Capítulo 2. Campamento Mestizo.

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Todavía un poco afectado por el extraño sueño, me levanté con mucha más energía que la de ayer, y mi mamá nos llevó a mí, y a mi amigo Grover al Campamento Mestizo. Después de una larga despedida, por fin estábamos libres de colegio, responsabilidades, padres mandones y profesores idiotas. Este es definitivamente Mi lugar. Confieso que estaba un poco preocupado por mi sueño, pero el Campamento está como nuevo. Hay muchos campistas nuevos realizando sus pruebas de iniciación, el sol de verano se refleja en todas partes, Grover tenía su mejor cara de maravillado, no dejaba de ver todo a su alrededor con entusiasmo.

-Es..esto es alu..alucinante, Percy! -tartamudea siempre que está nervioso-

-Los que están en su primer año, por favor, síganme por aquí. Los demás ya saben qué hacer. Hola Percy! -apenas me vio, me estrechó en un abrazo y miro con curiosidad a Grover. -Es un amigo, Grover, se nos une este año. -dije con una inevitable sonrisa- Oh, excelente! Bueno, querido Grover -dijo con su voz grave- sígueme, no sé si Percy te habrá explicado cómo funcionan las cosas por aquí..

-Sí.. sí señor. -respondió tímidamente Grover, aun maravillado por lo que veía, a lo que Quirón respondió con una risita.

Grover se despidió con una mano y siguió a Quirón. Los seguí con la mirada hasta el grupo de novatos y de pronto estaba ella. Me quede pasmado viendo a la última persona que esperaba encontrar allí. Annabeth. Ella me miro un segundo después que yo apartara la vista, y lo admito, me sonroje ligeramente. Mi amigo se dio cuenta que estaba Annabeth y me miro con cara de Oh-por-los-dioses-es-la-nueva- y yo solo le sonreí despreocupadamente, ojala se lo haya tragado...

Fui a mi cabaña, de Poseidón, junto con mis "hermanos" que no somos muchos la verdad, solo 10. Muy pocos resultados salían de los 3 grandes Dioses: Zeus, Poseidón y Hades. Me acomodé en mi litera frente a la gran ventana que da una hermosa vista al mar. Y me puse a ordenar y limpiar un poco mi espacio. No pude dejar de pensar en Annabeth. Este campamento no lo conocía nadie del colegio, lo que me ponía muy feliz, porque es para escaparme de todo eso. Pero ella estaba allí.

No la vi hasta la hora de almuerzo. Cada una de las cabañas tenía su mesa en el comedor. Los recién llegados siempre están en la cabaña de Hermes, el Dios mensajero de los Dioses, viajero y ladrón aunque eso último no se dice mucho. Así que, Annabeth estaba con todos los de la cabaña en la mesa de Hermes. Ahora ella si me vio mirándola, y estoy seguro que mis orejas ardían, pero logré sonreír y ella me respondió con otra. Estaba hermosa, su pelo largo rubio atado en una coleta, la remera del campamento, una lisa naranja con una inscripción en la que se leía "Campamento Mestizo", unos jeans y converse. Ni hablar de sus ojos grises que no dejaban de sonreír.

Estaba decidido a hablarle en cuanto terminara el almuerzo. Solo tengo que pensar como...

Pasó el tiempo muy lento y no se me ocurría como acercarme ni que decirle, casi me rindo, pero no puedo mostrarme débil o indeciso frente a ella. Termino el almuerzo y todos comenzaron otra vez con sus actividades. Para mi suerte, me sabía muy bien todos los horarios, y los novatos ahora tienen una rato de entrenamiento libre. Mi oportunidad.

Estuve un rato buscándola y la encontré cerca del mar leyendo un par de libros. Me acerque despacio y me senté a su lado.

-Hola -dije nervioso mirando al mar-

-Hola -me miro y no pude evitar mirarla- Percy, no?

-Exacto. Vos sos Annabeth. -Ella sonrió- Nunca te había visto acá, ..

-Soy nueva.

-Si... Si queres te puedo ayudar. Digo, con los entrenamientos y esas cosas.

-¿En serio?

-Por supuesto. ¿Qué te toca ahora?

-Espada. No sé qué se supone que signifique eso, o sea ¿voy a tener que pelear? ¿O algo así? -Preguntó preocupada, lo que me hizo reír- ¿qué?

-Nada, nada. Si, vas a tener que pelear con espada. Es un duelo. -Annabeth palideció.

-Pe..pero esta es una espada de verdad!? -Agarrando la que estaba a su lado, siempre les dan unas simples para practicar antes de algún duelo-

-Sí, pero no te preocupes. Yo te enseño. Arriba -la tome de la mano y le ayudé a levantarse-.

-Percy... mejor no. Yo...

-Ey vamos, ¿no serás una cobarde o sí? -Ella adoptó una mirada de desafío y sonrío, pero se le fue al instante volviendo a la timidez.

-De acuerdo. -agarró la espada de bronce con sus dos manos y se puso en la posición de combate.

Sesos de alga.Where stories live. Discover now