Capítulo 24

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Capítulo 24

Mientras salía del baño otra de las grandes preocupaciones que me invadió fue cómo decirle a mis padres que su única hija había fallecido. Recosté la cabeza contra una pared y cerré los ojos tratando de imaginarme la mejor manera de decírselo.
Para empezar no creo que se crean nada. ¿Gente muerta que habita la casa? Sonaba absurdo, más era real... para mi desgracia.

Al final decidí que por el momento fingiría que nada ha pasado. Los problemas de uno en uno.

Lo primero ahora era descubrir al hijo de puta que me asesinó. A lo largo del día fui preguntando a la gran mayoría de huéspedes, sin encontrar evidencia. Algunos sabían algo pero según ellos era más divertido no decir nada.

Al final acabé sabiendo lo mismo que cuando empecé a preguntar.

— Hola.– Violet se sentó al lado mío en la cima de las escaleras.

— ¿Vienes a hacerte la misteriosa como siempre?– la pregunté cansada.– Nadie me quiere decir nada y ya no sé a quién preguntar.– Violet me miró con indiferencia.

— Podrías pedirle ayuda a Tate, con tal de que lo perdones hará cualquier cosa.– me regaló una pequeña sonrisa.

— Gracias.– como había aprendido pensé en Tate y al momento fui teletransportada al sótano.– ¿Tate?

— _______, ¿qué haces aquí?– escuché su voz entre la oscuridad.

— Te estaba buscando...– de repente un olor putrefacto me invadió las fosas nasales.– ¡Dios! ¿Hace cuánto que no te lavas?– me tapé la boca y nariz con la manga de la camiseta para tratar de no respirar aquella peste.

— Yo también estaba apunto de ir a por tí.– dijo serio y esquivando mi comentario.– Prométeme que no vas a enloquecer.– me extendió la mano para que fuera con él, la tomé y lo seguí.

— Te lo prometo.

En una de las paredes del sótano, casi oculta por cajas y demás objetos abandonados, había un agujero. Tate se alejó un momento para buscar algo con lo que iluminar la zona. Sentí un escalofrío, no me gustaba estar en medio de la oscuridad, donde apenas podía ver nada y sabiendo que estaba rodeada de seres no muy amigables. Me abracé con mi brazo libre el torso, para darme una falsa sensación de seguridad.

Di unos pasos hacia aquel rinconcito y noté cómo el olor se intensificaba. Como de fondo se escuchaba el zumbido de muchas moscas.
Me mordí el labio inferior dándome cuenta de qué podía ser lo que se ocultaba ahí. Si todavía me latiera el corazón juraría que se me habría parado.

— Tate...

Él volvió a acercarse a mí sujetando lo que parecía una lámpara y dándola golpes suaves para ver si funcionaba.

— Dime que no es lo que creo que es...

Y justo en ese instante la linterna decidió responderme iluminando el lugar. Nos agachamos un poco y apuntamos a aquel agujero. Al ver lo que había dentro la bilis se me vino a la boca.

Era mi cuerpo, más pálido, rodeado de moscas. Algunas partes de mi piel estaban carcomidas y con gusanos saliendo de ellas.

Tate me sujeto del hombro y tiró de él para que mi cuerpo descansara en su torso. Sentí como mis ganas de vomitar aumentaban y casi sin darme cuenta estaba echándolo todo.
Tate cambió su mano de mi hombro al pelo, me lo retiró para que no acabara ensuciándolo.

Cuando terminé no tenía fuerzas para moverme, estaba paralizada y débil. Él metió las manos entre mis brazos tratando de ponerme en pie, mis piernas eran mantequilla y pareció notarlo.

— Rodéame el cuello con tus brazos.– ordenó e hice lo que dijo.– Muy bien, mi reina. Ahora te voy a levantar, ¿vale?– se inclinó un poco y con una mano firmemente sujeta a mi espalda pasó la otra por detrás de mis rodillas.
Me llevó hasta mi habitación y con mucho cuidado me dejó en la cama.

Sentí como sus dedos pasaban por debajo de mi camiseta tratando de quitármela.

— ¿Qué demonios haces?– grité alarmada.

— La vomitaste entera. Tranquila, no voy a hacerte nada.– lo miré a los ojos y le dejé hacer lo suyo. No fueron ni cinco segundos que ya tenía otra puesta. Me puso un mechón detrás de la oreja.– Será mejor que duermas un rato, necesitas calmarte después de ver eso.– su voz sonaba más suave de lo usual. Hizo el amago de irse.

— Tate...no te vayas.– le sujeté de su camisa de cuadros, él se giró sorprendido.– Ahora es cuándo más te necesito, por favor.– supliqué.

Él dudó unos minutos, confuso por mi petición. Hice sitio en la cama para alentarle a recostarse ahí. Tate con cuidado se hundió a mi lado.
Casi como si tuviera miedo pasó un brazo por encima de mi cintura, agarré su mano con la mía y entrelacé nuestros dedos. Él soltó un suspiro tembloroso, aliviado, se acercó más a mí y pegó su frente a mi nuca.

— Gracias.– musité rompiendo aquel silencio.

— Todo lo que mi reina pida se lo concederé.– susurró de vuelta y nos envolvimos de nuevo en aquella afonía tranquila y agradable. Una sonrisa se me escapó, todavía recordaba la primera vez que me había llamado así.

Traté de dormir pero no fui capaz, mi cabeza estaba cada vez más saturada con preguntas. Lo único que había averiguado es que el asesino no tenía ningún miedo de que encontrarán mi cuerpo y de que llevaba muerta más de lo que pensaba al ver la fase de descomposición en la que estaba mi cuerpo.

¿Quién podría haber sido?

Me giré para ver a un Tate profundamente dormido. Pasé un brazo alrededor de su cuerpo como él y, de manera inconsciente, él me apretó más contra su torso.
Sonreí y descansé mi cabeza en su cuello.
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Lo de siempre, actualizo cada año😂🙇
Espero que os gustara y lo siento por los errores que tenga, no lo revisé, quiero subirlo cuanto antes.

Que sepáis que este CAP está hoy listo gracias a dos cosas, la primera al estreno dentro de nada de la nueva temporada de Ahs(me muerooo con los trailers) y la segunda a una lectora muy maja que me habló por priv pidiendo que actualice😂😋

Aviso que a este fanfic le quedan tres/cuatro capítulos 💃
Trataré de subir cap mientras veo la nueva temporada 😊

[Entre los límites] Tate y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora