me enseñaste la importancia del estatus de sangre y de ser una Malfoy. Me repetiste millones de veces que eso me hacía alguien superior y que era un apellido que indicaba respeto en nuestro mundo. Entiendo los motivos de mamá, yo era solo un bebé y era su sobrina, pero no entiendo los tuyos. Pudieron criarme como mis tutores, en cambió tú, probablemente el hombre más orgulloso de la pureza de su sangre, decidió ponerle su valioso apellido a su sobrina.

—¿Debería tener una razón?

—Estoy completamente segura de que la tienes y necesito escucharla así vaya me gustarme la respuesta o no. Ya ni siquiera sé si puedo considerarme una Malfoy.

El platinado colocó sus manos en los hombros de la joven —¿No te ha quedo claro todas las veces que lo he repetido? Eres una Malfoy y eres mi hija.

—Sigues sin responderme ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me hiciste una Malfoy?

—Yo no te hice una Malfoy, ya lo eras. Había algo en ti, eras solo un bebé y ya en tus ojos había un brillo de magia. No pidas más explicaciones porque no existen, fuiste tú la que de alguna manera nos elegiste a nosotros. Aunque las situaciones hubieran sido diferentes, no creo que te hubiéramos entregado a los Lestrange con tanta facilidad.