29-Sexy.

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Aaron's POV:

Al escuchar esas palabras me puse en estado de alerta.

—Sí, por supuesto —dije disimulando una sonrisa.

¿De qué querrá hablar Carol conmigo?  ¿Algo andará mal con Jamie?

Realmente no quería pensar en cosas negativas. Recordé el día en el que Jamie se desmayó y comencé a asustarme.

Ella suspiró pesadamente, dándome a entender que lo que iba a decir a continuación le costaba.

—Aaron tú... ¿tú qué sientes por Jamie? —me preguntó ella al fin.

¿Qué siento yo por Jamie?

Aunque nunca me había detenido a pensar realmente en todo lo que sentía por Jamie, la pregunta se respondía por sí sola. La chica Donovan había llegado a mi vida de forma inesperada, poniendo todo de cabeza, haciendo que me replantera, practicamente, toda mi existencia. Esa noche que la vi en el club, supe que en ella había algo distinto, algo que captó mi atención e hizo que desde ese día me fuera imposible alejarme de ella. Era como un magneto. Ella era el polo positivo y yo el polo negativo. Eramos una contradicción andante, pero eso me sentaba bien.

—Amor, mucho amor —dije sincero.

Ella asintió levemente.

—¿Quieres pastel? —preguntó ella cambiando abruptamente el tema de conversación.   

Yo asentí mientras sonreía como un crío, aunque el mal sabor de boca no se me quitó.

~•~

Jamie's POV:

Me encontraba con Tessa en una cafetería cercana.

Tessa Hastings había sido mi mejor amiga desde que yo tenía cinco años. Ella y yo éramos totalmente opuestas, Sav y Lenna eran los seres más calmados del universo al lado de Tessa. Ella era como un torbellino de diversión.

—¿Y cómo te ha ido en Stanford? —le pregunté a Tessa mientras le daba un sorbo a mi café.

Ella sonrió emocionada.       

—Muy bien, los chicos de California son un sueño —Yo reí. Para Tessa los chicos eran algo así como el oxígeno, sin ellos no podría vivir —¿Y cómo te ha ido en la gran manzana?

—Muy bien —dije suspirando.

Ella rió.

—¿Ese "muy bien" se refiere a Aaron Parker? —preguntó ella divertida.

Yo asentí apenada.

A pesar de que lleváramos un año sin vernos, seguíamos queriéndonos como hermanas.

—Ya que hablamos de tu chico, déjame decirte que está para chuparse los dedos —dijo ella en un tono cachondo.

—¡Tessa! —chillé riendo.

—¿Qué? —preguntó ella encogiendo los hombros.

Yo negué con mi cabeza mientras reía.

—¿Y ustedes dos ya..., ya sabes? —preguntó de forma curiosa.

Me sonrojé.

—Okay, el color de tus mejillas me confirma que tu virginidad sigue intacta —dijo ella divertida.

—Sí que hablas estupideces —le reproché.

—Pero sabes que siempre tengo la razón, ¿O no? A menos que tú tengas algo nuevo que contarme —dijo ella moviendo sus cejas.

Dile adiós a la inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora