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La casa era hermosa, tenía un gran jardín que a su madre le habría encantado, no era refinado como ellos acostumbraban verlos, pero tenía presencia, era una lastima que no todas las casas lucieran así de cuidadas, la mayoría tenía yerbajos en las maseteras del frente y algunas casas, las que estaban más enseguida de la entrada, parecían caerse a pedazos, como si estuvieran sosteniéndose a pura fuerza de voluntad o con magia, lo cual era ridículo porque ahí no había magia.

Era como si nadie viviera en ese lugar salvo el hermano de Sasuke y su amigo, que estaba hospitalizado, ahora sabía cual podría ser el pago para tanta amabilidad, tal vez no le pondrían a limpiar excremento o recoger basura en las calles, pero seguro que como mínimo le ponían a quitar los yerbajos de algunas casas.

Viendo por la ventana divisó como el hermano de Sasuke se reunía con una chica a unas casas de distancia, se saludaron, hablaron un momento y luego se fueron juntos. Se sentía aburrido y quería hacer algo, pero no solo, y en ese lugar, bueno.

Estaba por acostarse a dormir cuando alguien tocó la puerta de su* habitación, se levantó de la cama y despues de abrir se encontró con Naruto, que le miraba sonriente.

-Hola -le dijo-. Vine a ver si querías salir o hacer algo, digo, es temprano y hace buen clima.

El rubio había llegado como caído del cielo, en el momento justo, pero ahora que el hacer algo era una realidad se lo pensó un momento, él sólo estaba ahí porque le tuvieron lastima y si lo dejaban se arriesgaban a ser delatados o algo así. Supuso que no lo querrían ahí, salvo quizás el rubio frente a él, o tal vez ni él, y sólo trataba de ser amable con el pobre a quien sus padres querían usar como carnada.

-Lo que sea que estés pensando no es cierto -habló Naruto, sacándolo de sus depresivos pensamientos.

-Estaba pensando que Sasuke me odia -trató, frunciendo el ceño.

-Ok, eso quizás sea...

-Cierto -terminó la frase dejada al aire por el Uzumaki.

-Él sólo no puede confiar mucho en la gente -dijo-. Ha sido traicionado algunas, muchas, veces.

Naruto era, a su parecer, demasiado sincero y amable, como no había conocido en toda su corta vida. Ni en el mundo mágico ni en ninguna otra parte, bueno, quizás en el colegio, a esa rata de biblioteca Granger, la mejor amiga de Potter, pero eso era sólo de vista, ya que su estatus en el mundo mágico le impedía relacionarse con gente como ella, con sangres sucias.

Se quedó ahí plantado en el marco de la puerta, lo que parecieron ser horas, analizando su situación actual, quería salir a hacer algo y desviar sus pensamientos hacia otro sitio, muy lejos de ahí, y su oportunidad era esa, pero... Y si acababa de hartarlos con su presencia y finalmente lo ponían a hacer lo que desde el principio debieron, y ahora si dormía afuera.

Aunque pensándolo mejor, la Hokage lo había dejado al cuidado de Sasuke, porque le desagradaba al parecer y no podría sacarlo fuera ¿o sí? Quizás podría estar un rato con ellos, sólo un momento y luego regresaría a su encierro, sí eso haría...

-Gracias -dijo por fin-. Pero, si no te importa, preferiría quedarme y dormir un poco, ya sabes, últimamente no he dormido mucho.

Al decir esas palabras sintió una presión en el pecho, porque realmente quería ir, recordándole cuando escuchó sobre la traición de sus padres, pero ya estaba, lo había dicho y no retiraría su palabra porque él era un Malfoy. Aunque pensándolo mejor ya ni siquiera sabía quién era él y qué era ser un Malfoy, empezó a dudar de lo que sus padres le enseñaron mientras crecía, lo prepararon tanto para el momento en que se convirtiera en un hombre hecho y derecho, para llevar las riendas de la ancestral y "Prestigiosa", además de "Purísima", familia Malfoy, y qué hacía él, huía de casa.

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⏰ Última actualización: May 27, 2018 ⏰

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