Capítulo 27| Por mi causa

Start from the beginning
                                    

Salgo de mi habitación encontrando a mi prima con su tridente en mano, en su muñeca su brazalete escudo, vestida con ropa cómoda. Mi primo a su lado tenía su casco puesto su anillo escudo y su espada estaba al costado de su cintura. Estábamos más que listos para irnos, Apolión sacó un libro antiguo y recito un cántico en un griego antiguo. Se abrió un portal dejándonos ver al otro lado un enorme portón cerrado por una gruesa cadena. Atravesamos el portal y este se cerró tras nosotros, dejándonos frente a esa enorme entrada de oro descuidada. Nos acercamos a las cadenas, no tenía idea de cómo las abriremos hasta que note tres símbolos grabados en el candado.

—Mmm... miren esto —llamo a mis primos para enseñarles los símbolos, había un trueno, un tridente y un casco. La puerta debemos abrirla los tres juntos, es una medida de seguridad para que ninguno de los tres grandes se traicione y libere a Cronos. Deben estar los tres para poder abrirla —Debemos utilizar nuestros poderes para abrir, esa es la llave —afirmó viendo a mis primos que se repararon con sus dones y girando de nuevo a ver el candado hice lo propio. Cerré mis ojos y sentí los rayos, salir de mis manos golpeando las cadenas y luego se unió el agua de Ylenia y el fuego de Apolión. Las cadenas desaparecieron para abrir el gran portón. Sonreí y cuidadosamente entramos al gran jardín del Tártaro, detrás de nosotros se cerró el portón y la cadena volvió a aparecer.

—La barrera de seguridad —comentó Apolión encogiéndose de hombros, y miró en todas las direcciones a detalle inspeccionando el área en donde nos encontrábamos.

Era tal y como lo había visto cuando estuve dormida, hasta el perfume es el mismo, era como si ya hubiera estado aquí antes, pero es imposible de lo contrario lo recordaría. Seguimos caminando con sigilo para no llamar tanto la atención, no sabíamos que podía pasar. Avanzamos por más de quince minutos dirigidas por Apolión, hasta que llegamos a lo que parecía una estancia de té. Enfrente de nosotros una gigantesca titánide apareció, rostro en forma de corazón, cejas redondeadas fina, ojos caídos de color esmeralda, una nariz griega y labios carnosos de un color rosa natural. Su largo cabello negro caía por su espalda en un estilo surfero con algunas trenzas decoradas con pequeñas flores. Un cuerpo con forma de pera, enfundada en un bellísimo vestido blanco de seda y encaje con escote profundo y mangas. Podría reconocerla con los ojos cerrados, es Rea, mi abuela, la única de las titánides que tiene al menos dos o tres cuadros en el olimpo. Mi padre y sus hermanos decidieron honrarla porque ella fue una víctima de su marido.

Rea se sorprendió al vernos, estuvo a punto de gritar, pero se quedó sin voz al ver el tridente de mi prima, el casco de mi primo y mis rayos en la mano, una sonrisa de pura alegría sustituye su confusión.

—¿Ustedes me traen noticias de mis hijos? —susurro en un tono dulce, tan suave que parecía que estaba cantando.

—No, pero nosotros somos tus nietos, somos la hija de Poseidón, Ylenia —señalo a mi prima con algo de nerviosismo —El hijo de Hades, Apolión —muestro a mi primo, que sonrió maravillado por la titánide frente a nosotros —Y yo soy la hija de Zeus y Hera, Aileen —me presento por último.

—Por los titanes, como no me di cuenta antes —exclamó con alegría apretando su collar con fuerza y pasó de ser enorme a un tamaño normal en nuestro mundo. Nos abrazó a los tres con mucha fuerza, como una verdadera abuela que extraño por mucho tiempo a sus nietos. —¡Crono, ven que tenemos visitas! —gritó mientras nos soltaba y apretaba de nuevo su collar para volver a su forma original.

—¡Ya voy! —respondió el grito de una voz profunda y firme.

—Si notan que llega a alterarse apenas un poquito con la mención de sus padres, es mejor que corran, lo entretendré lo máximo que pueda. Las cosas con mis hijos no fueron muy bien la última vez que nos visitaron —nos advierte la titánide preocupada, pero se forzó a sonreír cuando su marido hizo acto de presencia.

La hija de Zeus y Hera [1.2]Where stories live. Discover now