Capítulo III

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Naruto había llegado a su oficina tan puntual como siempre, revisando las finanzas, acciones por adquirir, negocios que cerrar. Masajeaba su cuello, algo le preocupaba, se gira en su silla de escritorio y admira la vista de la ciudad.
Anoche no pudo dormir pensando en Hinata y su extraño comportamiento. ¿Qué habrá pasado con ella? ¿Estaría teniendo una aventura? El solo imaginarlo le ponía colérico aunque él no tendría cura para reclamar pues hacia lo mismo; sin embargo le hervía la sangre el solo pensar a su esposa en brazos de otro hombre. Además el no la tocaba, desde que se casaron ni una vez la había tocado.

-Oye princesa. ¿Terminaste de construir tu castillo en el aire?- habla una voz a su espalda.

-Tan galante como siempre Sasuke- responde girandose y quedando frente al moreno.

-Esa cara de muerto que te cargas no ayuda mucho- se burla.

-Gracias por el cumplido. ¿Cuando llegaste?-

-Apenas ayer- se sienta en la silla que quedaba frente a Naruto. -¿Cómo está Hinata?- pregunta de repente.

-Bien, supongo- se encoge de hombros.

-¿Supones?- Sasuke arruga el ceño. -Llevas 3 o 4 años de casado y supones que tu esposa está bien- arquea una ceja.

-¿Vamos a hablar de mi vida marital o de negocios?- se levanta de su asiento.

Sasuke lo imita y lo sigue, ambos entran a la sala donde los esperaban otras personas.

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Hinata yacía sumergida en su portátil, leyendo correos, revisando su agenda o algún otro pendiente que pudo haber surgido, el teléfono de su oficina comienza a sonar.

-Sí, Hannah- contesta.

-Señora Uzumaki, está aquí la Sra. Sakura. ¿Le hago pasar?-

-Por favor-

-Enseguida señora-

Por más que Hinata le decía a su asistente que le llamara por su nombre, jamás lo ha hecho e insistía siempre en llamarla por su apellido de casada; dejaría atrás ese detalle pues en ese momento estaba contenta; pues habían sido meses de no haber visto a su amiga y ahora por fin estaba ahí, tenía tantas ganas de verla y poder desahogarse.

—Hina— se dirige a pasos veloces hacia la peliazul, abrazándola en cuanto la tiene cerca.

—Sakura, me alegra que estés aquí— corresponde al abrazo. —¿Cuando fue que llegaste?— se separa para poder mirarla mejor.

—Apenas ayer. ¿Puedo?— señalando la silla a su lado.

—Claro que sí, perdona... Toma asiento— la peliazul regresa a su lugar y se sienta frente a su amiga.

—¿Cómo va la editorial?— posa ambos brazos en el escritorio de la ojiperla y se recarga en ellos.

—Con la editorial todo va excelente, he encontrado muy buenos escritores, de igual manera estamos en busca de nuevo talento. Nos arriesgaremos para promover nuevas historias de escritores poco conocidos.— comenta de manera entusiasta. —¿Cómo va el hospital de Londres?—

—Ser directora y a la vez una médico con mucho prestigio deja su agotamiento— se encoge de hombros. —Pero me encanta lo que hago, también estoy enseñando a los nuevos novatos; quiero que todos puedan aprender lo mejor posible— le guiña el ojo.

—Tendran a la mejor maestra, así que es un hecho.— sonríe y se cómoda un mechón de cabello detrás de la oreja. —¿Cómo va todo con Sasuke?— pregunta.

∞ALWAYS∞Место, где живут истории. Откройте их для себя