✩ ghost

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¿Sabes sobre ese sentimiento?

Aquel que florece sin sentido desde el arco exacto en el que tu corazón empieza a ser un corazón. Ese que te envuelve desde la raíz, convirtiendo todo aquel manojo de emociones solo en una en particular.

Ese sentimiento que se establece en ti como si fuese su morada y ubica sus maletas sin ni siquiera preguntarse si es así como lo deseas. Eso, eso que está ahí cuando un día nublado comienzas a sentirte triste y ansioso, pero que por más que quieres deshacerte de la tristeza, no quiere dejarte ir.

Se abraza a ti hasta que ya consumió de cada una de tus células el jugo de la victoria. Te tiene enloquecido, te tiene abrumado, ya no eres tú. Eres solo el títere inmóvil de un imaginario conjunto de villanos que tomaron control de lo que alguna vez llevó tu nombre.

Así, exactamente, es como Yoongi se siente. Porque no se trata exactamente de algo que puede dejar ir, la culpa es como un malvado fantasma que al principio parece amistoso pero que mediante al acecho constante es que consigues saber porqué el "malvado" forma parte de su nombre.

Su relación con Tae no era algo que lo hiciera sentir orgulloso.

Él mismo no es algo que le enorgullezca. Porque sabe lo que es, sabe que no fue criado en un ambiente amoroso y que gracias a eso, perdió totalmente la capacidad de sentir empatía por otros. Que desechaba a las personas porque simplemente no le importaba, porque no sentía.

Y también es consciente de todas las veces que vio a Tae llorar frente suyo y ni siquiera dijo una palabra, de todos los mensajes que rechazó y todas las llamadas que contestó a las tres de la mañana, guardando silencio mientras la voz de Tae se escuchaba tan mal, tan destrozada, pidiéndole por favor que dijera algo antes de que él decidiera cortar el teléfono.

Mientras él decía, fueron solo dos años, el rubio le repetía: fueron dos malditos años.

No había sido amor real.

No para él.

¿Había aprendido sobre eso? Él decidió que no lo sabía. Solo tenía 18 años y no estaba pensando en tener una relación seria, Yoongi no era el tipo de persona que siquiera comenzaba a salir con alguien porque tenía sentimientos. En realidad, él ni siquiera sabe como el amor de parejas debe sentirse.

No sabe como debe sentirse tampoco amar a un amigo.

El paisaje no es totalmente claro. Moviendo con impaciencia los dedos de sus manos sobre su muslo, mientras el viento pasea amablemente dos de sus cabellos sobre su nariz y utilizando una expresión tan seria sin saber que hacer realmente, levanta la mirada.

Comenzaba a hacer algo de frío, estaba en el parque. Habían corrido bastante después de lo que pasó, y mientras el tiempo avanzaba, lo único que Yoongi podía hacer era guardar silencio esperando que algo pasara. 

La mano de Jimin sobre la suya era un dibujo imaginario ahora, trazado en su palma, sujetándole con firmeza. No estaba ahí, ahora están en su propio regazo, aferrado con fuerza a la tela de la sudadera que trae puesta. 

El menor quiere decir algo pero definitivamente no sabe como sacar las fuerzas suficientes. Porque ahora mismo, estar junto a Yoongi sin tener un segundo de contacto físico le desequilibraba, su mente comenzaba a exigírselo. Sentados incómodamente uno al lado del otro, guardan una distancia tan grande que el peli-rosa siente que su respiración va a cortarse si no lo toca, si no siente que está presente.

Porque no parecía que lo estuviera.

"Mocoso, me trajiste aquí, ¿Por qué?" el silencioso escenario parecía haberse detenido con sus palabras. Se había atrevido a hablar, mirando fijamente el perfil de Jimin.

Parecía un personaje sacado de un cuento infantil, la nariz roja, los labios voluptuosos y aquella expresión de melancolía que le acompañaba. Inflando una imagen casi traviesa que contrasta con su personalidad.

Cae una hoja lentamente sobre su cabellera rosada y entonces Yoongi solo piensa que es lindo. Sabe que es infinitamente lindo, que quiere enterrar su cara en el pliegue de su cuello y exigirle con un desdén fingido que simplemente le acaricie.

Quiere pedirle por favor que vuelvan a dormir juntos porque había sido la única vez que se había podido relajar en meses.

Pero no puede, solo puede guardar silencio esperando una respuesta.

"Solo quiero que sepas que estarás bien." comenzó. No lo miraba, pero finalmente, aquella forma temerosa de hablar se había convertido en un gran esfuerzo por transmitir seguridad. "Que no importa qué, quiero seguir siendo tu amigo, Hyung. No me importa, quiero que estés bien. Voy a crecer cada día, ¿Si? Yo- es una promesa. Creceré y podré protegerte."

"No necesito que me protejas, Jimin, no seas bobo-

"¡Vamos a protegernos juntos!" le interrumpió, sonriendo. Parecía un niño de una edad mucho menor de la que poseía; en realidad Jimin siempre lucía así. Sin embargo había algo en su esencia que lo alejaba de esa imagen, la forma en la que parecía hundirse el brillo de sus ojos en un aire de madurez poco explorado, uno que gritaba por aparecer. "Y solo- vamos a poder darnos tanto cariño como queramos."

Yoongi agacha la vista hacia su regazo, sonriendo triste. Parecía que algo que no lograba explicar estaba golpeando dolorosamente dentro de su cabeza.

"Estaremos bien." dijo, casi intentando convencerse a si mismo. Atrapando la atención del menor en la repentina amargura que se había formado a su alrededor.

"Hablaré con Tae y solucionaré las cosas." aquel positivismo casi llega a contagiarle, pero no lo alcanza. 

Quizá solo está abrumado porque sabe que después de esto, tiene que volver a casa.

Quizá solo porque sabe que no volverá a sentirse de nuevo tan bien como se sintió dormir con Jimin en la misma cama.

Porque en su interior, sabe que no hay forma de que las cosas cambien. Incluso si era el único que podía ver la realidad en el asunto.

Pronto, caminaron con la intensión de irse y Yoongi dejó en la puerta a quien solo medía, quizá, escasos centímetros menos que él. Se abrazaron un buen tiempo poniendo como excusa que el tacto ajeno les proporcionaba un poco de calor ante la fuerte brisa. Pero, en los pensamientos egoístas de cada uno solo existía la verdad bochornosa que era;

...solo dos segundos más,

solo dos más.

Yoongi sabe que a pesar de todo, las pequeñas manos sujetándose con fuerza de su playera es algo que permanecerá en su viaje de regreso, acompañándolo y exigiéndole no borrar nunca la mueca de felicidad incrustada en su rostro.

¿Amor?

¿Es así como debe sentirse?

Uno de ellos lo descubrió ese día.









timid * ✩ ym ‧₊˚Where stories live. Discover now