Quedate (gay)

Capitulo 3: La Chispa

Me tambaleo, siento que me voy a derrumbar en cualquier momento, mantengo mi reacción perpleja de cualquier señal de dolor, quiero verlo sí, pero tengo miedo de que esto no sea para bien

–¿Vendrá? –Mis palabras suenan desesperadas

–¿No es increíble? –Mi madre da brinquitos en su lugar

Mi padre me mira desconcertado ¿Qué quiere? ¿Qué me ponga como mi madre?

–¿No estás feliz? –Mi padre me mira seriamente

–¡Claro! –Miento con todas mis fuerzas

–Al fin, toda mi familia junta –Mi madre toma mi mano y sonríe para ella

–¿Y porque viene?

–Veras… tu hermano a sus 19 años termino su entrenamiento en natación, es uno de los mejores y decidió terminar su último año de prepa en una escuela normal y con personas normales

¿Qué? ¿Mi hermano estudiara en mi preparatoria? Eso es malo, muy malo… alzo la mirada, mi padre esta serio, me doy cuenta que está esperando a mi respuesta

–¡Eso es fantástico! –No se si mi sarcasmo se note, y espero que no

–Bueno… llega mañana –Habla mi madre emocionada

–Eso suena aun mejor –Mi cabeza piensa, ¿Qué hare? ¿Lo seguiré queriendo? ¿Me seguirá queriendo? No quiero verlo, no quiero, todo estaba bien en mi vida, no lo quiero a mi lado

–He invitado a Agustín –Añade mi padre

–¿Qué? –Al parecer a mi madre no le agrada la idea

–Es de la familia, vamos Alba no seas tan arrogante

Doy por terminada la plática y subo a mi habitación, corro por las escaleras para llegar a mi cuarto, entro y me acuesto en mi cama, miro el techo; quiero saber que hare cuando lo vea, quiero saber qué es lo que siente por mí, nunca olvidare su amor de hermano que me tendía, que se esforzaba en mostrarme día a día, sus brazos rodearme cuando bajaba de su litera para solo dormir conmigo

A la mañana siguiente me levanto desesperado, mi respiración es agitada y rápida, intento tranquilizarme pero algo me duele, algo en mi más preciada memoria me duele, no sé si es el miedo a verlo, o el miedo a que ya no sienta lo que yo siento por él

Camino a zancadas de la habitación y bajo hacia el gran comedor, mi padre observa un importante partido de beisbol y mi madre termina de hacer el desayuno. Me mira sorprendida, quizá si me hubiera puesto unos pantalón todo estaría bien

–Connor –Exclama –¿Por qué no traes unos pantalones?

–Em-mm –Tartamudeo y observo mi ropa interior, ¡Dios mío, que me ha pasado!

Corro de regreso a mi habitación y me coloco los primeros Jeans negros entubados que encuentro, regreso al comedor y me siento junto a mi madre

–¡No olvides que esta noche es importante! –Afirma ella

–Puedes invitara a Alejandra –Dice mi padre sin importancia

–Está bien –¿Alejandra? ¿Es enserio?

Salgo de la casa y camino hacia la escuela, quizá no sea tan malo, quizá pueda olvidar todo lo que siento, quizá y hasta él lo haya olvidado, mi tortura es inmensa y quiero desahogar mi mundo con alguien, quiero sacar todo mi dolor ¿Pero con quien?

–Hola Connor –Me saluda Drake en susurro, mientras saco cosas de mi casillero

–Oye –Hablo tomándolo del brazo