Pérdida

Capítulo 9.

No entendía que era lo que estaba haciendo él ahí, sin embargo era algo que ni yo me imaginaba y por un momento le quede mirándolo como una boba. Lucía demasiado bien, barba de unos cuantos días, su cabello que tenía un brillo tan lindo. Su mirada que lograba derretirme.

Suspire profundo y hable.-¿ Qué haces  aquí?- pregunte muy confundida por su aparición tan repentina.

-Quise venir a verte, toda la semana me la pase de viaje. No quería dejarte abandonada un día mas.- me tendió las rosas para yo tomarlas y le fruncí el ceño.

-Gracias y no te hubieras molestado por las rosas. Lindo detalle.- las tome entre mis manos e inspiré aquél dulce aroma que desprendían.- Pasa, por favor.- me hice a un lado y lo deje pasar. Ya cuando estuvo en el interior, cerré la puerta y me dirigí hacia la cocina para poner las flores en agua.

-Que linda estas vestida.- se me quedo mirando, recargado en el marco de la puerta. Mire hacia mi misma para ver que era lo que traía puesto.

-Casi no traigo nada, por eso lo dices.- traía puesto un jersey que me llegaba mucho mas arriba de la rodilla. Solo cubría lo necesario. Me recargué sobre la encimera de la cocina y le crucé de brazos.

-Lo sé y al mismo tiempo te da un toque demasiado sexy.- empezó a acercarse demasiado a mi, tanto que yo retrocedía lo mas que podía.

-¿Qué tal tu trabajo?- pase saliva despacio, pero no me moví de mi lugar. Quería jugar, muy bien, yo podía hacer lo mismo y mucho mejor que él.

Sonrió de lado y esas pequeñas marcas que se hacían a cada lado de su boca, me volvían loca.- Bien, todo bien. ¿qué tal el tuyo?- en ningún momento paraba de caminar para acercarse a mi.

-No me quejo, pero todo bien.- mi voz salió un poco extraña, ya estaba lo suficientemente cerca para poder oler su aroma, para mirarnos directamente a los ojos.

-De verdad me vuelves loco.-me tomo por la cintura y me apretó a él. Nuestras respiraciones se confundían. Nos mirábamos solamente a los ojos.- Quiero besarte, tenerte entre mis brazos y que puedas ser solo mía.- con sus dedos recorrió mis labios, hasta el hueco de mi cuello.

-Lo estas llevando demasiado rápido, yo solo juego. No te vayas a quemar conmigo.- le susurré en el oído y sentí el apretón en mi cintura mucho mas fuerte, estaba de puntillas para poder alcanzarlo.

-Correré el riesgo de quemarme.- quito el cabello de mi cuello e igual susurro como yo.

-¿Seguro?- acerque mis labios a los suyos y lo miré. Sus ojos estaban que echaban fuego, sus pupilas dilatadas no dejaban de observarme de cuerpo entera. Mientras que su mano en mi cintura estaba demasiado firme, no la quitaría.

-Muy seguro, creéme que los dos nos vamos a quemar en este juego. Mientras disfrútalo tú.- sin esperar a que yo respondiera, me tomo de la nuca y unimos nuestros labios. Un beso lleno de mucha pasión, de ansias de querer estar así ambos.

Sus labios sabían demasiado bien, su lengua recorría cada parte de mi boca, mientras que a mi me permitía saborearlo y extasiarme de él. Sin esperarlo me subió a la encimera de la cocina, mientras que nuestras bocas no se separaban ni siquiera para tomar aire. Lo tomaba por el pelo y lo apretaba entre mis piernas. Recorría cada centímetro de mi cuerpo, me tomaba por la cintura, sus manos bajaban hacia mi cadera y de ahí hasta mis piernas.

Empecé a desabotonarle la camisa y le quite la corbata con rapidez. Se la quite en unos cuantos minutos. Al fin lo tenía delante de mi, semidesnudo y con ese abdomen que a cualquier mujer mataría. Baje mis manos hacia su abdomen y me dedique a recorrerlo entero. Me mataba todo él.

-Vamos a mi habitación, aquí no.- dije en medio de aquel beso. Me tomo por abajo de los glúteos y sin ninguna dificultad camino conmigo entre sus brazos, para así dirigirse a mi habitación.

Al llegar ahí me coloco de pie y de separó de mi.- Quiero ver que te desnudes tú.- con la voz ronca a base de la excitación, sonreí seductoramente e hice lo que me pidió.

-Con gusto, pero sientate.- le di un pequeño empujón para que cayera en la cama. Me coloqué delante de él, e hice unas cuántas caricias yo misma sobre mi cuerpo. Quería que se prendiera más, que mirará que solo queríamos jugar y nada mas. Me fui quitando el jersey despacio, mientras que este se deslizaba por mis piernas y quedaba completamente en ropa interior. Sus ojos estaban que podía echar fuego y que cada miraba que me daba a mi cuerpo, quemaba por completo.

-Detente.- soltó aquella palabra ya cuando estaba por deslizar los tirantes de mi sostén.

-¿Que sucede?- pregunte con voz inocente.

-Eso lo quiero hacer yo, gran espectáculo que me ha dado, señorita. Un placer haber sido yo, el único espectador.- se levanto de donde estaba y sin dificultad alguna llego a mi. Me tomo por la cadera, me apretó a él y sentí aquello, lo cuál hizo que soltará un pequeño gemido.

-Un placer.- susurré sobre su oreja y le di un pequeño mordisco. Se quito los pantalones, mientras que ambos no podíamos despegar nuestragustando es. Cuando ya término su trabajo, me tomo por ambos brazos y nos caímos a las sábanas suaves de mi cama.

-Me encantas, eres una mujer muy ardiente.- beso mi cuello, después siguió bajando hasta donde estaban mis pechos. Estaba muerta de placer, extasiada al entregarme a un hombre tan ardiente y atractivo como el.

-Hija, amor, hemos llegado.- los gritos de mis padres interrumpieron aquél momento del cual estaba ansiando que sucediera.

-No puede ser.- se detuvo en el hueco de mi cuello y yo sin querer solté una pequeña risita.

-Cuando no nos toca, ni modo.- me lo quite de la encima y me puse de pie.- Vistete, no puedes andar mostrando lo que aun ni siquiera he experimentado yo.

-¿Ah si que solo soy un experimento?- se levanto de igual manera y se coloco a lado mio.- Eso duele.- me tomo por la cadera y tomo mis labios entre los suyos. Su sabor era embriagador y a todo él lo quería para mi.

-Ya veremos si cuando seas mio, sigues siendo experimento.- dije en medio de aquel apasionado beso. Me despegue de su lado y comencé a vestirme.

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Esta historia me esta gustando escribirla mucho, es un nuevo proyecto y nueva historia en la cual me voy a atrever con varias circunstancias que pasarán.

Bello día para todas ustedes y esperó que les guste el capítulo.

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