Capitulo 8.

162 7 3
                                    

Respirar para ambos era una batalla que no lograban acabar, se tocaban, besaban con ansiedad, anhelo, pero sobretodo mucha sed.

-Arianna.- su amiga la llamo desde el salón.

Se separaron ante aquel llamado, trataron de regular su respiración y segundos después ya cuando creyeron haber estado mejor salieron de aquel cuarto. Ella ni si quiera lo volvió a mirar, sentía todo el cuerpo entumido, tenia demasiado calor, pero también mas sed de aquellos besos anhelantes.

-Creí que ya estaban estrenando el lugar.-miro con picardía a su amiga quien se le notaba que algo había pasado entre ellos.

-Kris que cosas dices, puedo ofrecerles de cenar.-sugirió para cambiar de tema y no sentirse incomoda. 

.No es necesario, creo que ya mejor deberíamos irnos.- la pareja de su amiga se levanto listo para irse.

-Oh no Diego, permíteme que ya se vayan cenados de mi casa, no me gusta que mis invitados se vayan sin comer, ahorita voy al restaurante de aquí y pido las cosas para llevar.- Arianna lo miro, ella se moría de hambre y quería aprovechar la compañía.

-Si nos parece bien, muchas gracias.- sonrió y segundos después ella desapareció para ir por su bolso y un ligero suéter.

Se metió a su habitación casi huyendo, el la miraba de una forma muy seductora, la corriente eléctrica se notaba a kilómetros, se recargo en la puerta pensando en lo ocurrido, toco sus labios sintiendo que algo faltaba ahí, los besos de ese hombre era lo que faltaba. No podía aun creer lo que ella había hecho, pero tampoco se arrepentía. Fue hacia su closet y saco un suéter negro, cuando se lo estaba poniendo la puerta de su habitación fue abierta.

-Enseguida voy por la comida Kris.- al darse vuelta se dio cuenta que no era su amiga.- Bueno es que a ti no te han enseñado a tocar la puerta.- lo miro con los brazos cruzados mientras el la recorría como un león hambriento.

-No, creo que eso me ha faltado, pero podrías enseñarme tú.- apresuro su paso hasta llegar a ella y tomarla de la cintura, acercando sus cuerpos mas de la cuenta.

-Enseñarte seria una perdida de tiempo y ahora si me disculpas tengo que ir por la cena.- beso su mejilla para provocarlo y segundos después quito las manos de su cintura.

Salio de ahí y fue hasta la puerta de entrada, agarro sus llaves y fue por la comida. El restaurante solo quedaba a unas cuantas calles, era de comida italiana así que compraría pasta y pizza. No era ni muy temprano ni tarde, habían personas aun caminando por el lugar y autos pasando.

Aún no entendía lo que ese hombre le estaba haciendo, la forma en que la miraba y la hacía sentir con sus besos era única e inigualable. Llegando ya al restaurante pidió lo que quería llevar y espero a que todo estuviera listo. Mientras se sentó y empezó a ver algo en su celular para así poder dejar de distraerse pensando en aquel ser que ya la estaba volviendo loca.

Regreso al poco tiempo con la comida ya lista, su amiga y los dos hombres hablaban muy animados, las risas de los tres se escuchaban hasta afuera, negó sonriendo.

-Kristina, ayúdame a poner la mesa.- al gritar, pegaron un salto del susto.

Quiso reírse pero se contuvo, ambas mujeres se pusieron a acomodar la mesa y a dejar todo listo para cenar, mientras que ellos solo platicaban del fútbol y cosas de esas.

-Ese restaurante si que es bueno, la comida esta deliciosa.- Arturo la miraba mientras comía, cada gesto o movimiento que hacía siempre se quedaba mirándola, no sabía muy bien lo que en ella producía, pero podría decir que era el primer hombre que lograba ponerla nerviosa.

-Quiero conocer un poco a la mejor amiga de mi novia, ¿tienes pareja en este momento?- su pregunta descolocó a Arianna, a el que mas le daba saber, pero suponía que él le había dicho que preguntará.

-No, no tengo pareja en este momento y tampoco es que me haga falta una, ahorita para mi es importante mi trabajo, mi familia y de ves en cuando salir a divertirme un poco.

Él la miro con una ceja alzada, sorprendido por su respuesta. El resto de la noche así la pasaron, riendo, haciendo preguntas de su vida, la familia, como se habían conocido ambas. Una noche en la que se había divertido y al momento en que ella se había despedido de el sus palabras la dejaron pensando.

"Ya veremos si es que en algunas semanas no deseas a una persona en tu vida"

Esas habían sido sus palabras al despedirse, a ella no le interesaban esas cosas y dudaba que algún día le llegasen a interesar, ella era feliz asi como estaba.

Una semana paso desde que no lo vio, juntas, papeleos, mucho trabajo se acumulaba, no había tenido tiempo de nada, ni de salir con amigas. Suspiro ya frustrada con los codos apoyados sobre el escritorio, había sido una semana llena de mucho estrés, ocupada lograba no pensar en nada, ni en el.

-Kris.- la llamo desde el teléfono para que fuera su oficina.

En un segundo su amiga ya estaba tocando la puerta, entro y se le quedo mirando preocupada.

-¿Qué paso? Te sientes bien.- ella siempre preocupándose por el bienestar de su amiga. Sonrió tranquilizándola.

-Estoy bien, solo que he tenido mucha presión, algunos editores no aceptan los libros que yo elijo, al hablar con las autoras no les parece, discusiones y luego con los problemas que ahora mis padres tienen.- se agarro la cabeza con ambas manos, el estar asi de presionada a ella no le gustaba.

-Tranquila, yo se que estar en el lugar donde te encuentras no ayuda, pero recuerda el porque amas este trabajo. Vete por hoy a descansar y yo me encargo de todo.

Por primera ves Arianna cedió y fue a su casa, le agradeció por haberla escuchado y por querer encargarse de su trabajo. Al llegar a su casa se preparo algo de comer, se puso algo cómodo y se puso a ver una serie, amaba las series y ese era su pasatiempo favorito.

A la hora después de estar tan entretenida viendo, escucho el timbre e imagino que sería su amiga que venía a verla para ver como estaba.

Fue hacia la puerta y la abrió sin siquiera mirar, ya era costumbre en ella. -Pasa Kris, gracias por ocuparte de mis cosas el día de hoy.

Al no recibir respuesta miro hacia la puerta y lo vio ahí, la persona que anhelaba ver se encontraba de pie en la puerta y con un ramo de rosas en sus manos.

********

Tarde en actualizar, lo sé, a veces mi cerebro no me da la inspiración que necesito, pero bien dicen que mientras mas escribas, mas llegan las ideas asi que me pondré mas a ello.

Esta historia me encanta, veamos a donde llevará a ese par en esta historia. Solo puedo decirles que será como una montaña rusa, llena de emociones y mas. Un beso y gracias por todo, nos vemos pronto.



PérdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora