—Esta misma mañana, cuando he ido a su rancho a echarle el último vistazo a su toro. Estaba como tonto, hasta que le mencioné que los Gibson iban a venir a cantar. Hace años él solía acompañarles. Ya sabes que es un magnífico guitarrista.

—No, no lo sabía— le dijo Louis lentamente.
Al parecer, había un montón de cosas que no sabía de Harry.

—Lo más probable es que estén toda la noche tocando. Nos lo vamos a pasar muy bien. ¡Te veré a eso de las seis!

—De acuerdo.

—Me encantaría ir— dijo Angie cuando Patty se marchó. —Pero tengo que cuidar de los niños de mi hermana. Patty me iba a presentar a un chico que va a ir. Y todo por la partida de bridge de mi hermana.

Louis esbozó una sonrisa al ver el aspecto de tristeza que tenía la joven.
—Te cambiaría el lugar si pudiera.

Lo que no dejaba de ser cierto era que estaba dispuesto a estar toda una tarde alrededor de Harry, quien, seguramente, lo odiaría.

—Casi estoy por tomarte la palabra— le replicó Angie. —Pero no hay problema, sobreviviré; he sido boy scout. Sí, supongo que eso te ayudará.

En ese momento, sonó el teléfono. Lo cogió Angie y se lo pasó enseguida a Louis.

—Es para ti, el señor Cox.

Louis sintió cómo el corazón se le subía a la garganta. Estuvo tentado entonces de decirle a Angie que le contara una mentira y le dijera que no estaba o que estaba reunido o algo por el estilo. Era curioso ver cómo Harry era incluso capaz de despertar en él esas reacciones tan cobardes.

—De acuerdo— dijo por fin dirigiéndose lentamente a su despacho. Cogió el teléfono con las manos temblorosas. —¿Diga?

—¿Podrás estar listo a las cinco y media?— le preguntó Harry fríamente y sin preliminares.

El sonido de su voz le hacía ponerse mal. Cerró los ojos y se puso a jugar con el cordón del teléfono.

—Sí.

—Ha sido idea de Patty— le recordó Harry. —Por mí, hubiera ido solo.

—Bueno, si prefieres...— empezó a decir Louis, sintiéndose herido.

—¡Sí, demonios, lo preferiría! Pero no quiero que seamos la comidilla del pueblo por si vamos o no juntos a la fiesta. Estate listo a esa hora— y colgó el teléfono de golpe.

Louis colgó también el teléfono con furia y, soltando un gruñido, tiró un tomo de la guía telefónica contra la puerta.

Angie entró entonces asustada. —Estás bien?— le preguntó asustada.

Era la primera vez que veía a su jefe tan enfadado como para ponerse a tirar cosas.

—No— le contestó Louis con la furia brillándole en los ojos. —No lo estoy. Algún día le mataré. ¡Le voy a pegar un tiro! ¡Le voy a hacer comerse un cactus! Mejor, se lo voy a meter...

—¿Al señor Cox?— le preguntó Angie extrañada por el súbito arrebato de furia de Louis. —Pero si eran amigos.

—¿Yo? ¿Amigo de ese animal?

Angie se quedó muy quieta, buscando las palabras adecuadas.

—Me voy a casa— le dijo Louis cogiendo su bolso y abalanzándose hacia la puerta. —Cierra tú, ¿de acuerdo?

—Por supuesto. Pero...

—Le voy a meter cerillas bajo las uñas— iba murmurando Louis —Le voy quemar el...

Keyframe [Terminada]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt