• Capítulo 5 •

511 55 10
                                    

— ¿Cómo que competirás en las internacionales? — Abraham me suelta enojado.

— Si, estará allí dentro de una semana — “Oh por Dios, no” —. Me llamó Aguilar como verás y me dijo que aceptaste, buena elección.

Siento la intensa mirada de Abraham en mi.

— ¿¡Qué!? — frunco el ceño — Yo NUNCA acepte esa propuesta. Estaba pensando eso.

Agacho la cabeza, evadiendo la mirada de mi novio. Odio que me mire así, hace mucho no lo hace.

— Pero me llamó él y.....— su voz se fue volviendo un susurro.

— No Jack, yo nunca acepté esa propuesta — me acerco a Abraham y entrelazó nuestras manos, pero él se aleja. Suspiro intentado no llorar —. No te voy a negar que sí hablé con él junto Abraham, pero yo nunca acepté, lo estaba pensando.

— Pero.....Déjame que lo llamo.

— Habla con él vos solo — miro Abraham alejándose. Jack estaba igual que yo, mirandolo — tengo que hablar con él.

— ¿Sigue teniendo miedo a conducir? — asiento — Pero, ¿Por qué se enoja?

— Jack, sabes el porqué — suspiro rascando mi codo —. Él ama correr, es su pasión al igual que la mía, pero desde ese día teme a que le pase exactamente lo mismo.

— ¿Y a vos por qué no te deja correr?

— Después del accidente estuvo cinco meses en coma — Jackson mueve su cabeza de arriba a bajo, dándome a entender que se acuerda de eso —, sacando de que extraña volver a la pista, tiene miedo de que me pase lo mismo que a él.

Abre su boca sorprendido.

Asiento mirándolo triste.

— Nos vemos Jack y dile a ese Aguilar que no mienta, porque yo no acepté nada.

Agarro mi celular y las llaves del auto de Abraham y mío, saliendo a correr al instante.

Cuando lo logro ver a lo lejos, bajo la velocidad de mi carrera y comienzo a caminar. Su cabeza está agacha y sus manos están en los bolsillos de la campera. Se apoya en el auto, posando como todo un chico malo. Al estar cerca de él, dejo reposar mi mano en su cintura, pero me corre.

— ¿¡No me dijiste que no ibas a correr!? — su tono de voz es elevado un poco.

— No Abraham, yo no te dije que no iba a correr, te dije que lo estaba pensando que no sabía si iba aceptar — me cruzo de brazos.

— No quiero que corras — me sorprendo al ver que me ordena.

— Lo voy a pensar Abraham. Ni si, ni no, no sé que voy hacer.

— No te estoy preguntando, te estoy ordenando. ¡No vas a correr y punto final!

— No sos quien para darme órdenes — me alejo de él enojada —. Tengo veintidos años para que me anden diciendo que hacer y que no hacer. No me hago caso ni yo misma y ¿Querés que te haga caso a vos?

— Si, eso quiero — sus manos me aprietan fuerte los brazos.

— No fue mi culpa que chocaras el año pasado y que ahora VOS no puedas correr en las internacionales — y acá es cuando quiero golpearme yo misma.

𝙰𝚖𝚘𝚛 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚍𝚘𝚛𝚎𝚜 [A.M] {EDITANDO}Where stories live. Discover now