Capitulo 13

3K 134 4
                                    

-Holgazán- Le repetí a Zayn mientras me pintaba las uñas de mis pies con diseños de La Naranja Mecánica a juego con las de mis dedos y me burlaba de su terrible resaca, telefónicamente

-Creo que me voy a morir- Gruñó.

-Eso te ganas por hacer un concurso de "quién se embriaga primero" con una holandesa. ¡Las personas de Ámsterdam tienen hígados de acero, Malik! ¡Todo el mundo lo sabe!

-Todo el mundo menos yo- Soltó un gemido de dolor.

-Debiste regresarte a casa, inmediatamente.

-No podía. Me la pase el resto de la noche buscando a CIERTA chica que desapareció de la fiesta en cuestión de segundos por obra y gracia de Alá- Me recalcó. -¿Qué demonios ocurrió contigo, señorita _____?

-Estuve por ahí... Flotando- Sonreí inconteniblemente al recordar lo ocurrido.

-¿Consumiste alguna droga?

-¡No!- Reí. No es que no quisiera decirle, por supuesto que le contaría todo con detalle, pero quería esperar a que adivinara.

-¡Me asustaste!

-¿Así que no recuerdas nada de anoche?- Intenté guiarlo a mi juego de preguntas.

-Un poco... Recuerdo hasta cuando dejamos a Amber en su casa.

Se me detuvo el corazón. ¿Acaso Zayn ahora también era íntimo de Amber Arruina-Blusas Fracasada-con-L?

-¿Ah, sí?- Intenté sonar lo menos molesta posible.

-Sí, fue graciosísimo. Verás:- Ajustó su voz para contar la siguiente historia. -Cuando salí del asunto de Lizzie, Amber estaba allí, perdida como una oveja porque Harry se había ido un momento sin avisar. Entonces los chicos y yo estuvimos acompañándola un rato hasta que llegó el patán de Styles con un millón y medio de preservativos. Ni siquiera nos saludó, la tomó de la mano y subieron a la habitación de los padres de Kendra a toda velocidad. Había unos chicos allí y Harry los sacó completamente desnudos al pasillo, ¡tenías que haberlos visto! Y estábamos tan tontos que nos pegamos a la puerta a escuchar todas las vulgaridades que hacían ese par. ¡Harry es un monstruo! ¡Destrozó a esa chica y gastó la mitad de sus preservativos! Mientras tanto, empezamos a embutirnos muchas bebidas con los demás. Y cuando finalmente se detuvieron el par de tortolos y salieron, yo ya estaba muy ebrio por culpa de Lizzie y sus juegos holandeses extraños. Pero para entonces Amber tenía que volver a su casa y la llevamos en el auto de Harry, me dejó conducir por un rato y casi nos volcamos. Luego dejamos a la chica en su casa, Harry por poco y la devora nuevamente en la puerta de su casa y hasta allí recuerdo... Ah, sí. Y estuve buscándote después por todas partes. ¡Debiste haberte quedado! ¡Te hubieras divertido muchísimo!

Y fue entonces cuando, en una caída libre sin posibilidad de frenar, me desprendí dolorosamente de la nube de algodón rosado en la que estaba flotando desde anoche. ¡Claro! ¡Nada más divertido que un chico te besé porque sí y luego vuelva a una repulsiva faena con una porrista sin cerebro! ¡Me habría divertido muchísimo, Zayn, en serio!

-¡Maldito Harry Styles hijo de...!- Reaccioné.

-¿Qué?- Interrumpió al otro lado del teléfono sacándome repentinamente de mis pensamientos.

-Nada, que bien que suena eso- Fingí una felicidad por él, más falsa que una moneda de cuero.

-¿Por qué maldecías a Harry?

¡Demonios! ¡Estaba pensando en voz alta de nuevo!

-¡Ah, eso! Es qué... Este... Emmm... Recordé que Amber y Harry me habían regado ponche en mi blusa anoche, y los odio al respecto- Inventé, conteniéndome lo más fuerte que podía para no gritar como loca de frustración

-¡Oye! Y hablando de eso... ¿Qué más ha pasado con Styles en cuanto lo del beso en tu habitación?

Zayn no podía ser más inoportuno.

Estaba decepcionada de mi misma. Sí, de mí. Me sentía tonta al empezar a crearme ilusiones inconscientes con Harry Styles porque me había besado en dos ocasiones. ¿Qué demonios quería probarme? ¿Qué podía llevarme arrastrada a su píes como a todas las chicas de la escuela? ¡Ni soñar! ¡Mucho menos si era de esos que andaba con más de una chica en UNA SOLA NOCHE! En serio, una cosa es cada semana, pero esto era simplemente enfermo.

-Lo odio, lo odio, lo odio, lo odio...- Decía una y otra vez mientras aventaba libros violentamente a mi casillero y pensaba en Harry. -Lo odio, lo odio, lo odio...- Comencé a caminar por los pasillos agobiada de todas las personas que comentaban lo increíble que había sido la fiesta de Kendra. Me encantaría, en verdad, poder decir lo mismo, pero ser un back-up plan no es lo más agradable del mundo. Incluso si era el mismísimo chico más popular y "lindo" de la escuela, y que todas darían lo que fuera por ser su plato de segunda mesa.

¡Pues olvídenlo! ¡Jamás en la vida me había importado él y no empezaría ahora! Además, aun que sus reglas me parecieran tontas, podría sacar algo de provecho de ellas, como quizás que nada ha cambiado entre nosotros. Así que aunque me haya besado inexplicablemente en dos ocasiones, no significaba nada, ni me aseguraba que volvería a pasar. Y esperaba que no fuera así.

-Oye, enana- Dijo alguien atrás mío. Pero inmediatamente reconocí esa voz.

-¿Sí, Harry?- Volteé con una cara de ilusión tan poco disimulable, perdiendo todo lo que me había dicho anteriormente.

-Ten- Empujó las guías de lenguas contra mi pecho sacándome casi todo el aire. -Pasaré por ellas en la tarde, así que termínalas.

-Pero...

-Adiós- Se fue sin tan siquiera escucharme.

¿En serio? ¿Tengo que hacer sus guías realmente? Insisto, ese chico era un demente completo. Al menos esperaba un: "Hola, _____. Disculpa lo de la fiesta de Kendra, no debí acostarme con otra chica después de haberte besado", o algo, pero ni descaro tenía. No tenía que darle tantas vueltas a esto. Era oficial. Odiaba a Harry Styles.

Volví a casa enfadadísima con la vida misma. Abrí la puerta principal de golpe y la cerré de un portazo, recostándome en ella un momento mientras recobraba la sonrisa fingida que me obligabaa a llevar en casa, o de lo contrario mi madre me cuestionaría hasta la muerte sobre "qué me ocurre", y quería evitarlo a toda costa. Y cuando parecía estar tan relajada como para convencerla, me dirigí a la cocina, pasando por la sala de televisión, arrojando mi mochila al sofá que apenas miré. Tomé un vaso de agua del grifo mientras repasaba mi día. Mis ojos se abrieron de repente al recordar lo último.

Me fui caminando de espaldas lentamente, cual película de terror, hasta encontrarme en el mismo sofá de la sala de televisión familiar a Harry Styles, con los brazos extendidos viendo Los Simpsons.

-Yo tampoco te vi pasar diminuto insecto- río malvadamente.

Entre el bullying y el amor (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora