Dile adiós a la inocencia

60-Reencuentro.

Aaron's POV:

Mi pecho subía y bajaba rápidamente por causa de mi agitada respiración, las palmas de mis manos sudaban, mi boca se secaba, mi estomago era un nudo completo, parecido a los nudos hechos por los boy scout y mi corazón latía apresuradamente. En cuestión de segundos vería nuevamente a Jamie Donovan, en mi interior sabía que este día llegaría, pero no lo esperaba tan pronto. Mi mente viajaba a mil revoluciones por segundo. Finalmente luego de cuatro años volvería a estar cara a cara con Jamie. Mi Jamie. Mis pensamientos eran un torbellino. Necesitaba tranquilizarme.

Respiré profundo y me recordé a mi mismo que necesitaba calmarme.

Y entonces, escuché dos toques en la puerta de mi oficina.

M.I.E.R.D.A.

Con el corazón en la mano, lentamente tomé el pomo de la puerta, respiré profundo nuevamente y finalmente abrí la puerta.

Mis ojos no podían creer lo que veían, era como ver el reflejo vivo y latente de mi pasado, era como soñar despierto; verla ahí, parada, hizo que todos nuestros recuerdos me cayeran encima como una lluvia torrencial. Comencé a detallar cada parte de ella, su cabello estaba más corto pero caía perfectamente sobre sus hombros, sus ojos estaban igual de estupefactos que los míos, pero seguían igual de hermosos, sus ojos daban la impresión de que el tiempo no hubiera pasado entre nosotros, como si se hubiera detenido justo en este instante y fuéramos solo ella y yo. Sus labios estaban levemente fruncidos, producto de la conmoción. Estos estaban pintados de rojo, pero no de manera escandalosa sino de una manera sensual, incluso madura. Y es ahí, en ese instante cuando la realidad me golpea, sacude y conmociona. Jamie ya no es la misma chica de hace cuatro años y yo tampoco soy el mismo chico de hace cuatro años, ambos hemos cambiado, crecido y evolucionado. Y entonces sentí un dolor muy punzante en mi pecho al darme cuenta que me había perdido de estos cuatro años de Jamie, que ya no era yo con quien ella celebraba sus triunfos, ya no era yo con quien ella lloraba sus derrotas, ya no formaba parte de su vida y por consiguiente ella tampoco formaba parte de la mía; la ruptura de nuestra relación, la separación de nuestras vidas nunca fue tan palpable como ahora y eso dolía y mucho.

-J-jaime-fue lo único que pude balbucear.

Jamie relamió sus labios con cierto nerviosismo.

-Aaron-dijo ella con firmeza.

Fue increíblemente placentero escucharla decir mi nombre después de cuatro años. Pensé que no volvería a tener el gusto.

-Pasa-dije saliendo de mis pensamientos.

Ella asintió y entró en la oficina.

La tensión en el ambiente era inimaginable, ella estaba notablemente incómoda y yo también.

-¿C-como has estado? -dije con la voz levemente temblorosa.

Parezco un niñato de instituto, me reprendí mentalmente.

Jamie suspiró y luego clavó su mirada en la mía como una daga.

-Muy bien-dijo ella complacida-¿y tú? -preguntó ella algo vacilante.

-Bien-dije casi mecánicamente.

Cuatro años sin verla y lo único que haces es balbucear y responder como un robot, me reproché.

Ella asintió.