-Pues sí. Demasiado.- Contesté riendo entre dientes.

-Vamos niñas a trabajar. Iré a ver cómo le está yendo a Romeo allí atrás.- Desapareció hacia la parte trasera de la tienda en un parpadeo.

-¿Qué tal tu día de ayer?

-Pues......Mi hermano está de regreso y trajo a sus amigos con él.- La chica más baja se tensó junto a mí dejando caer las tarjetas que tenía entre las manos- ¡Ally!.- Reí.

-Lo....lo siento.- Se disculpó recogiéndolas con nerviosismo- ¿Dices que......Santiago está aquí?

-Ya veo. Aún estás colada por él ¿No es así pequeña Allyson?.- Pique sus costados con mi índice y ella se sonrojó ligeramente desviando la mirada- Esta bien, no es un pecado. Deberías pasar para saludar de seguro le agrada verte también.

-¿Tú crees?

-Pero con que velocidad has hecho esa pregunta ¿Eh?

-Bueno, basta de bromas. A trabajar.- Murmuró con una sonrisa lasciva.

Amaba mucho las flores. Es por eso que me encantaba pasar tiempo en aquel lugar siendo rodeada constantemente por todas aquellas variedades de un sin fin de colores y tonalidades. Rosas, girasoles, lirios, hortensias, tulipanes, narcisos, margaritas. Podría llevarme mucho más tiempo nombrar a cada una. Mis favoritas, las dalias, en especial de color rojo.

Mientras hacía mi trabajo, a pesar de todas mis tareas y las conversaciones que mantenía con Ally, no podía quitarme de la cabeza la imagen de la ojiverde. Tan sólo llevaba un día aquí y ya estaba volviéndome loca con sus actitudes molestas y sobreprotectoras. Aunque sabíamos muy bien que sólo debíamos preocuparnos de mantenernos alejadas la una de la otra o sólo crearíamos problemas. El vago recuerdo que aún conservaba de nuestra despedida antes de que se marchara seguía doliendo como en aquel momento.

-Ya vinieron por ti Mila.- Aparté la mirada de mi teléfono ante las palabras de Ally y miré hacia la entrada para encontrarme a Lee.

-Hola encanto.- Susurró sobre mis labios después de que depositase un beso sobre los suyos- ¿Nos vamos?

-Sí. Dame un segundo.- Tomé mis cosas y me despedí de la señora Hernández antes de acércame a la chica más baja- Hasta mañana Ally, quizás quieras pasarte por el bar.

-Ya basta Mila.- Susurró tratando de esconder una sonrisa haciéndome reír ante su timidez.

-Adiós.- Mi novio se despidió cortésmente antes de entrelazar sus dedos con los míos y así guiarme hasta la salida.

Abrió la puerta del coche para mí y después de eso nos pusimos en marcha hasta su casa para la cena con sus padres. Aunque conocía a los padres de Lee desde hace mucho tiempo no podía evitar sentirme nerviosa cada vez que estaba en su casa compartiendo con ellos.

-¿Has pensado en que harás al terminar el año Camila? ¿Qué hay de continuar con tus estudios?.- Preguntó la madre de Lee.

-Pues.....- Titubeé limpiando las comisuras de mis labios con mi servilleta- La universidad aún es una opción aunque no estoy muy segura de que estudiar específicamente.- Hice una mueca encogiéndome de hombros.

-Por eso no te preocupes querida.- Dijo el señor Posey- Lee aún no puede decidir entre leyes o arquitectura, ¿No es así campeón?

-Sí....- Mis ojos viajaron hasta el chico sentado junto a mí quien no lucía muy convencido con las palabras de su padre.

-Aún tienen tiempo para pensarlo.

Luego de graduarme el año anterior yo había decidido congelar mis estudios superiores ya que no tenía idea alguna de que hacer con mi vida al acabar la escuela. Lee había coincidido conmigo y ahora ambos teníamos este año libre con la idea de aclarar nuestros proyectos futuros. Pero a decir verdad, yo no me había dedicado demasiado a aquello. Un automóvil aparcado frente a la acera anunció la llegada de Santiago quien tenía la misión de recogerme aquella noche. Besé al castaño repetidas veces antes de cerrar la puerta principal tras de mí, cuando estuve a unos cuantos pasos del auto que reconocí como el de Dinah me detuve al notar a la persona en el lugar del piloto.

Lauren bajo la ventanilla y medio una sonrisa sin decir una palabra.

-¿Creíste que se trataba de una broma?.- Esto le divertía muchísimo y eso a mí me enfadaba.

-No puede ser.- Gruñí entre dientes- ¿Sabes que? Prefiero caminar de regreso. Si me disculpas.- Comencé a caminar por la acera sin mirar atrás y sentí como ella me seguía en el coche con demasiada lentitud.

-Por favor Camz. Entra en el auto.

-No está tan lejos de aquí. Adelántate, te alcanzaré.- Me burlé sin detenerme.

-Camila, entra al auto. Ahora.- Su voz se tornó dura y autoritaria pero yo hice caso omiso a sus palabras- No me hagas bajar a por ti.

-Quiero ver eso.- Error Camila. Fue un error desafiarla.

Ella detuvo el coche en cuanto yo dije aquello y bajó de éste caminando en mi dirección con pasos decididos. Me detuve y crucé mis brazos alzando una ceja pero ella no reparó en mi actitud y sin previo aviso me cargó sobre su hombro llevándome al lado del copiloto sin hacer caso a mis pataletas.

-¡Bájame Lauren! ¡No estoy jugando!

-Pues tampoco yo.- Dijo antes de arrojarme al interior del auto cerrando la puerta con rudeza, solté un bufido cargado de frustración y la fulminé con la mirad mientras ella se ponía en marcha- No veas así. Te lo advertí.

-Ya no tengo dieciséis años ¿Lo sabías?

-Créeme, lo he notado.- Una sonrisa pervertida amenazó con formarse en sus labios y la observé incrédula- Sin embargo, te comportas como una ¿No crees?

-¿Y qué hay de ti? Sigues siendo igual de infantil.- Le acusé.

-Eso ya lo veremos. Te mostraré que tan ruda y seria puedo ser.

***

:)

P.D: Como siempre disculpen los errores gramaticales y ortográficos.

Vapor (Camren G!P) [EDITANDO]Where stories live. Discover now