Save Me-Xxxtentacion

El encuentro.

Mi nombre es Maggie Tyler, tengo 18 años y soy de Plantation, Florida.
Vivo con mis papás John Tyler empresario conocido y Janice Murray, soy hija única y estoy estudiando para ser una Fotógrafa Profesional.

— Mamá, ¿has visto mi Tablet? No la encuentro por ningún lado —exclame frustadra mientras me tiraba en el sillón. Tenía sin mentir como media hora buscándola y nomás no aparecía.

— Siempre es lo mismo contigo — dijo rodando los ojos — parece que la vi en el estudio de tu papá.

— Y, ¿que está haciendo ahí?

— Has memoria — dijo mamá y me dejó sola.

Después de algunos segundos de pensar porque estaría ahí recordé que ayer fui a mostrarle unas cosas para mi cumpleaños, después nos llamaron para comer y ahí se quedó.

— ¡Mamá! — le grite y ella salió de su habitación.

— ¿Y ahora que? — pregunto divertida.

— Te iba a avisar que voy a salir iré a ver a Tamara — le dije y ella asintió.

— Le diré a el chófer que prepare el auto...

— No mamá, quiero ir caminando.

— ¿Segura?

— Segura, no esta tan lejos — le sonreí — no me esperen para comer, llegaré tarde.

— Está bien — me dijo mamá y beso mi cien.

Entre a mi habitación para agarrar mi celular, llaves y dinero. Después salí rumbo a la casa de mi mejor amiga.

Al pasar por un barrio muy peligroso apresuré mí paso, ya que me han contado que ahí se juntan personas para nada amigables. Todo iba bien no había rastro de ninguno de ellos, o eso era lo que veían mis ojos. Segundos después había salido de ahí estaba cruzando la calle y un rechinido de llantas me hizo girar.

Un auto negro muy bonito se había parado a centímetros de mi, no reconocí que carro era ya que no soy muy buena en eso pero se veía muy costoso. Un chico moreno con gorra blanca y una sudadera negra salió de él.

— Deberías de tener más cuidado — dijo acercándose a mi, note sus bastantes tatuajes que tenía en el rostro y un que otro en el cuello — este no es lugar para una chica como tú — negó — tuviste suerte de que haya sido yo el que te vio por aqui, no sé que hubiera pasado si alguno de mis amigos te hubiera visto — dijo serio.

— Y que, ¿debo agradecerte que no me matarás o que me hayas visto tu? — pregunté.

— Deberías de agradecerme por ambas cosas — dijo seguro sin dejar de lado su tono frío y rudo.

— Pues gracias, ahora sí me permites tengo prisa.

— ¿Quieres que te lleve? — señaló su auto.

— No gracias, no viajo con desconocidos.

— Pero si pláticas con ellos — asintió.

— El punto es que no iré contigo a ninguna parte, así que adiós.

— Eso dices ahora — sonrió perversamente.

— Ahora y siempre — dije y lo empuje a mí paso.

Caminé más rápido, no por miedo sino por el enojo que había provocado en mi ese chico.
Después de unos cinco minutos estaba tocando la puerta de la casa de mi mejor amiga, segundos después ella apareció detrás de la puerta brindándome un cálido abrazo, que al instante correspondi.

— Maggie pensé que ya no vendrías — dijo soltandome mientras se le formaba una enorme sonrisa en su rostro.

— Lose es solo que no encontraba mi Tablet — dije riendo.