La Orden del Shinobi.

14.-

Después de la tan ansiada y querida reunión de la Orden Sirius se llevó a Uchiha Sasuke a "platicar" sobre Harry, aunque la verdad era que el hombre quería golpear al muchacho por impertinente y tonto. Claro que él era igual, de joven, aunque a veces lo seguía siendo, pero le molestó que aceptará así de fácil la decisión del viejo director, era injusto que le separasen de Harry nuevamente y él no pudiera hacer nada para impedirlo.

Otra cosa sería que le hubiesen preguntado que opinaba al respecto, pero claro, como él ya solo era el padrino y ellos sus guardianes legales, maldijo su suerte y se sirvió otro trago de whisky de fuego mientras recordaba lo que había hablado con Sasuke hacía una hora o más.

Había actuado de lo más normal durante la dichosa junta, pero una vez que salió todo el color abandono su rostro, estaba blanco como la cera pero su rostro no expresaba miedo sino más bien enojo, era una imagen poco común, estar blando como la cera pero furioso a más no poder.

Se dirigió a las escaleras y camino hasta la habitación que compartía el equipo siete con Neville y Harry, toco la puerta tres veces y esperó.

—Ah, eres tú —dijo Sai tras la puerta—. Pasá, estábamos hablando.

Al parecer ninguno de los presentes se sorprendió o dio señales de haberlo hecho, como si hibieran sabido exactamente el momento en que subiría, por otra parte los dos magos menores de edad que estaban presentes estaban tan entretenidos con los libros que tenían en las manos que ni siquiera se detuvieron para ver quien entraba en su espacio.

—¿Podemos hablar en la biblioteca? —preguntó, tratando de contener su enojo contra Sasuke.

El Uchiha se levantó sin preguntar nada ni oponer resistencia y se acerco a la puerta, seguramente él también tenía algo que decirle, pensó Sirius mientras se dirigía nuevamente escaleras abajo, hacia la biblioteca.

Cuando entraron a la habitación el animago usó su varita para limpiar los sillones de una plaza que se encontraban frente a la chimenea, y despues convocó uma botella de whisky de fuego y dos vasos, uno pequeño y otro grande. Lleno ambos, no exageradamente claro, y le entregó el pequeño a Sasuke.

—¿Y bién, de que querías hablarme? —preguntó el azabache después de beberse el vaso de un trago.

Sirius no hablo de inmediato, primero se sirvió otros dos vasos y cuando se acabo el último se aclaró un poco la garganta y le dirigió al muchacho frente a él una mirada casi tan fría como la suya, seguro que ese tal Malfoy se sentiría celoso, porque él se sentía, casi, orgulloso.

—¿POR QUÉ CARAJO ACEPTASTE TAN FÁCIL QUE HARRY REGRESÉ CON LOS DURSLEY? ¿QUÉ PENSASTE EN ESE MOMENTO? NO, Perdón, seguro que no pensaste —exclamó golpeando su vaso en la mesa, a lado de su sillón, y poniéndose de pié.

Sasuke se sirvió más de la bebida roja, de la cual salía un poco de vapor, humo o algo parecido, estuvo sentado mientras el hombre Black despotricaba en contra de Dumbledore, de él (Sasuke), de un tal Peter Pettigrew, de Azkaban y en contra de la vida misma. Sacó del bolsillo de su tunica un libro de hechizos avanzados y se puso a leerlo.

—¿Ya acabaste? —preguntó, ya se había servido cinco vasos y no le hacía efecto, para ser alguien que no está muy acostumbrado a beber alcohol eso era mucho aguante—. ¿Ya puedo decirte por qué lo hice?

—Hablá —pidió, volviéndose a sentar y aceptando el vaso que le daba el Uchiha.

—Bien, ésto es lo que pienso hacer...

Se sirvió nuevamente otro trago, suspiró, estába empezando a dolerle el estómago, maldijo, iba a pararse cuando la puerta se abrió y por ella se asomó la pelirroja cabeza de la señora Weasley, su rostro adquirió un matiz molesto al verle sentado cerca de la chimenea apagada y completamente a oscuras.