El Campo Margarita • Caché (Terminada)

7. Encuentros cercanos parte I

—Si, no te preocupes —Dijo Melissa sonriendo —Eres todo un misterio Callecita —Dijo eso y Calle solo sonrió

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Poché había salido del cine casi corriendo, su padre tenía una emergencia y solo cosas malas le pasaban por la cabeza a la chica, no sabía que hacer ni a quién llamar, solo tomó un taxi rápidamente mientras seguía localizando a su papá o a Valentina, Poché estaba preocupada y estresada, además había mucho tránsito lo que ocasionaba un colapso en las carreteras y eso la hacía durar el doble; después de que llegó a su casa le pagó al taxi rápidamente, ni siquiera sabía cuanto dinero le había pagado, todo estaba oscuro en su edificio, y eso la preocupaba más, subió las escaleras muy rápido, incluso más veloz que un ascensor, y después llegó a la puerta de su casa, para presenciar probablemente lo que iba a cambiar su vida como la conocía. Había cuatro policías en su casa, todos los vecinos del edificio salían a presenciar lo que ocurría, el corazón de Poché latía fuertemente, no podía parar de pensar en lo peor; entró a su casa muy rápido y vio a Valentina y a su padre sentados mientras los policías revisaban el lugar, Poché no sabía que pasaba, y se vio interrumpida por un par de brazos gigantes que pudo reconocer como un policía

—¡Señorita, contra la pared por favor! —Dijo el oficial y Poché no dudo en ponerse contra la pared para ser requisada por una oficial que se encontraba ahí

—No entiendo ¿Qué sucede? —Dijo Poché asustada y casi blanca por lo pálida que estaba

—Limpio —Dijo uno de los oficiales antes de ir a hablar con Juan Carlos, padre de Poché

—Vale, ¿Qué pasa? —Preguntó Poché a su hermanita por medio de señas, pero Vale no respondía

—Limpio —Dijo el oficial otra vez antes de que todos los que se encontraban en su casa se retiraran poco a poco, hasta que salió el último.

Habían dejado todo el apartamento desordenado, los vecinos volvieron a entrar a sus respectivas casas, de un pronto a otro todo había vuelto a la normalidad, solo se escuchaban algunos perros ladrando a lo lejos, el silencio daba miedo, Poché no sabía por donde empezar a preguntar, Valentina tenía los ojos rojos, probablemente de llorar tanto, y su padre tenía cara de enojo. Poché sentía sus manos temblar, veía a su alrededor y trataba de emitir una palabra, sin embargo, no podía, no sabía que hacer ni que pasaba y de alguna u otra forma no quería enterarse, incluso pensó seriamente en correr a encerrarse en su habitación porque sospechaba que todo lo que estaba pasando tenía que ver con ella.

Pasaban los minutos hasta que Poché tomó aire y se atrevió a preguntar

—¿Qué pasó aquí? —Su voz se escuchaba temblorosa, no quería escuchar la respuesta a su pregunta, sabía que estaba pálida, aunque no se podía ver. Su padre tomo aire y respiró profundo, luego se acomodó en el sofá antes de levantarse y dirigirse a su habitación, cerrando muy duro la puerta. Poché pudo sentir el mundo caerse, no sabía que había pasado, pero nunca había visto a su padre con tal conducta; luego vio a Valentina que había empezado a llorar un poco, ella solo la miraba sin decir nada, sin mover ni una articulación. Poché sabía que no era el momento ni la hora, así que su único instinto fue dirigirse a su habitación, cerrar con llave, meterse en las cobijas y esperar que alguno se dignara a hablar y a contarle lo que había ocurrido.

Esa noche, Poché no pudo dormir, así que a mitad de la noche abrió la puerta de su habitación y se dirigió a la cocina por algo de comer, dos horas después se volvió a levantar para ir por una manzana, y cuando el reloj daba las 6am sintió la necesidad de llamar a Mario, por milésima vez, sin embargo, como era de esperarse, él no respondió; la mente de Poché daba vueltas y lo único que se le ocurrió en el momento fue Alejo, su ex amigo de MISI, con él cual no había hablado desde el desastre de fiesta donde los Calle.