-¿Qué sucede?- entra un hombre de blanco- Señorita retírese- le pide con gentileza y ella solo lo hace. El hombre de blanco me checa el ha de ser el médico, pone una luz en mis ojos, consulta las pantallas que se encuentra a mi lado.

Veo como presiona un botón y minutos después más personas vestidas de blanco entran. Veo a la chica que hasta hace unos minutos rogaba a aquel hombre no la sacara, salir sin protestar. Ambos son sacados de la habitación. Entre doctores y enfermeras me revisan, me hacen preguntas y yo solo me limito a contestar si o no.

-Me podría decir su nombre completo-

-¿Perdón?-

-Su nombre completo-

-Mi nombre... mi nombre...-

-¿Joven?-

-No lo recuerdo-

-¿Su edad?- niego – ¿dónde vives?- vuelvo a negar- Doctor-

-Diga señorita-

-El joven no recuerda su nombre, edad o donde vive- el doctor solo esta expectante. No dice más y siguen con sus movimientos, veo que se reúnen y hablan entre ellos, parecen algo preocupados.

-Pasa algo- digo llamando la atención de todos

-No Joven descanse- me indica para luego salir de la habitación.

Trato de pensar de concentrarme que paso, que hago aquí, pero las voces exteriores no dejan, hasta el momento son simples susurros lo que logro percatarme, alguien llorando mientras que otra persona maldice. Después no se oye nada. Mis ojos pesan, pero temo cerrarlos y no poder abrirlos de nuevo, pero no logro el cometido.

El cálido sol

La brisa el mar

El olor a flores silvestres

Todo cambia, ahora veo campos con flores y árboles, el sol ocultándose en el horizonte y una mujer, de cabellera castaña hasta la cintura, su cabello es ondeado por la suave brisa.

-Hola- la mujer se voltea, no distingo su rostro, me acerco a ella, pero se aleja, trato de acercarme más y sigue alejándose, corro para alcanzarla pero desaparece en la oscuridad dejándome perdido.

-Ismael- escucho un llamado

-Ismael- nuevamente, un punto blanco se abre paso en la oscuridad

-Ismael- sigo la delicada voz que habla, no se a quien llama, pero camino hasta la luz que logro ver, al acercarme se va haciendo más grande y más grande, hasta...

-Esto es tu culpa- escucho que dice una voz grave

-No quería que pasara esto- un sollozo lleno de dolor sale de una joven frente a mi cama. Su rostro cubierto por sus manos tratando de ocultar el llanto ante el hombre frente a ella, que la mira con el más puro rincón e indiferencia.

-Quiero que te largues de aquí-

-No me pida eso...-

-¿Quiénes son?- pregunto con una voz que creo apenas audible, pero ellos voltean a verme sorprendidos.

-Despertaste. El doctor dice que debes descansar- me dice el hombre

-¿Quiénes son?- Regreso a la pregunta original.

-En serio no me reconoces- se señala el hombre. Niego y parece decepcionado- soy tu padre y tú eres Ismael Harrison-

-No debería presionarlo-

-Guarda silencio Anastasia. Ahora lárgate no tienes nada que hacer aquí- le dice de forma brusca.

-Anastasia- ellos me miran – Tú eras la que estuvo aquí todo el tiempo ¿verdad?- ella asiente- gracias por cuidarme.- niega, parece decaída

-Me retiro-

-Espera- detengo su marcha, se gira y puedo ver perfectamente sus ojos cafés, le hago una seña para que se acerque y ella solo mira al hombre que se ha proclamado como mi padre, quien le asiente dando su aprobación.

Al tenerla cerca puedo percibir el aroma a prados y flores silvestres.

-Podrías decir mi nombre- necesito confirmar algo.

-Ismael- esa voz, el tono, la sutiliza y la suavidad con la que lo dice.

-De nuevo, por favor-

-Ismael- sonríe. Dios, es la misma voz de mi sueño. Que es todo esto.- ¿estás bien?- un dolor agudo en mi cabeza me hace recostarme de nuevo.

De repente escucho al hombre como grita con urgencia por un médico y escucho como entran y veo como me rodean, el dolor es insoportable. Después siento como algo entra en mi brazo y todo mi cuerpo se comienza a sentir pesado, mis parpados se cierran y el dolor desaparece poco a poco. Cuando uno duerme el tiempo es irrelevante, no hay noción de cuento ha pasado y al parecer los médicos así lo quieren. Pero quiero saber que pasa...

-Ay Ismael, si no me hubieras conocido, todo esto no te estaría pasando- una sutil caricia en mi mano me relaja – No quería que esto pasara. No quería que esto terminara de esta forma- una sensación húmeda sobre el dorso de mi mano, es suave.- Pero ahora que estas así, creo que lo mejor es que no recuerdes, no me recuerdes-

-Anastasia- pienso, pero al parecer mis palabras se materializan en el exterior.

-¿Si?- contesta – Ya me estoy volviendo loca- su mano me suelta.

-Anastasia- percibo ese aroma a prados y flores

-Aquí estoy Ismael. Duerme- y lo hago, es como si el saber que ella está ahí me calmara, pero ¿Por qué?

AMNESIA.  (COMPLETA): SAGA ATRACCIONES PELIGROSASWhere stories live. Discover now