Querido Tiempo,
Mi ciudad queda a tan solo una hora de la capital del país, en avión, claro.
Yo habia comprado un boleto de vuelo nocturno, todo iba bien, el despegue estuvo normal y me dispuse a leer para que la hora transcurriese con rapidez.
Hasta que la turbulencia hizo presencia y a ti te dio pereza avanzar.
Le tengo pánico a la turbulencia, y aquel acostumbrado viaje de una hora, se volvieron diez en mi cabeza.
Hombre, Tiempo, por favor, tú solo querías que me diera un infarto, ¿no?
Victoria.
YOU ARE READING
Querido Tiempo
Humor¿Sabes, Tiempo? Agárrate bien fuerte de esa silla mística donde sea que te encuentres, gira cuantas veces te de la recorcholis gana, porque cuando leas esto, las agujas de tu reloj se van a quedar más petrificadas que la petrificación de las piedra...