Capítulo XI

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Habían pasado ya varios días y por fin Hinata pudo salir del hospital, con varias recomendaciones de Sakura y chequeo cada cierto tiempo, además de continuar con sus terapias.
Naruto y Neji, habían disputado entre quien cuidaría de Hinata durante su recuperación; el rubio entendía la posición del pelicastaño, pero no dió su mano a torcer para que se quedara con ella.
Después de llegar a un acuerdo, Naruto la llevo a su hogar. Al llegar, Hinata observaba detenidamente aquel lugar que le resultaba totalmente ajeno a ella. Se le dificultaba un poco andar por ahí, por las muletas y el collarín que le pusieron antes de dejar el hospital; pero tenía una sensación de asombro que no cabía en ella.

—¿Qué pasa?— pregunta Naruto, recargado en el umbral de la puerta.

—N-nada, es solo que... Todo me parece tan extraño— miraba a todos lados, hasta que sus ojos se posaron en el portaretratos que se encontraba encima del mueble de la sala.

—Es del día de nuestra boda— responde Naruto adivinando sus pensamientos. —Te veías muy hermosa—

Hinata no puede evitar sonrojarse ante el comentario del rubio, realmente se sentía halagada por él. Su corazón latía desbocado ante su mirada y sonrisa, definitivamente debía amarlo como a nadie.

—Deberías sentarte un poco, acabas de salir del hospital— Naruto se dirige hacia ella y la toma del brazo con mucho cuidado de no lastimarla.

—Gracias— se apoya en él. —¿Te podría pedir algo?— pregunta dudosa.

—Lo que gustes— responde.

—Cuentame del día de nuestra boda. ¿Cómo fue?—

Naruto lo piensa por unos segundos, se sienta a lado de ella y le acomoda un mechón de cabello atrás de la oreja.

—El día en que nos casamos, solo estuvieron nuestros amigos más allegados, además de tu tío y Neji— hace una pausa. —Cuando te ví con ese vestido, dije que eras la mujer más hermosa que haya visto, internamente me llame "el cabrón con más suerte en el mundo"—

Hinata no puede evitar soltar una risita.

—Me dije a mi mismo que no te merecía.—

Hinata nota una tristeza en sus ojos, posa su mano sobre su mejilla y con el pulgar lo acaricia.

—¿Por qué?—

—Por qué eres hermosa y una mujer maravillosa.— responde ocultando la verdadera razón. —No estoy para contarlo, pero recibí varias amenazas de muerte ese día.— trata de desviar el tema.

—¿Amenazas?— frunce en ceño.

—Si, Sakura, Ino, Temari... Creo que faltó el gato, el perro, los meseros y cocineros—

Hinata comienza a reír, Naruto la observa detenidamente y comienza de nuevo ese sentimiento de carga en sus hombros. ¿Cómo pudo haberle causado tanto daño?

—Debió haber sido cómico—

—Lo fue en cierto modo— se encoge de hombros.

—Quisiera saber tantas cosas que no sé por dónde empezar—

—Todo con calma, no debes precipitarte— le toma la mano —Ya te dije que no te dejaré sola, estaré contigo cada vez que me necesites—

—Gracias—

—¿Por qué?— pregunta Naruto.

—Por amarme como lo haces—

La respuesta de la ojiperla lo tomó desprevenido. Sintió como su corazón se encogía, esto sería más difícil de lo que pensó. La quería conquistar, empezar de 0. No a costa de mentiras ni ocultando nada, no quería perderla; no quería mentirle, no quería ocultarle nada.

∞ALWAYS∞Where stories live. Discover now