Capitulo 8: Bendita locura.

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Llegue a casa de Sophie con el corazón a mil, no me había respondido al mensaje, pero sé que lo ha leído.
Sin titubear, baje del coche, y llamé a su timbre

-Quien es?- sophie, ya sabes quién es, pensaba en mi interior.

-Soy yo, Pheobe, baja.

-No puedo bajar, está mi madre, mi familia, mi novio aquí, es de noche.
Perdiste el juicio Pheobe?- dijo algo histérica.

-Me importa una mierda preciosa, te quiero abajo, te vas conmigo, y me da lo mismo el simpático de tu novio, tu te vienes.-

-Pheobe... Estas loca. Qué quieres que les diga para hacer una maleta e irme por las buenas?- parecía algo más calmada.

- Pequeña, son 2 días, tu madre sabe que estarás bien, y el personaje que haces llamar novio, deberá entender que te vas de vacaciones 48 horas. Además, o bajas tu..., o subo, y te bajo yo a besos.

-Dame un momento- susurraba.

Esperé sentada en el capó de mi coche 30 minutos, media hora sin saber que pasaba ahí arriba.
Pasado ese tiempo, vi como una Sophie nerviosa y con las mejillas sonrojadas, salía del portal.
Instintivamente me fijé en su mano, llevaba una mochilita con sus cosas, y ahí fue cuando me permití respirar.

- Eres muy cabezota, estás muy loca, y es lo más bonito que han echo por mí nunca- recalcaba mientras se acercaba a mí a pasos lentos pero decididos.

- Sube al coche, quiero irme de aquí antes de que baje tu novio, y tenga que dedicarle alguna palabra de amor.- digo sarcásticamente mientras le doy un abrazo.

- Pheobe, llevo el dinero justo, ¿ donde vamos a ir? -

- Tenemos un avion en 1 hora y media, nos vamos a una isla paradisíaca un par de días, ya tenemos hotel reservado y todo.
No te preocupes por absolutamente nada.
Pero deja tu móvil en modo avión, estos dias eres solo para mí.
Cuando lleguemos, manda un mensaje a tu madre avisándole. Yo haré lo mismo enana.-

-¿¿ Es enserio?? Pero perdiste el juicio?! ¡¡ No lo puedo creer!! Un avión, una isla paradisíaca, un hotel, tú y yo solas...Oh dios mio. - Susurra con una sonrisa enorme en su rostro.

Subimos al avión, nerviosas como dos quinceañeras, nos agarramos la mano, y miramos por la ventana.
Era precioso ver las vistas atraves del avión, ver las ciudades a tus pies, y las nubes a tu altura, no tiene comparación.

- Queréis alguna bebida chicas?- nos decía una azafata muy amable.

- Si porfavor, dos botellines de agua fríos, gracias.- respondia con ojos muy abiertos Sophie.

Pasadas dos horas, llegamos al hotel, avisamos a nuestras respectivas madres sobre nuestra llegada y sobre qué estábamos bien,nos establecimos , y fuimos a visitarlo, a conocer el buffet, a conocer los bares, y el gimnasio.
Todo era precioso, sin duda.
Ya era media noche, era viernes, y estaríamos hasta el domingo por la noche si todo iba según mis planes.
Tengo un montón de ganas de comer en el buffet, puedes comer lo que quieras, cuando quieras, es mi sueño.

-Podemos ir a pasear a la playa?! Llevo años sin pisarla- suplicaba  sacándome de mis pensamientos.

- Me encantaría ir a la playa ahora, de noche aunque no se ve nada, es muy bonito.-

Agarró mi mano, y fuimos hacia la playa,de camino compramos un par de helados.
Ella pidió uno de chocolate blanco y stratachela, y yo uno de chocolate negro y menta, ambos estaban muy ricos.
Nos quitamos los zapatos, y sumergimos un poco los pies en la orilla... También jugamos salpicandonos agua, y acabamos un poco manchadas de arena.
Pasada media hora empezó a hacer frío, y decidimos volver al hotel.

- Vamos a la cama, mañana seguimos  jugando- dijo sophie riéndose mientras se metía entre las sábanas.

-Si, mejor , mañana tenemos que estar despiertas, será un día lleno de actividades- dije con una sonrisa socarrona.

- Pervertida.- rió.

- Esta pervertida quiere que la abraces- 

Me abrazó y sentí que tenía todo ahí, la tenía a ella, y para mí eso era tenerlo prácticamente todo, mi mundo estaba abrazándome y acariciando mi pelo.

- Pheobe, estás fría, no tienes frío?.- sonó alarmada.

Me hizo reír su cara, era demasiado tierna, siempre preocupandose, iba a volverme loca de amor.

- Si tengo tu piel cerca nunca es invierno.- dije en un susurro, mientras ella me abrazaba más fuerte.

Para otra vida ©Where stories live. Discover now