♡ I love him, I hate him

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"Namjoonie..." susurró, agotado. El teléfono descansaba entre su oreja y su hombro, mientras que con sus dos brazos, Jin acurrucaba el cuerpo de su hijo más cerca de si. Mantenía su rostro entristecido y rojo contra su pecho, hipando con irregularidad debido al llanto reciente.

"¿Bebé? ¿Pasa algo? No vi tus llamadas, Dios, soy un idiota, ¿Le pasó algo a los niños?" Se escuchaba la tranquilidad del ambiente al otro lado del teléfono mientras que no podía decirse lo mismo de la voz de Namjoon. No cuando había visto que tenía casi diecisiete llamadas perdidas de hace más de una hora.

"Yo... llegué del trabajo y Tae no estaba en casa, Nam, Jimin estaba solo. Fue un caos, tuvo un horrible ataque de ansiedad, no me quiere contar que pasó." su tono de voz cada vez sonaba más quebrado, mientras se movía un poco para poder acariciar el cabello rosado que aun no parecía querer despegarse de su cuerpo. "Sé que hoy tienes trabajo hasta tarde, pero, ¿Podrías venir? Por favor, Nammie, no me siento con las fuerzas suficientes como para llevar todo esto solo, sabes que Jimin no suele tener solo un ataque de ansiedad, usualmente vienen como bombas. Ver a mi bebé así de mal solo me produce ganas de llorar y no debo hacerlo frente a él. No necesita de eso ahora. Además... estoy tan preocupado por Tae, sé que ya es bastante mayor pero se fue así sin más y a pesar de que es un niño rebelde, no deja a Jimin solo por nada del mundo, menos sin avisarnos."

"Mi trabajo no importa ahora, amor. Todo va a estar bien, iré para allá." las palabras reconfortantes salían de su boca incluso cuando él también estaba muy preocupado. Sus dedos golpeaban fuertemente contra la mesa, pensando en una solución pronta. "Pero primero yo- llamaré a la casa de Jungkook, si Tae no está allá, definitivamente debe estar con él, en el caso de que esté ahí, iré a buscarlo. También pasaré por esa pastelería, ¿Si? Sabes que a Jimin las cosas dulces siempre le calman. Las ama, lo hacen sentir feliz."

Jin respiró con esa regularidad que había desaparecido durante aquellas horas. Dejando que la tranquilidad que le transmitían las palabras de su esposo se colaran entre la capa de angustia que se había formado cerca de su corazón.

Soltó un, "te amo" bajito, recibiendo uno igual de vuelta, antes de cortar el teléfono.

  ♡ {muchas horas atrás}

Tae quizá no sabe muchas cosas.

Pero si sabe con seguridad, que en su lista de cosas que ama y cosas que odia, dos en especifico ocupan el puesto numero uno entre ellas.

Lo que más ama, fácil, él puede decirlo sin dudarlo. Puede decirlo sin siquiera mirar en retrospectiva hacía su pasado, lo sabe perfectamente; es Jimin.

Es Jimin porque fue lo primero que sus ojos vieron una mañana cuando despertó en un orfanato desconocido, rodeado de gente desconocida. Es Jimin, porque se trata de eso que su corazón necesita para poder seguir bombeando sangre.

Sabe que es su hermano, porque su hermano estuvo desde el inicio de todo, tomando su mano y curvando sus labios en una tímida sonrisa llena de luz que salía incluso cuando era tan difícil mantenerla.

Por otro lado y ubicando esto en un escenario dramáticamente diferente, encabezaba el primer lugar entre lo que más odio y repulsión le produce, Min Yoongi.

Aquel cabeza hueca que a penas podía sonreír.

Ese niño escuálido que parecía no comer y que se movía con lentitud entre la masa de personas cada mañana.  A quien no le veías aunque sea una cualidad positiva incluso si intentaras socavar profundamente entre su detestable, podrida y oscura personalidad.

Lo odiaba, lo odiaba porque en algún punto lo llamó, "Minnie."

Lo odiaba, porque abría los ojos con lentitud cuando se levantaba después de una siesta y parecía un pequeño gato siamés.

Lo odiaba, porque tuvo la oportunidad de tomar su mano.

Y, sobre todo, lo odiaba porque se fue como si él no significara nada, dejando la peor herida que el primer amor te puede dejar. Caminó sin importarle cuan atrás se había quedado Tae, ignorando su existencia como si se tratase de algo que no valió la pena ningún maldito día.

Entre quien más ama y quien más odia, Tae puede asegurar que no hay nada que les asemeje, no hay nada de Jimin en Yoongi o viceversa, simplemente porque son de mundos distintos. Porque no puede algo hermoso estar cerca de algo horrible, el monstruo no es digno siquiera de mirar al principe. No existe un punto de comparación entre ello pues Jimin es un ángel y Yoongi estaba bastante cerca de ser el demonio personificado.

Entonces, ¿Por qué?

¿Qué era esto que estaba viendo?

Cuando sus ojos se cruzan levemente con la sonrisa estática de Hoseok mientra este lo empuja al salón donde Yoongi y Jimin están casi encima del otro acariciándose el cabello, risueños y con las mejillas encendidas en un rojo avergonzado.

¿Que era eso exactamente?

Porque no puede entender, no mientras intenta encontrar el aire que le falta a sus pulmones y su mano se levanta tan rápidamente como choca contra el rostro de Yoongi que ni siquiera había visto venir su presencia.

La escena fue estática, perdida. El sonido seco del golpe y la forma en la que el cuerpo de Yoongi fue empujado debido al impacto sorpresivo, enviaron a un Jimin consternado hacia un intento, con cada uno de sus sentidos aún vivos, de verificar que el peli-celeste estaba bien.

A pesar de eso, de lo jodida que era la situación. No pelearon. Yoongi no devolvió el golpe, no mientras era acunado por Jimin quien sin entender todavía que ocurría se culpaba a sí mismo por ello. Tae estaba inmóvil, y en aquella inmovilidad, ni siquiera prestó atención a como Hoseok repetía "¡Vi a Tae venir e iba a decírtelo pero ya era demasiado tarde!"

No se volteó a decir que era mentira, no pensó en lo que eso significaba. Ni siquiera se preocupó de como Jimin podía sentirse mientras le tiraba con algo de rudeza el brazo, arrastrándolo fuera de la escuela, viéndose ya finalizadas las clases. Estaba cegado levemente por el ardor que tocaba sus sentidos hasta enloquecerlos.

"¡Tae! ¿Qué pasa? ¿Por qué actúas así? ¿Hice algo malo?"

Los pequeños gritos de Jimin, inyectados en una culpa confusa, a penas eran escuchados cuando, entre el forcejeo por deshacerse del agarre, cayó hacía el pasto del parque vació que estaban atravesando.  "¡Solo te pedí una cosa, Jimin! ¡Te dije que no tenías que acercarte a Yoongi, te repetí mil veces que era un hijo de puta, alguien que no merece ni un segundo de tu atención!"

El ceño del menor se frunció. Incluso con su incapacidad de comunicar sus sentimientos o emociones con fluidez, no podía soportar esta situación, que, sinceramente, estaba lejos de ser comprendida por él. "Yo nunca- nunca te dije que no iba a hablarle, no, uh, dije que iba a hacerte caso. Es mi amigo Tae y es una persona como todos, deja de tratarlo así."

"Ah, si. Tú amigo." rió. La risa fue irónica y se disipó tan pronto como salió de su boca. "Jimin, ¿Con que tipo de ingenuidades te han criado nuestros padres como para ni siquiera comentarte sobre el amor porque no quieren que salgas lastimado? No te dijeron nada porque querían cuidarte, no te contaron que las personas no son lo que aparentan, que no todo en la vida es rosa. No te enseñaron una mierda sobre nada."

"¡Yoongi es una buena persona! Él es- dulce"

"¿Dulce? ¿Es dulce? Si, Jimin. Es increíblemente dulce y tiene esa sonrisa que muestra sus encías que parece tan adorable, ¿No? Y sus ojos se ven tan tiernos cuando hace cualquier mueca o infla sus mejillas. ¡Lo sé! ¡Sé todo lo que estas pensando sobre él ahora!" Jimin está confundido. Tan confundido que su pecho se oprime en conmoción. "Pero esto no es uno de los estúpidos cuentos de hadas que papá te lee antes de de dormir, ¿Y tú "amigo"? Tú amigo te va a dejar, porque no sabe quedarse."

Se dio la media vuelta y se fue. Dejando a Jimin levantarse tembloroso del pasto después de largos minutos donde a penas podía respirar.

timid * ✩ ym ‧₊˚Where stories live. Discover now