Chapter Twenty Five: De verdades y mentiras

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Seis años antes...
-Oliver, 7 años.

Oliver estaba sentado leyendo un cuento que su madre le había comprado, ella le había dicho que debía ejercitar su lectura. Edith estaba trabajando, y la niñera había ido al baño un momento, mientras él seguía con el pequeño libro, tenía dibujos, se le hizo un poco tonto pero asumió que era un versión para niños de El Principito.

-¿Te gusta leer? -Un hombre de traje negro se acercó a él, Liver alzó la vista y por un momento creyó que era su padre, pero entonces vio los ojos del sujeto notando que eran oscuros, no eran como los ojos azules que recordaba de su papá.

-Si... ¿Tu quien eres? -Pregunto la inocente criatura observándolo fijamente, aun con el librito en manos.

-Soy tu papá -Él dijo, caminando hasta el niño y acuclillandose frente a él.

-Tu no eres mi papá -Contestó el menor, con el pequeño ceño fruncido.

-¿Porque lo dices?

-Mamá siempre me muestra fotos de papá y me habla de él, tus ojos no son como los de mi papá -Cerró el libro y lo dejó a un lado, mirando al hombre desconocido, hace un año había empezado a ver a personas que no conocía en la casa como Wally o Tucker por lo que realmente ya no le sorprendía mucho encontrar otro ser como ellos.

Aunque Mr. P no era como aquellos fantasmas.

-Tu madre cree que él es tu padre, pero en realidad soy yo -Extendió una mano y acarició el cabello negro del niño con cariño inexistente.

Oliver lo miraba fijamente.

-Tu no eres mi padre -Repitió, apartando la mano del ente.

Él inclusive veía a su padre en ocasiones, Adam decía que lo cuidaba desde las sombras, que él siempre lo cuidaría, sin importar que pasara. Oliver no protestaba, le agradaba en cierta manera la compañía de su progenitor, pero muchas veces Wally o Luca interrumpían, y hacían que Adam se fuera.

Ese ser que estaba frente a él no era su padre, él no sentía que así fuera. Lo rechazaba como su progenitor.

-¿Prefieres a Adam Pritzker como tu padre? -El ente cambió su expresión, tornando aquella sonrisa amable en una mueca despreciativa- Eres débil... -Le dijo, más aún cuando notó los ojos azul claro, hielo, del pequeño.

-Solo soy un niño...-Liver se encogió de hombros y se levantó del piso, siendo seguido con la vista por esos ojos oscuros.

-Eres mi niño... y eres hermoso, ahora eres débil aún, pero tarde o temprano cumplirás con el propósito por el que fuiste creado...- Mr. P se levantó igualmente, desvaneciéndose ante los ojos del menor.

Y es que Oliver era inocente, pero su sangre estaba maldita, corría la desgracia en sus venas.

Cuando de verdades se trataba, él poseía una inocencia que estaba maldita.

Cuando de mentiras se hablaba, él era hijo del esposo de Edith MacMillan.

Actualidad

Era alrededor de media noche, sentía la mirada fija de Oliver sobre si mientras desarmaba la cama para que durmiera allí. Él la había estado observando de esa forma desde lo último que había dicho Arlet, era como si el niño esperara una reacción ante eso, o si la analizara para descubrir si realmente ella sería capaz de hacerle daño.

Oliver: Inocencia maldita [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora