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Un paso a la vez, sin prisa por llegar a su destino, tomándose el tiempo para cruzar la cuadra, dedicándose miradas fugaces mientras avanzaban, sin prestarle atención a lo que les rodeaba.

Caminaban uno al lado del otro, sin emitir palabra alguna, sólo disfrutando del agradable ambiente silencioso.

¿Cuándo fue la ultima vez que disfrutó así del silencio? Sintiendo como el tiempo se ralentiza con cada nuevo paso, con cada inhalación y exhalación, con cada nueva brisa que acariciaba su rostro, estando al total pendiente de la persona que lo acompañaba, de su semblante relajado, del movimiento de su bufanda color canela, de como su cabello rubio salvaje se revolvía al compás del viento.

Sin siquiera mirarle podía saber tanto, sólo escuchando su respiración, sintiendo su inusual calor corporal que le permitía estar expuesto al frío con una camisa verde oliva mal abotonada cubriendo su cuerpo... Podía saber tanto y no entendía como eso era posible...

Ah... ¿Qué era esa sensación tan placentera y relajante, pero al mismo tiempo tan extraña y nueva para él? Podía sentir como si en el mundo solo existieran ellos y nadie más...

Adam... — Una voz suave, un poco aguda y rasposa llegó a sus oídos, junto a un delicado agarré por sus pequeñas manos que se sujetaron a las mangas de su chaqueta — ¿Puedo tomar tú mano...? — Preguntó con sus mejillas tiernamente sonrojadas.

Su pregunta lo exaltó ligeramente, haciéndole recordar que Tweek y Craig siempre iban tomados de la mano a donde quiera que fuesen, se sujetaban el uno al otro como si tuviesen miedo de separarse.

No había razón para cumplir su acostumbrado capricho, no era necesario copiar todo lo que él había visto en ellos, y aun así, como si su cuerpo se lo estuviese exigiendo, sacó su mano del bolsillo de su pantalón para tomar la de Tweek.

Como quieras... — Musitó apartando su mirada hasta un costado y, aun tras su inexpresivo rostro se podía distinguir un ligero rubor que pintaba sus orejas tapadas por la capucha de su chaqueta.

¿Qué era aquello? Ese sentimiento tan enrevesado que golpeaba su pecho y calentaba su corazón, lo hacía sentir avergonzado, nervioso e increíblemente feliz... ¿Un sentimiento así existía dentro de él...? Al parecer si... Y eso lo tenía desconcertado.

Creía que había extinguido cada una de esas emociones, o que por lo menos las hubiera enterrado en lo mas recóndito de su corazón, pero ahora salían a flote tan fácilmente, brotaban sin control impidiendo su capacidad para poder razonar y tomar decisiones propias.

Tal parece que su poder no sólo afectaba a otros...

Hey... Tweek... — Le llamó cuando ya estaban cruzando el parque que estaba al lado del ayuntamiento.

¿Sucede algo? — Cuestionó tras sentir frenado su caminar.

¿Quieres... — Se calló un momento al ver a una mujer acercándose a donde estaban ellos y pasarlos de largo, inconscientemente dejaba de hablar al ver a otras personas cerca suyo — ¿Quieres... Saltarte las clases... E ir a algún otro lado?

¿En qué estaba pensado? Soltar semejante propuesta de la nada, era obvio que Tweek se reusaría, no existía la posibilidad de que ambos pudiesen estar por ahí sin hacer nada mas que disfrutar la compañía del otro, pero, había algo que se lo pedía, el querer estar a solas con el rubio, además, aun faltaban un par de cuadras para llegar a la secundaria y con la velocidad a la que estaban caminando de seguro llegarían para la hora de almuerzo, con eso en mente era mas lógico faltar a clases ¿no?

E... Eso... — Tweek comenzaba a hablar, ganándose su atención y pudiéndole mostrar su rostro horrorizado — ¡Eso es imposible! ¿¡Qué pasa si morimos por no ir a clases!? — Con su mano libre estiraba con fuerza su camisa — ¡A-Aún si no morimos en el intento mis padres me matarán por no ir! ¡AGH, podría atacarnos un animal salvaje!

Fragmentado (South Park)Where stories live. Discover now