Cap. 23 Día de campo ...

389 17 9
                                    

Al Día Siguiente…

Rayita*

Nos levantamos muy temprano para ir a la casa de mi Tio en Rancagua, una ciudad cerca de Santiago y con un hermoso paisaje. Fuimos casi todos (mi mama, mi abuela, Roberto, la Isa, Pete, Patrick y yo).

Llegamos a eso de las 11.00 de la mañana al lugar, hace mucho tiempo que no iba donde mi tío y había olvidado lo lindo que era. Mi mama, con mi abuela y mi tía se colocaron a cocinar, mientras que Roberto, la Isa, Pete, Patrick y yo nos pusimos a jugar futbol en la media cancha que tenía mi tío.

-          Chicos están preparados para subir mil kilos – dijo Roberto mientras corría con la pelota entre las piernas.

-          ¿Cómo así? – pregunto Pete.

-          Porque hoy comeremos mucho – le respondí

-          Amo la comida, así que acepto el reto – dijo Patrick sonriendo.

-          Chicos, vengan a ayudar a pelar y moler los choclos – grito mí mama desde la cocina.

Nos dividimos en dos grupos, el primero que era Pete, Roberto y mi hermana se pusieron  a pelar los choclos, mientras que el segundo grupo (ósea Patrick y yo)  nos colocamos a moler el choclo, (Yo lo echaba en la moledora picado y Patrick lo molía). Por otro lado mi Tío se colocó hacer asado, mi mama con mi Tía las empanadas y mi abuela el Pan amasado.

-          Y se supone que nos tendremos que comer toda esta comida? – dijo Pete mirando los choclos y los demás haciendo el resto de comida.

-          Jaja si, hermano – le respondió mi hermano

-          Omg!... vamos a salir rodando de acá – dijo Pete.

-          No seas niña, Pete si te encanta comer – le dijo Patrick tirándole una Hoja del choclo.

-          No soy niña, lo dices porque tú te comes todo a tu paso – le respondió Pete.

-          Hey!!! no le digas eso Pat – le dije a Pete, mientras le manchaba la cara con choclo molido con mis manos.

-          Y ahora tu novia te defiende- dijo Pete tirándonos más hojas de Choclo a mí y Patrick

-          Obvio, entre los dos nos cuidamos – respondió Patrick

Ni cuenta nos dimos cuando comenzamos entre los 4 una guerra de Hojas de choclo y choclo molido, todos terminamos sucios y lleno de choclo por todas partes….

-          Por dios chicos!!!...les damos una tarea y quedan peor que niños de segundo grado- dijo mi madre riendo, al vernos todos sucios.

-          Chicos, júntense les sacare una foto para captar el momento – dijo mi hermana apuntando con el celular de mi mama.

Todos nos abrazamos y nos pusimos para la foto, luego nos miramos y no pudimos evitar reírnos de lo desastrados que habíamos quedado.

Cuando terminamos de pelar y moler los choclos, mi madre con mi tia  hicieron el pastel de choclo, luego nos sentamos a comer las empanadas que estaban listas, de ahí vino el asado y finalmente el pastel de choclo (sinceramente no se dónde me cupo tanta comida, pero siempre que iba para la casa de mis tíos comíamos demasiado.)

-          O dios mío siento que explotare – dijo Pete tirada en el pasto frotándose el estómago.

-          Estaba muy rico – dijo Patrick mientras me abrazaba (Estábamos sentado en el pasto junto con Roberto y Pete, que estaba tirado en el pasto).

-          Siento que saldrá rodando de acá – le dije  Patrick

-          ______, no sé dónde acomodaste toda esa comida en ese pequeño cuerpo – dijo sorprendido Pete.

-          Ni yo – le respondí a Pete.

-          Vamos? – me dijo Patrick parándose y estirando su mano para que yo la tomara.

-          ¿A dónde quieres ir? – le pregunte sorprendida

-          A conocer el lugar, es hermoso y no me quedare toda la tarde tirado en el pasto – dijo emocionado Patrick

-          Pero espera un poco que me baje la comida – le dije a Patrick

-          Nono, vamos a caminar así te bajara la comida… ya vamos – dijo Patrick levantándome del piso.

-          Ya vayan tortolos – dijo Roberto

-          Si, vayan a comer el poster entre medio de los arboles – dijo Pete tratando de sentarse

-          Pete!!! – le dije sonrojándome

-          Tu deberías moverte igual, sino te tendremos que llevar rodando – dijo Patrick ( no pudimos evitar reír todos).

-          Sí, claro que gracioso – dijo Pete algo molesto.

Mientras Pete seguía refunfuñando por lo que había comido, con Patrick fuimos a dar una vuelta, llegamos a un lago donde habían patitos y unos pollitos muy lindos. Patrick estaba fascinado con el lugar, la verdad que era muy lindo. Luego de caminar varios kilómetros, nos sentamos bajo un árbol, Patrick apoyo su espalda en el tronco del árbol y yo me apoye en su pecho. Hicimos una pequeña siesta bajo ese árbol…

-          Es hermoso el lugar – me dijo Patrick

-          Sí que lo es… siempre venia acá cuando era niña y es como desconectarse de todo – le respondí.

-          Gracias por mostrarme un poco más de tu vida, amor – dijo mientras me daba un tierno beso en la nuca.

-          Lindo, no me des las gracias…al contrario yo debería dártelas, viniste hasta acá, me acompañaste en el momento más difícil de mi vida y de verdad que eso significa mucho para mi – le dije mientras miraba de frente sus hermosos ojos verdes.

-          Lo haría una y otra vez, con tal de verte feliz – me respondió, esbozando una tierna sonrisa.

-          Te amo Patrick – le dije mientras lo abrazaba, le agarre la cara y le di un largo beso. Pude sentir como nuestros labios se trasformaban en uno solo, nuestras lenguas comenzaban a jugar entre ellas, primero tímidamente y luego con más sensualidad. Era un momento mágico de esos que solo se Vivían con Pat…

Estábamos de lo más bien en nuestro mundo cuando una bombita de agua se reventó en nuestra cabeza, mire hacia el frente y estaban Pete, Roberto y mi hermana con un tarro de lleno de bombitas de agua. Comenzamos una guerra de agua, en la cual todos terminamos mojados y riéndonos. Luego nos tiramos en el pasto para que se secara nuestras ropas y en eso llego mi madre avisando que la once estaba lista así que, que fuéramos a comer.

-          Vamos a seguir comiendo – dijo Pete

-          Jaja, te dije que subirías varios kilos – dijo mi hermano riendo

-          Ya vamos – les dije

Nos fuimos a la casa de vuelta a la casa de mi tío, nos sentamos a la mesa y tomamos once con el pan amasado que habían preparado, estaba muy rico, al final Pete igual termino comiéndoselo todo y sin chistar.

La verdad que el día de campo estuvo increíble, lo pasamos muy bien todos y comimos hasta explotar, de vuelta a Santiago nos vinimos todos durmiendo ya que terminamos muy cansados por todo lo que habíamos hecho, pero fue inolvidable….

El viaje que cambio mi vida....Where stories live. Discover now