Sabiendo como son mis mejores amigos, no se porqué razón no vine debidamente preparada. Los sábados son las únicas noches que los chicos tienen para poder disfrutar entre ellos. Yo había cesado de esas noches hacen meses atrás, pues mi trabajo no me permitía, ni tan siquiera, tener algún fin de semana completo para disfrutar.
En lo que una vez fue mi habitación, busqué entre la ropa que había dejado, unas porque no me servían, otras por el hecho de dejar algo en caso de emergencia y otras por que me recordaban a lo que una vez fui o más bien, a quien realmente soy.
Entre ellas pude encontrar una camisa blanca decente y unos jeans negros un poco rasgados, encontré una de las botas que más me encantaban, me las había regalado Youngjae al momento de llegar a Seúl, así que la nostalgia me atacó y decidí ponérmelas. De por sí ya me veía como la vieja Soojin, la que vivía arriesgada y sin miedo, la que vivía con tanto odio, la que cumplía al pie de la letra las instrucciones y el legado de su padre.
Me miré al espejo y respiré profundo al verme, me sentía tan cómoda en este tipo de ropa, como si reflejara lo que realmente era. El tener que andar con faldas y trajes ya me estaba dando dolor de cabeza, tener que fingir ser tan pura e inocente ya me estaba cansando, pero me había hecho una promesa a mi misma y era no volver a caer, me recordaba una y otra vez que tenía que cambiar, que habría otro futuro para mi.
–¡Woah! Soo, me estás dando nostalgia.– gritó Jackson una vez salí de mi habitación. Traté de ignorar su comentario, y cuando continué mi camino fui interrumpida por una prenda de ropa caer en mi rostro.
–¿DÓNDE LA CONSEGUISTE?– exclamé tan pronto retiré la pieza de mi rostro y la analicé.
–Eso no tiene importancia. Va con tu atuendo...va contigo. – dijo Youngjae mientras abría la nevera buscando una lata de cerveza para comenzar su noche.
Sonreí y la miré con tanta emoción que no dude ni dos veces en ir a mi habitación para ver si me quedaba.
Era una chaqueta negra en cuero, con unos detalles en oro y unas pullas pequeñas en el cuello, era casi una copia exacta de la chaqueta con la cual siempre andaba, me la había regalado papá uno de mis cumpleaños y no salía de casa sin ella.
La había perdido, o más bien, me la habían estropeado. En uno de nuestros encargos, antes de mudarnos a Seúl, nos habíamos encontrado con Mark, para éste tiempo ya nos habíamos comenzado a sospechar de su venganza, se había comenzando a distanciar de nosotros y quería estropearnos el plan.
Estábamos dentro de un bar, y los hombres con los cuales nos íbamos a encontrar comenzaron a pensar que estábamos intentando hacer algún tipo de emboscada, pues en ningún momento habíamos mencionado que Mark vendría.
Para resumir, Youngjae y Jackson tuvieron que pelear con los hombres y Mark tan solo se quedó observando todo como si fuera algún tipo de entretenimiento mientras me aguantaba para no interferir. En medio del forcejeo logré escapar de su agarre y comencé a pelear con él, claro, Mark sabía que ponerme un dedo encima era sinónimo de terminar su vida por completo, así que prácticamente esquivaba cada movimiento.
Tomé una de las botellas que habían encima de la barra y le lancé todo el contenido para luego lanzársela en la cabeza. Éste acto causó tanta rabia en él que decidió golpearme, luego de haberlo hecho se arrepintió de inmediato, pidió disculpas e intentó abrazarme. Mientras me movía de lado a lado para largarme de allí y poder ayudar a mis amigos, jaló tanto de mi chaqueta que la rompió.
Recuerdo no haberle dado tanta importancia, pues en ese momento mi prioridad eran Jackson y Youngjae, así que olvidé que andaba con ella. Pero no dejaba de dolerme el hecho de haber perdido una de las últimas prendas que me compró mi padre, él mismo, sin encargarle a nadie para hacerlo y todo por que decía que reflejaba todo lo que era, decía que esa chaqueta le recordaba a mamá y de cuánto ella y yo nos parecíamos.
Mi padre puede ser un hombre seco, frío y un completo hijo de puta, un ser sin corazón a la hora de hacer sus encargos y a quien no le temblaban los dedos para halar el gatillo y terminar una vida; pero mi padre, conmigo y mi madre, era otra persona completamente distinta. Hacía todo por verme feliz, y siempre intentaba protegerme de todo. Por eso entiendo por qué hizo lo que hizo, por qué me crió a ser tan fría como él, a no tenerle miedo a nada ni a nadie, a no dudar dos veces en proteger a la familia y dejar tirado a quien no merecía perdón.
Mi papá tenía un concepto de protección un poco distorsionado, pero entendía el por qué lo había hecho así. Mi padre siempre me recordaba que no estaría ahí siempre, que habría algún momento en el cual él no estaría para defenderme, y es por eso que yo debía hacerlo por mi misma y por mi familia.
Y cuando ése momento llegó, lo entendí todo. Aún así, él quiso hacer su último acto de protección y me envió a Seúl con Jackson y Youngjae; luego de ahí, nos tocaba a nosotros llevar el legado por el cual tanto sufrimos, por el cual nuestros padres se forzaron. Y sí, quizás no sea un futuro claro, ni puro, ni perfecto, pero es el futuro al cual siempre estuvimos destinados.
–Ahora sí, nuestra Soojin está aquí.– dijo Youngjae mientras salía de la habitación con una sonrisa de oreja a oreja.
Youngjae y Jackson se encargaban de recordarme quién era, quién fui, y quién siempre sería. Me repetían una y otra vez que no me debía avergonzar de donde venía, que no había nada malo con ser la hija de Sr.Bang, la heredera del negocio, la fría hija de puta que mi padre crió. Y era en momentos como estos que recordaba todo lo que estaba destinado para mí, era junto a ellos que recordaba que tenía un legado el cual debía honrar, un padre a quien rendir orgullo.
Me sentía con tanta autoridad, tan segura de mí misma, algo que hacía tiempo no sentía. No puedo negar, que odiaba con todas mis fuerzas sentirme inferior a los demás sabiendo que podía destrozar sus vidas y sus carreras en tan sólo segundos. El tener que fingir ser una niña buena e indefensa, sabiendo que era todo lo contrario.
Tomé mis pertenencias más importantes, mi celular y mi cartera y tomé un sorbo de la cerveza de Youngjae, ambos me miraron sonrientes, sabiendo a la perfección como me estaba sintiendo en este momento.
–¡Que comience la noche!– gritó Jackson mientras recostaba sus brazos de nuestros hombros.
La noche prometía, y estaba dispuesta a recibir todo lo que tenía para mí.
🌸🌸🌸🌸🌸🌸
[1/3]
Amores mioooos
Este capítulo es corto
Pero tendremos esta noche un pequeño maratón!!!
Éste capítulo es más bien para que entiendan el struggle mental de Soojin, todo lo qué pasa por su mente y por la lucha mental que tiene con ella misma.
También les ofrecí un pequeño back story de la relación entre ella y su padre.
Déjenme saber si les va gustando!
Gracias por leerme, en serio me ponen tan feliz saber que, aunque no son much@s me leen!!
Gracias siempre!
Con amor 💕
ВЫ ЧИТАЕТЕ
Noona ➵ Im Jaebum
Фанфикшн-No necesito nada de nadie, y mucho menos de ti - dije con el pecho agitado mientras él se acercaba aún más y más a mí. - Ahí es donde te equivocas, yo soy todo lo que necesitas... -y sin esperar más me tomó por la cintura y me besó, como si el mund...
