Cap 6

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Habían pasado varios días desde la última vez que enfrentaron a la extensión de Naraku; Aome había viajado nuevamente a su época para dar sus exámenes y ya se encontraba nuevamente junto al grupo para continuar con la búsqueda de los fragmentos.
Sin embargo, se tomarían el día de descanso ya que esa misma noche habría una celebración en la aldea, la cual acostumbraban hacer todos los años donde se servía comida, bebida y nunca faltaba el sake para la diversión.
Sango había conseguido dos kimonos muy lindos para lucir en la noche, uno era para ella y el otro para obsequiárselo a Aome. Tenía pensado entregárselo por la tarde, cuando el sol comience a ponerse y así comenzar a prepararse juntas, peinarse, arreglarse.. ya saben, cosas de chicas.
Mientras tanto seguían con los preparativos para la noche, estaban muy contentos ya que un poco de diversión no les vendría nada mal.. estar todo el tiempo tras Naraku y recolectando los fragmentos era bastante agotador.
Faltaba poco para que anocheciera y Sango le entregó el kimono a Aome, que se encontraba encantada con su regalo.

- Gracias Sango es hermoso! No debiste haberte preocupado.
- No te preocupes, para eso somos amigas! Qué esperas anda! Ve a probártelo.
- Por supuesto!

La muchacha comenzó a desvestirse mientras Sango revisaba con mucha curiosidad el porta cosméticos que Aome había traído de su época, le llamaba mucho la atención y estaba maravillada con todas esas pinturas, era simplemente fantástico!

- Aome que es este artefacto?

- Es un arqueador de pestañas, lo colocas en tus pestañas y luego lo cierras. Y así tus pestañas quedarán arqueadas!

- Ohh vaya, esto es genial. Y esta cosa q..

- Eso es algo que las humanas de esa época utilizan para poner rojas sus mejillas, Aome me lo dijo una vez. Decía Inuyasha, muy orgulloso ya que él sabía algo que Sango no. Se encontraba justo en la puerta y había estado escuchando a las muchachas conversar. Ninguna se había percatado de ello, ya que se hallaban de espaldas a la puerta. Y muy entretenidas en lo suyo.

- Inuyasha, estuviste ahí todo este tiempo?!! Como te atreves?! eres un depravado!!

- Féh, no te preocupes, no me interesa verte.

- Inuyasha eres un inepto!!!

- Eres una tonta, para qué querría verte?

- Como dices eso perro tonto, Aome es una mujer muy bonita es obvio que por eso. Decía Shippo quien misteriosamente había aparecido y ahora se hallaba escuchando la discusión

- Jáh! Que dices? Aome no es una mujer bonita! Lo decía solo para molestar, jamás aceptaría perder una discusión con Aome.

- ABAJO!!!!

La muchacha se encontraba muy enojada, no, enojada no.. furiosa. Las palabras de Inuyasha habían herido su autoestima. Salió de la cabaña hecha una fiera, quería estar lo más lejos posible de ese idiota, no le importaba donde, pero verlo era lo último que quería en esos momentos. Atravesó toda la aldea, cruzo los campos de cosecha y se dirigió directo hacia el bosque; quería estar sola, alejada de toda esa muchedumbre bulliciosa que no hacían más que divertiste mientras ella ardía en llamas por el comentario tan grosero que había recibido.
Cuando se dio cuenta ya se encontraba en medio del bosque, la rabia la había cegado y no la dejaba pensar con claridad. Todo lo que sabía era que se sentía acomplejada.. creyó que Inuyasha en realidad estaba en lo cierto y era esa la razón por la que su extraña relación nunca daba un paso adelante.. Porque ella no era lo suficientemente atractiva para el.
Así se mantuvo un buen rato, sentada en una piedra mirando a la nada, sumida en sus pensamientos.. hasta que por fin pudo despejar la mente y pensar con claridad.
Se paró decidida a volver con los demás a la aldea, dio unos cuantos pasos y lo evidente se hizo ver. Se había desorientado. Era tanta su bronca que no recordaba por donde había venido.
Comenzó a caminar para ver si lograba encontrar el camino, al cabo de unos minutos se dio cuenta de que se encontraba caminando en círculos. No tenía su arco ni flechas, se encontraba indefensa en medio de la noche y un monstruo podría aparecer en cualquier momento.
Siguió caminando, se dijo a si misma que no dejaría de caminar hasta poder encontrar el camino de regreso. Pasó aproximadamente dos horas dando vueltas, cuando de repente lo vio.
Se encontraba parado junto a un gran matorral de arbustos, imponente y serio, con esa mirada fría que trasmitía de todo menos amabilidad. Lo pensó dos veces, pero no tenía opción. De todas formas iba a morir.. ya sea porque un monstruo la mataría si seguía sola en ese lugar o porque el Yokai la asesinaría a sangre fría por el hecho de atreverse a pedirle tal cosa. Así que de todas formas no perdía nada con intentar que la ayudara.
Se acercó a paso lento, con temor de lo que podía llegar a pasar.. pero a la vez quería estar segura de sí misma, no quería mostrarse débil frente a él.
A pesar de que ella aún no se había acercado, el ya sabía que se encontraba allí. Pudo sentir su olor desde antes que ella se percatara de que él estaba ahí.
Cuando por fin se encontraba a escasos pasos de él y al ver que este no hacía más que seguir mirando hacia el mismo punto e ignorándola por completo, decidió hablar.

Sesshome LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora