Capitulo 4.

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Me le quede mirando un rato, esperando si yo me acordaba de el, pero no. Su rostro no me era conocido.

-Lo siento, no se quien sea usted.- Arianna hablo con indiferencia, ese hombre la ponía nerviosa, pero no se lo iba a demostrar.

Aquel hombre misterioso se sentó en el sofá que había ahí, sin siquiera preguntar si podía. Ella ya estaba algo molesta y si hacía algo mas lo echaría a patadas de su oficina.

-Mire, le voy hablar algo claro, porque parece que no me entiende o tiene problemas para escuchar.- Arianna se inclino en el escritorio, esperando para ver si lo intimidaba.- No soporto a las personas arrogantes como usted, no pidió permiso para entrar a la oficina ni tocar, no lo he visto en mi vida y si ya no quiere trabajar para mi empresa por mi se puede ir despidiendo del lugar.- Lo dijo fuerte y claro, Arturo, solo sonrió arrogante y se acercó a ella.

-Perfecto, creo que empezamos con el pie izquierdo, Arianna.- el hombre la recorrió con la mirada hasta posarse nuevamente en aquellos ojos.- Creo que si le convendría llevarse bien conmigo, contésteme algo. ¿En que se vino el dia de hoy al trabajo?

Esa pregunta descolocó por completo a ella, su ceño se frunció y sin poderlo evitar contestó cortante y algo grosera.- Creo que eso a usted no le importa.- Arianna le sonrió sarcásticamente, no lo soportaba.

-Pero a usted le importa recuperar su auto, ¿No es asi?

Arturo la miro con una sonrisa de suficiencia, había ganado la batalla. Todo rastro de la sonrisa sarcástica que tenía Arianna se fue, su rostro palideció y tuvo que sentarse a darse un poco de aire con las manos.

-¿Cómo sabe usted eso?- hablo casi tartamudeando.

-Yo fui la persona que la ayudo en el estado que estaba.-volvió a sentarse, pero esta ves arrogante y sin quitar la mirada de encima.

-Me conozco cuando me pongo ebria y nunca pudo ayuda, puedo llegar a mi casa por mi misma y sin ayuda de nadie.- la ira de Arianna aumento, se levanto de la silla y se situó enfrente de aquel hombre.

-Eso ya lo tengo claro, eres una mujer demasiado difícil, pero soy una persona a la cual le gusta cuidar, pero no te haré cambiar de opinión. Me debes una disculpa, por cierto.

Lo miro casi con el humo saliendo de la orejas.- Yo a ti no te debo nada.- esta ves ya estaba gritando.

-¿Ah no?- se levanto hasta quedar unos cuantos centímetros cerca de ella.- Me vomitaste encima.- era una guerra de miradas, aquel hombre divertido y Arianna furiosa.

-Pues no me voy a disculpar, en primera nadie te pidió cuidarme, ya te dije que eso lo puedo hacer por mi misma, me llevaste porque quisiste asi que tuviste las consecuencias.- dio una vuelta alrededor de el, todas esas palabras las susurro cerca de sus labios.

Arturo cerro los ojos, disfruto aquel perfume que llevaba esa mujer, era difícil hablar con ella, pero al mismo tiempo le divertía.- No te daré las llaves hasta que empecemos de nuevo.- ella rodó los ojos y volvió a su lugar.- ¿Que te parece si te invito a cenar y ahí nos conocemos mejor?

Ahora fue él, el que recargo sus manos en el escritorio de ella, intentando también intimidarla.

-¿No te vas a rendir aunque te diga que no, verdad?.- asintió y espero la respuesta.- ¿ni tampoco me darás las llaves de mi auto si te digo que no?- volvió a negar con la cabeza.-Si no hay remedio.

Arianna se encogió de hombros, dando ya por hecho esa cena.

-Que amable es usted, ya que obtuve lo que quería, me marcho.- paso una mano por el pelo y se acercó a la puerta.- Pasaré por ti a las ocho, espero estes lista.

Negó con la cabeza.- No te preocupes por mi, puedo irme, buen intento si piensas que te daré mi dirección.- ella se masajeó las sienes.- Pero suerte con ello, adiós.

El hombre le guiño un ojo antes de irse y después se esfumó.

Recargo su cabeza en las manos, ese hombre la había estresado, su arrogancia fue lo que mas le enfureció, sabía ella ya también como era, pero odiaba que la tratarán como una niña chiquita y él no era nadie para tratarla de esa forma. Durante dos horas nadie la interrumpió, había seguido trabajando con lo que tenía pendiente, su estrés se había disminuido un poco y para distraerse y no pensar en la noche de hoy, se dedicó a leer unos cuantos manuscritos nuevos que tenía.

A las tres y media entró Kristina, por poco ya no recordaba que había quedado con ella para comer.

-Mujer, deja de trabajar tanto, te harás vieja.- su amiga tomo asiento enfrente de ella.

Arianna rio ya un poco divertida.- Lo sé, ya no recordaba que habíamos quedado en salir a comer juntas.

-Oh no te preocupes, justo a eso venía.- su amiga se removió incomoda en el asiento, ella la miro con el ceño fruncido.- Espero no te molestes, es que he quedado con el chico que conocí ayer en el bar.

-Kristina, hubieras empezado por ahí, no te preocupes, tu sal con tu galán, te doy la tarde libre. Yo también necesito descansar un poco, no he dormido bien, ve y diviértete.

Ella le sonrió con cariño, la quería como una hermana, que mas daba, hoy no había tanto trabajo por hacer. Kristina se levanto entusiasmada y fue a abrazarla.

-Gracias, gracias, te he dicho que eres la mejor amiga del mundo.- Arianna río y la abrazo con cariño.

-Anda ve, se te hará tarde.

Su amiga le dio un beso y salió de la oficina feliz, sabía que tardaría poco para que su amiga se enamorará de aquel chico. Negó con la cabeza, tomo sus cosas y se dirigió hacia su casa, quería descansar un rato antes de que el susodicho llegará a buscarla, eso haber si encontraba donde vivía. Comió y después se acurrucó en el sofá, vio una película y su mente se distrajo, quedo dormida por unas dos horas, hasta que la televisión la despertó.

Vio la hora en su celular y sin mas remedio, subió a su habitación, se dio una ducha relajante y después se dedicó a arreglarse. Quería algo diferente, asi que aunque ese hombre no merecía que se arreglará tanto para el, se arreglo mas de lo normal, solo porque ella quería verse diferente. Se estaba poniendo los zapatos, cuando un mensaje le llego.

Estoy afuera :*

Ese hombre como sabía su número, negó pero esta ves un poco divertida.

Vamos a ver, esperemos que no hayas adivinado donde vivo ;)

Se coloco perfume y bajo las escaleras, prendió la luz de afuera y salió al exterior. Quedo sorprendida, no solo se encontraba el ahí, si no que el auto se ella ya también se encontraba ahí. Sin querer sonrió, Arturo salió del auto y espero mientras ella cerraba su casa. No la podía ver bien a causa de la oscuridad.

-Que sorpresa me has dado.- el iba a contestarle, pero las palabras se quedaron estancadas en su garganta, aquella mujer iba increíblemente espectacular.

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Nuevo capítulo, espero que les guste.

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