La muerte de uno puede significar el poder de otro.
Tras la muerte de mi hermano, mi vida quedó arruinada. Ahora, con el mundo al borde de la destrucción, tendré que usar mis habilidades para salvarlo de lo que viene.
-¿Ese no es dios de la muerte?- pregunté yo con algo de escepticismo
-Una de las armas más poderosas que encontrarás en el mundo- contestó Daniel ignorando mi comentario anterior.
Daniel me miró otra vez esta vez con algo de asombro en sus ojos y por un momento pude ver que no me despreciaba solo que me tenía miedo. Después sus ojos volvieron a su oscuridad habitual.
-Bueno y ¿ahora que?- pregunté yo confuso
-Ahora vamos a entrenar- respondió Daniel con frialdad- Primero debes dominar los hechizos básicos, con los cuales puedes sobrevivir y mantener a otros a salvo.-
-Tengo una duda. ¿Por qué nos interesa ayudar tanto a otros?-
-¿Nicole no te lo dijo? Tenemos una deuda con Zöi y con Thánatous, nos dieron una oportunidad de seguir adelante y ahora les servimos. Además las plasmata son criaturas del caos, y nosotros por tener una deuda servimos al orden y el caos debe ser erradicado.-
-Bien, otra cosa, ¿qué te pasó para ser un viajante?- Pregunte sinceramente interesado.
-No te incumbe... Lo único que te debe importar es que soy viajante desde los 10 años. Ahora tenemos que prepararte, si no entrenas es probable que mueras.-
Y con ese maravilloso comentario empecé a entrenar. Daniel estaba seguro de que lo conseguiría fácil así que empezamos por la invocación de armas.
-Primero pon tu mano al frente, como si fueras a coger algo. Después piensa en lo que quieres coger, visualizalo y piensa en como se llama y que es lo que más atrae a este objeto.- Fue la explicación de Daniel- Por último dilo ¡Rixte se me!- con estas palabras se materializó frente a él una lanza.- Ahora es tu turno.-
Puse mi mano enfrente de mí, y pensé en un arco. En mi mente estaba la imagen de un arco totalmente negro, majestuoso y con la cuerda tensada a la perfección. Empecé a pensar en como invocarlo y a mente se vino una palabra Kaguénoko.
-Creo que lo tengo- le dije a Daniel.
-Entonces dilo- me respondió él, algo emocionado
-¡Kaguénoko!- dije yo con fuerza.
Al principio sentí mucho frío en mi mano, después un gran peso, y al final tenía un arco negro en mis manos. Era idéntico al que había imaginado pero este tenía una inscripción, esta decía: Omnes Nos.
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Esta es una foto de como creo que se ve Nicole, espero les guste y gracias por leer. El próximo capitulo saldrá la próxima semana. No olviden comentar y votar, eso me ayuda a seguir escribiendo.
