CAPITULO 9

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-La noticia del tumor de Jared, conmociono a toda la familia, era natural. Dentro de dos dias será operado y le sacaran esa horrible masa deforme de su hígado. Fueron dias muy difíciles después de que se enteraran todos, me partio en corazón ver a Tomás aferrarse a su hermano como si fuera la ultima vez que lo veria. Ni hablar de su novia nunca había visto llorar tanto a una persona, se nota que lo ama mucho.

Mientra tanto, yo por mi parte estoy tratando de hacer todo correctamente en la casa demasiado conque Maria tiene que hacer, tuvo que mudarse por unos dias junto a la señora Melania, entro como en un estado de depresión por esto. Ella le esta haciendo compañía ya que se conocen de hace años y confía mucho en ella.

Estos dos dias se pasaron lentamente como si fuera a propósito.

Pero al fin el dia llegó y todos se han ido ya a la clínica, solo he quedado yo con señor Antonio y el portero de la casa. Yupi. Es tanta la diversión que me espera que estoy abrumada, enserio. Que puede ser mas divertido que trapear el piso, lavar la ropa, limpiar las cocina, planchar, etc.

Pues así paso mi día, ni hablar que tuve una acalorada conversación con el jardinero sobre la osteoporosis, una enemiga silenciosa de la tercera edad. Esa tarde me fui temprano dejando la cena lista por las dudas que algunos de ellos regrese a casa a la noche.

Cuando llege a mi casa me encontré con papá, y mi sobrina viendo un reality por televisió, ellos si que saben como divertirse.

-¡Papa, la cena ya esta lista!- escucho como se endereza del sofá.

-Mmmm, eso huele como a la sopa de pollo de tu madre- y exactamente es así, me tomo bastante tiempo y ollas quemadas para igualarla

-Espero tu juicio, papá- le digo acercándome a él para quitarle a Emilia de sus brazos- ven aquí, osita.

Dandole un par de caras chistosas suelta la risa fácilmente, comemos y nos reimos de los horrorosos chistes de papá. Si algo he aprendido durante mi vida es apreciar las cosas simples que nos regala la vida, y mis momentos con mi familia son esos momentos. Al terminar la cena lavo los platos y me encamino a cambiar a Emilia para dormir, cuando mi hermana se fue, su habitación paso a John y por lo tanto mi sobrina paso a dormir conmigo. Me alegro de que pasara a él, ya es casi un hombre y es bueno que tenga su intimidad. Mientras acomodo a la niña en la cama, me coloco el pijama y lavo mis dientes. Al acostarme junto a mi pequeña osita saco el rosario de mi mesita de luz, el que me regalo mi madre cuando nací, otro lo tiene mi hermana. Tengo la necesidad de rezar por Jared, nunca he sido muy buena en ello pero quiero hacerlo. Así que esa noche rezó por él y por su salud.

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-Maria- digo en un susurro asi nadie mi escucha. Maria se voltea hacia mí.

-¿Qué pasa? ¿Por qué susurras?

-Sabes como salio todo.

Silencio, porque hace eso me intriga saber como le fue.

-Esta bien, sacarón el tumor, solo falta esperar el resultado, pasara unos dias en recuperación en la clínica y lo mandaran a la casa- me siento tan alivida de escuchar eso, él esta bien.

-Bien vuelve al trabajo, hay muchas cosas que hacer.

Los dia posteriores pasarón en tranquilidad, aunque podía percibirse la angustia y preocupación.

Por fin el miércoles llego y con ello Jared, su habitación fue minuciosamente limpiada por mi y Maria. Como una espia de esos de la televisión me la arregle para verlo. Estaba muy delgado y palido ni hablar de sus cansadas ojeras bajo sus ojos. Pero era normal que se viera así.Los chicos estaban muy contentos por tener a su hermano mayor de vuelta en casa. La señora Melania y la señora Karen estuvieron muy apaciguadas también. Unas dos horas mas tarde llegarón los padres de Alma y ella. Unas personas muy adineradas e importantes al parecer. Sabia de que el padre de la novia de Jared era uno de sus socio mas importantes de su padre. La crème de la crème, en pocas palabras y pensar que yo uso su mismo piso de mármol.

En estos momentos son indispensables mis servicios asi estos dias saldré mas tarde de lo habitual, ya le avise a papá y a mi hermano para que se encarguen de Emilia, me preocupa dejar a esos dos pero se las tendrán que arreglar.

-Permiso-digo, tengo que llevarle este rico caldo de pollo a el mister perfecto, bueno ya no es tan perfecto, parece medio humano y medio zombi.

-Adelante- me contesta.Pasó. Y ahí en su cama tipo King de como cuatrocientas plazas y media se encuentra el moribundo, me preocupo y mucho, reze por él pero jamas lo dire en voz alta, el tipo me cae bien ahora. No era lo que pensaba.

-Su comida,señor.

Lo ayudo para que pueda sentanse y acomodo sus almohadas para que quede lo mas comodo posible, una vez asegurándome de que esta todo en orden, deposito el plato en su regazo.

-Gracias- me quedo un minuto mirándolo probar mi caldo, esperando le guste, pero frunze el ceño, ah no, no le gusto- ¿Anabelle tu lo hiciste?.

-Sip.

He aquí esperando a que me tire el caldo por la cabeza, literalmente.

-¡Esta increíble!- me dice con gran entusiasmo. ¿Eh? Vaya mi cara debe haber caído al piso – cierra la boca Anabelle, van a entrarte moscas.

¿Eh? Tiene sentido del humor.

-Señor, disculpe mi pregunta pero esta seguro que lo operaron del hígado y no de su cerebro.

Una sonrisa aparece en sus labios y se ríe, si se esta riendo.

-No me operarón de mi cerebro, es solo que he cambiado la manera de ver la vida, eso es todo- una sonrisa aparece en mi rostro.

-Me alegro que este mejor- me doy la vuelta y agrego- es bueno cambiar de perspectivas.

-Lo es.

SOLO TÚWhere stories live. Discover now