Capitulo 2: compañeros

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Su mirada asesina no disminuyó cuando curvó un lado de los labios en una sonrisa arrogante.

—¿Quieres una cerveza?

Todavía sonaba molesto, pero capté algo, un acento en la forma en que dijo cerveza. Todavía podía ver la hostilidad en sus ojos. Eran más que expresivos.

Asentí con la cabeza y me senté en el sofá. Enfurecerlo no ayudaría a la situación. Me apreté el puente de la nariz y respiré hondo. Cuando me sentí mejor, miré hacia él.

—Ya que también es tu casa, lo siento mucho por rociarte con el aerosol. —Sin embargo, realmente no lo sentía. La chica parecía una prostituta. No quiero putas en mi casa. La sola idea me daba ganas de limpiarlo todo. ¡Puaj! A mi madre le hubiera dado un ataque.

Él me dirigió la misma media sonrisa arrogante y me señaló.

—A eso le llamo una puta mentira. Apuesto que te sentiste muy bien rociándome con eso. Parecías disfrutar de ello.

Me mordí el labio y asentí con la cabeza.

—Probablemente te salvé de pagar por lo que fuera que te iba a costar, y de cualquier ETS (Enfermedades de trasmisión sexual) que habrías conseguido.

Me entregó una cerveza y se sentó frente a mí en el sofá blanco situado contra la pared frente a mí.

—Muy gracioso. Entonces, ¿de dónde eres?

Fruncí el ceño.

—De aquí no, obviamente.

Quería desempacar, limpiar mi habitación, y hacer que todo se sintiera como en casa. No quería estar teniendo una pequeña charla con este sórdido extraño tatuado, guapo o no.

—¿Estás aquí por la facultad?

Asentí con la cabeza y tomé un sorbo de la cerveza, dando golpecitos con el dedo a la botella.

—¿Así que también alquilaste a T & N Gestores de propiedades?

Él asintió con la cabeza y tomó un largo trago de su cerveza.

Pasé mis dedos por mi pelo y bebí un pequeño sorbo de cerveza. Procesé todo mientras limpiaba mi boca.

—¿Quién era el hombre con quien hablaste? ¿Tom?

Negó con la cabeza.

—Una mujer llamada Leslie.

Crucé los brazos y me recliné.

—¿Así que hablamos con dos personas diferentes sobre el alquiler del mismo lugar? Evidentemente una falta de comunicación.

Él me miró.

—Evidentemente.

Me reí.

—Lo siento, tengo que decirlo en voz alta, eso me ayuda a descifrarlo. ¿Cuánto pagaste?

—Mil quinientos al mes, todo incluido, excepto mi propio cable y teléfono. Pero todo lo demás está incluido. 

Golpeando mis dedos en la botella, asentí con la cabeza.

—Yo también.

Me guiñó un ojo.

—Claramente esto es un error, estoy seguro de que te van a encontrar un buen lugar en alguna otra parte.

Un ceño se deslizó por mi frente.

—¿Por qué supones que me voy a ir?

Bebió hasta que estuvo vacía y luego suspiró como si se hubiera refrescado.

My Side [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora