13. EL FIN DE UNA TRAGEDIA

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De alguna forma me desperté en el hospital de Vancouver. No me lo esperaba para nada, creía que todavía estaba en el distrito y jurisdicción de mi ciudad. Pero lo que más me importaba en ése momento era que seguía con vida.

Preguntas incesantes rondaban por mi mente en las horas que permanecía sola en aquella sala clínica. Llena de cables y con un aparato para que respirara por mi. Éste, obviamente me lo quité nada más recuperar la consciencia.

¿Quién éra ése hombre? ¿Qué significaba "234-12 Serpiente blanca"? De alguna manera, pensaba que todo lo que había sucedido debería callármelo, puesto que no confío del todo en los policías de Vancouver, y puede que estén escondiéndome algo importante de Jane, que es la verdadera razón por la que me encontraba allí. Ellos lo sabían. Ellos querían información, que sólo una policía como yo podría tener. Y a cambio, me darían lo que yo querría ver, a pesar de que no fuera la autentica realidad.

Pasaba de todo aquello, me niego a lujos y bienestares falsos. Yo no me convertiría en eso.

Mientras moralajeaba conmigo misma en la sala, sin darme cuenta entró una muchachita mulata con el pelo rizado y muy largo, a limpiar mi cuarto. Era una chica preciosa, labios carnosos y con un tono rosado magnífico. Un tono de piel hermoso y unos ojos grandes y felinos.

'Buenos días Agente, vengo a limpiar, ¿podría ser?' Chapurreaba la muchacha en inglés, se notaba que no era su idioma natal y que hacía poco que se encontraba allí.

'Por supuesto linda.' Alcancé unas muletas que se encontraban al lado de mi cama apoyadas en la pared y me levanté con su ayuda.

'Me llamo Clara pequeña, ¿cuál es tu nombre?' Pregunté curiosa y bastante nerviosa, pues era el primer momento desde hacía bastantes días que no veía tanta delicadeza y dulzura junta... En ese instante eché un poco de menos a Carolina...

'Mi nombre es...' Miró nerviosa por toda la habitación.

'Naihn.' Concluyó.

'¿De veras te llamas así? ¡Wau! La verdad es que es un nombre bastante original. El mío es más bien retrógrada, pero que le vamos a hacer.' Reí a carcajadas para romper el hielo, pues la muchacha parecía un bloque de hielo y tenía pinta de estar tensa desde el primer instante.

'Bueno... yo antes me llamaba... Faihma. Mi familia es de India.' Sonrió tímidamente y se apartó el pelo hacia un lado, sujetando el mechón con su oreja.

'Tengo veinticuatro años. Encantada de conocerla Agente Clara.' Y volvió a sonreír, pero ésta vez sonaba a risa.

No sé que paso en ese momento chicos, pero os puedo asegurar que fue como si entrase de nuevo en mi despacho, dentro de mi casa. O como si me volviera a enamorar otra vez, o como cuando... Llamaron a mi puerta para notificarme de que Jorge había muerto. Mi cara cambió de un tono alegre y sano a un pálido enfermo y asqueroso.

Naihn se dio cuenta de mi cambio de cara, de humor, de aura y alma. Sin pensárselo dos veces, se despidió de mi a toda prisa y a lo lejos, salió corriendo de mi habitación.

Al final, ni limpió, ni si quiera se presentó como es debido... más o menos. Realmente quería preguntarle muchísimas cosas, como, ¿qué hacía allí? Y ¿dónde estaban mis pertenencias dentro de mi coche, incluido mi coche?

Seguían pasando las horas y yo me encontraba aún más sola, hubo momentos en los que escuché voces, como las de el teléfono. Las de aquel número extraño que empezaba por 0. En la realidad en la que vivía en ese momento, cabía la posibilidad de que intentasen manipularme a través de ondas sonoras expansivas, cuya función fuera hacer lo que ellos quisieran, y que yo no me diera cuenta de absolutamente nada. Casi como si fuera mi realidad, mis propias decisiones, mi verdadera vida.

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2018 ⏰

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