047 | #LISTAMALDITA

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Salgo corriendo y me choco contra Nick quien viene a toda prisa para corroborar cómo estoy ante mi llamado por parte de Malcolm.

—Nat, ¿qué sucede?

—Necesito ir a un teléfono público—contesto tajante y lo sobrepaso mientras salgo corriendo por el pasillo.

Escucho que Nick le ordena a su gorila:

—Ve tras ella.

Sigo corriendo hasta salir del hospital dejando algunas miradas detrás y un trajeado sujeto de más de dos metros tras de mí.

Por lo general, fuera de establecimientos públicos hay teléfonos públicos. Yo he visto uno a media cuadra... Apenas paso la puerta, logro divisarlo en la orilla de una vereda, solo, tal cual nadie suele usar de estos.

Reviso mis bolsillos en busca de monedas. ¡Carajo! ¡He salido tan apurada que no busqué mis cosas!

Al darme la vuelta, veo a Malcolm tras de mí.

—Señorita Hale—dice, tal cual robot.

—¿Tienes monedas?

—Sí—rebusca en el interior de su saco y saca la billetera. De ella, toma unas monedas y me las pasa. Las meto con tanta prisa en el teléfono público que se me caen y las recojo siendo cada segundo interminable.

Marco el número de mamá cuando tengo todo listo y aguardo. Podría haberlo hecho desde cualquier otro móvil pero ahora mismo no puedo ingresar datos de nadie más a la base de datos de mi non grato virtual.

Aguardo.

Y aguardo.

Y mi corazón revienta a cada instante que pasa sin que nadie conteste desde el otro lado...

—¿Hola?

—¡Oh!—mi respiración se entrecorta—. ¿He...hermanita, eres tú?

—¿Nat?

Creo que mi corazón se detiene por una milésima de segundo.

—Santo cielo—arrojo una bocanada de aire que tenía contenida en el pecho—. Santo cielo, tienes que decirme que tú y mamá están bien...

—Sí, Nat, ¿qué sucede?

Hasta que una idea cruza por mi cabeza. Me vuelvo a Malcolm y le digo tapando el auricular:

—¿Puedes hacer que envíen seguridad privada a mi familia? Al menos por hoy.

Noto que frunce el entrecejo tras sus gafas oscuras.

—Claro. Antes lo consultaré con el señor Jefferson.

—Ahora, Malcolm. Es urgente. Pídele a Nick en los legajos del hospital que busque el domicilio de mi madre.

—De inmediato—dice él y busca su móvil.

Me vuelvo al teléfono.

—¿Nat, sigues ahí?—pregunta mi hermana.

—Escúchame—le comunico—, he recibido algunas amenazas virtuales y temo que pueda ocurrirles algo a ti o a mamá. Te enviarán seguridad para custodiar la casa. No salgas sin ellos. Trata de no salir ni abrir la puerta a nadie, ¿estamos?

—¿Te metiste en problemas de nuevo?

—Yo...

Sí, pero no es como antes. O puede que sí lo sea, pero esta vez es muy diferente. No hay problemas, sólo un virus en mi máquina. Ensayo las respuestas hasta que encuentro la indicada:
—...algo así. ¿Está mamá ahí? Me gustaría escuchar su voz.

+18 Los Juegos del JefeWhere stories live. Discover now