Capítulo 41

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HARRY's POV.

Después de unos minutos entre las sabanas dándonos besos decido levantarme de la cama y bajar a hacer el desayuno a Christina. Ella se queda en la cama cuando me levanto y sin querer le desarropo entera y veo como mi camiseta que le he dejado para dormir se le ha levantado y deja ver todas sus piernas y sus bragas. Que suerte tengo, no solo de tener a una chica tan sexy a mi lado, si no también porque es fuerte, inteligente, dulce y hermosa. 


Sacudo mi cabeza para dejar de mirar a mi preciosa novia porque si es por mi me quedaría admirándola todo el día. Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina, unos huevos y beicon estará bien. La verdad es que no se me da muy bien esto de cocinar pero por Christina haria cualquier cosa.


Cuando estoy casi terminando escucho los pasos de Christina bajar las escaleras. Miro hacia atrás y veo sus preciosos pies descalzos, sus piernas desnudas, mi camiseta que le queda por la mitad del muslo, sus pechos sin sujetador detras de mi camiseta, sus brazos levantados para recogerse el pelo en un moño. Su sonrisa provoca la mía, esto es todo lo que quiero ver por las mañanas bajar por las escaleras.


– Que bien huele. – Afirma ella acercándose a mí. 


Vuelvo a poder atención a la comida con una sonrisa en la cara, ¿cómo puede provocar esto en mí? Siento sus manos por mi espalda hasta acabar en mi estómago. Su pecho contra mi espalda y ella planta un beso en el centro de mi espalda. Saco la comida de la sartén y la pongo en un plato. Me doy la vuelta en sus brazos y sin previo aviso la levanto del suelo y ella rodea mis caderas con sus piernas.



Sus labios están en los míos y mis manos la sujetan por la espalda baja. Entro mi lengua en su boca y el beso en ese momento se vuelve más apasionado, más carnal. Desearia que alguien parase el tiempo en este momento y quedarme así por siempre.


– No puedo controlar lo que me haces sentir. – Le digo cuando el beso se acaba. – Ni tampoco quiero. 


Bajo su pequeño cuerpo hasta que sus pies tocan el suelo y dejo un beso en su frente. Ella levanta la mirada hacia mi y por más que miro su cara no encuentro nada que no me guste de ella, sus ojos azules como el cielo son un paraiso donde desearia perderme, su nariz perfecta, sus pómulos, los hoyuelos de sus mejillas, y sobre todo sus labios, nunca encontraré unos labios que me gusten más. Sus besos son lo que siempre he soñado, ella es lo que siempre he soñado.


– ¿Me dejas probar eso que has hecho para desayunar? – Me dice.


Sonrío. – Es para tí, todo para ti. – Le aclaro.


Y no estoy hablando solo del desayuno, estoy hablando de mí. Soy solo para ella y para nadie más, nadie puede tenerme a parte de ella.

(...) 

Después de desayunar estamos sentados en el sofá, yo estoy intentando encontrar algo decente para ver pero no hay nada, por las mañanas es mejor no encender la televisión. Sin avisar Christina acerca su cara a mi cuello y siento sus labios en él, esto provoca escalofrios por todo mi cuerpo. Mientras subciona la piel de mi cuello sus manos van desde mi pecho desnudo hasta el elastico de mis boxers. 


Pongo mi cara enfrente de la suya y junto nuestros labios, sus manos van a mis rizos y las mias estan en su pequeña cintura. Me tengo que separar de ella cuando se pone encima de mi, sus rodillas a cada lado de mis caderas. Ahora tengo que mirar hacia arriba para mirar su preciosa cara, levanto mi mano hacia su moño y lo quito haciendo que todo su pelo caiga hacia delante en forma de cascada. Ella lo aparta con las manos.  


Don't let me go | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora