CAPÍTULO 21:

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La cabaña quedaba a unos cinco minutos de la mansión –demasiado cerca, pensó Sigrid– Julian pudo ir y tomarla por sorpresa, pero podían suceder distintas cosas: no sabía dónde está la mansión, trajo pocos hombres, la subestimó o simplemente no está ahí. Sacándola de sus pensamientos atacó Lily en un tono burlón y a la vez mostrando sorpresa mientras montaban todo en el auto apresuradamente para dirigirse al lugar.

–Lo besaste, ¿Qué diablos sucede? ¿Lo estas aceptando Sigrid o ya han habido más que besos? –Parecía contenta y decepcionada al mismo tiempo, esperaba que ella le contara lo que le sucedía, después de todo siempre lo hizo. Subieron los cuatro al auto y ella tomo el volante.

–Vamos, dejemos ese tema de regreso.

–Oh si, tú tienes que contarme todo. –Acelero como alma que lleva el diablo hacia la cabaña.

Dejaron el auto a una distancia prudente para no levantar sospechas. Corrieron hacia la cabaña el pequeño tramo que dejaron, había una camioneta doble cabina estacionada detrás de la misma. Sigrid dio una señal para que todos estuvieran alerta. Ojeo levemente por la ventana y una parte de esta no estaba tapada por dentro mostraba movimientos y se escuchaban voces.

Vamos, toma los rehenes. Lo último que necesito es que nos anden reconociendo en todos lados. Más adelante nos desharemos de ellos –una voz familiar ordenó.

Sí señor ¿los colocamos dentro del auto? –Pregunta un tipo con voz gruesa.

Por supuesto, no le gritaremos a los cuatro vientos que tenemos gente secuestrada –recalca la primera voz.

Sigrid se estremeció, no por lo que acababa de oír, sino por esa voz, era él. Aún estaba vivo y eso de cierta manera le alegró pero inmediatamente descarto ese sentimiento, sea lo que sea que haya estado haciendo o donde quiera que haya estado, es un completo desconocido para ella. Y por lo que sus sentidos gritaban uno despiadado.

Da la orden de entrada mientras tira una bomba de humo por la ventana rompiendo con esta el vidrio violentamente.

Alberts rompe la puerta y lidera la formación derribando a uno de los hombres con un tiro limpio en la cabeza, dejando una estampa de sangre en la pared, este bajaba de las escaleras con una mujer arrastrándola inconsciente escaleras abajo. Bajó un segundo guardia y fue Lily quien se encargó de este y lo derribó haciendo correr la sangre por el pasillo; en ese momento como una sombra aparece alguien detrás de ella y la noquea con un codazo en el cuello, Alberts no reacciona a tiempo y el personaje oculto en el humo saca su arma y le dispara a una altura de la clavícula cerca del cuello.

–Tsh! Falle –se queja en las sombras.

Pero fue Kayari quien le derribo la pistola mientras Sigrid se encargaba de los rehenes, el humo ya se estaba dispersando. Los rehenes se encontraban inconsciente, los rodo a un lugar más seguro en el segundo piso y se dedicó a los acompañantes de Julian, debían haber al menos uno más afuera, así que salió en su búsqueda.

–Te lo encargo –le dijo a Kayari aun ambas con la máscara puesta, ésta asintió y vio como Julian sonreía con malicia, ¿la estaba subestimando? Y salió disparada hacia la parte trasera de la cabaña. Se encontró con el guardia de regreso alerta por los sonidos que se habían producido dentro pero no fue lo suficientemente rápido para siquiera notar a la profesional, le voló los sesos apenas notó su presencia dejando un charco de sangre y sesos sobre la madera. Esta se aseguró de que no hubiera más en la parte trasera y entró.

Julian sostenía a Kayari por el cuello mientras con una patada que fue directo a su estómago la levanto y choco contra la pared, cayendo casi inconsciente y con un hilillo de sangre corriendo por su boca, Sigrid apunto y disparó pero él noto mucho antes su presencia y evadió el disparo con agilidad, tomo los cuchillos de Kayari y los lanzo hacia ella, uno rozo el dorso de su mano izquierda con tanta fuerza y profundidad que soltó el arma.

Entre Sangre y SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora