¡Vuelve a Mi!

Catorce: Especial

Un par de horas después, luego de algunos besos rápidos, y un largo baño juntos los dos ya estaban vestidos y perfumados sentados en el sillón. Levi revisaba algunos mensajes en su celular y Eren acurrucado contra el pelinegro, leía algún libro de filosofía.

El timbre por fin sonó y rivaille se levantó rápidamente para abrir, haciendo que Eren perdiera el soporte en donde estaba recargado y cayera de lado contra el sillón, ganándose una patada en el trasero por parte del castaño mientras el se iba riendo a abrir.

–¡Leviiii! ¡Llegamos! Trajimos algo de vino y puré de papas–al otro lado de la puerta se encontraba la escandalosa de su mejor amiga y él grandes cejas de erwin.

El pelinegro aún un poco aturdido por el grito de hanji se hizo a un lado para que pasaran e hicieran la rutina que siempre realizaban cuando se juntaban a alguna reunión; hanji corría a abrazarlo y a hacerle miles de preguntas, mientras que Erwin también le daba un abrazo y siempre le decía lo bien que se veía causando que Eren se sonrojara un poco y que rivaille siempre quisiera matarlo por acercarse demasiado a su niño. Ya era una costumbre.

Todos tomaron asiento en la sala, platicando de algunas cosas; acerca del trabajo, el como erwin era un hijo de puta como director, la estricta manera de calificar de levi, como llevaba la cafetería Eren y como a los estudiantes les daba miedo hanji.

Eran pláticas tranquilas y agradables.

Media hora después, el timbre sonó otra vez haciendo que el menor se parara a abrir la puerta, al otro lado se encontraba su rubio mejor amigo, el cara de caballo y la loca de su hermana que inmediatamente después de abrir la puerta y ver el rostro de Eren lo abrazo.

–¿Estás bien?–preguntó angustiada la pelinegra al castaño, el solo dijo que no pasaba nada correspondiendo el abrazo y abrazando a los otros dos en forma de saludo.

A Levi le extraño un poco el comportamiento de mikasa con Eren. Ella era algo loca y muy sobre protectora con el, pero su angustia de la nada lo dejo un poco confundido. Trato no de darle muchas vueltas al asunto y lo dejo de lado.

Ya todos reunidos, se dirigieron al comedor que ya estaba colocado con una bonita vajilla color blanco y acomodaron en la mesa las diferentes cosas que habían traído; el puré de papa de parte de hanji y erwin, la ensalada de parte de armin, pasta cortesía de mikasa y jean y las botellas de bebida.

–Ya vuelvo, voy por el pavo–anunció Eren a lo que los otros asintieron.

Se encaminó a la cocina para sacar el refractario del horno y de paso tomar el cassoulet, pero este último no estaba en el lugar donde lo había dejado.

–¡Levi! Ven un momento a la cocina–Gritó tranquilamente, haciendo que el pelinegro se dirigiera hacia el. Sus ojos pacíficos de acabaron cuando estuvieron a solas y su mirada se hizo más molesta–Levi... ¿donde está el cassoulet?

El mayor parpadeo un par de veces fingiendo una expresión de des entendimiento.

–No lo sé, amor. ¿Por qué lo sabría yo? Fuiste tú quien lo preparo.

–Rivaille...–Muy rara vez lo llamaba así, eso significaba que estaba muy molesto.

–Eren...–dijo también el mayor tratando de hacerse el gracioso, ocasionado que el entrecejo de su prometido se frunciera más.