Corazón Frío II | SUPERNATURAL

O3-El gran día

Y aquí lo tenemos, finalmente es el gran día. La boda de mi hermano, que es también el día en que pongo mis planes en movimiento. Hoy, podré ver la esperanza en la cara de Dean Winchester una vez que vea que estoy viva y ver cómo se desvanece cuando se de cuenta de que soy un demonio. Literalmente estoy llena de emoción. Mientras estoy rizando mi cabello, Don entra al baño y examina mi atuendo.

- ¿No crees que el vestido es un poco inapropiado para una boda?- Pregunta, haciéndome mirarlo a través del espejo.

-No-Replico, terminando el últim mechón-Creo que encaja muy bien-Me doy vuelta para mirarlo y gesticular hacia mí con una sonrisa. -¿Cómo me veo, Donny?- Él pone los ojos en blanco ante el apodo, pero responde.

-Creo que te ves bien-Dice, haciéndome sonreír- Ya sabes, si fueras una prostituta-Pongo los ojos en blanco, pasando a su lado y yendo a la cocina, tomo mi teléfono y miro la hora. Definitivamente es temprano, lo cual es algo bueno. Puedo aparecer y ayudar con lo que se necesita hacer. Ya había llamado a Jonathan y hablé con él al respecto. Me doy un momento de satisfacción antes de decirle a Don que lo veré más tarde y luego me voy.

Aparecí al otro lado de la calle de la iglesia, mirando alrededor para asegurarme de que nadie me había visto. De otra manera, no me hubiera importado. Pero hoy, no necesito que nadie arruine nada. Camino hacia la iglesia, mis tacones resuenan cuando golpean el pavimento y luego el cemento de las escaleras. Al entrar, lo primero que veo son los bancos de la iglesia decorados, al igual que el resto de la habitación. Puedo ver a Jonathan hablando rápidamente con Kara, que está colgando más adornos. Hoy va a ser un gran día.

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Narrador omnisciente

Kailey puede sentirse cada vez más nerviosa cuanto más se acercan a Moberly. Ella no durmió mucho la noche anterior, habiéndose preocupado por el día de hoy incluso entonces. Mirando de Sam a Dean
desde el asiento trasero, era difícil mantener la boca cerrada. Ella sabe que debería decírselo ahora, solo para acabar de una vez, pero ella misma está teniendo problemas para entender el hecho de que su mejor amiga es un demonio. Un monstruo de ojos negros y corazón frío. Como las cosas que tenían que matar, y incluida la propia Hailey, ya que habían sido entrenadas para acabar con ellas. Ella diría que lo estaba manejando bastante bien, definitivamente mucho mejor que cuando Hailey había estado muerta. Pero, espera, si ella fuera un demonio, ¿realmente había estado muerta? Kailey se pregunta si Hailey había estado en el infierno... Tendría sentido, teniendo en cuenta que, por lo general, los demonios alguna vez fueron almas que habían estado en el Infierno. Pero, el caso de Hailey fue diferente. Sus padres no eran humanos, aunque hicieron un buen trabajo fingiendo serlo. Es curioso cómo crees que conoces a alguien tan bien, pero resulta que no. Ella traga, tratando de sacar el bulto de su garganta y su corazón para dejar de martillear en su pecho. Los padres de Hailey habían sido como una familia para ella. Ella creció llamándolos tía Willa y tío Atticus. Por supuesto, al igual que Hails, ella había dejado de decir tía y tío y simplemente se apegaba a sus nombres. Lo que ella daría por volver a ser una niña pequeña. Para hacer que todo volviera a ser simple otra vez, y no este complicado lío que se había convertido en su vida. Pero, ella lo eligió. No tenía que acompañar a Hailey esa noche, pero quería hacerlo. Desde el asiento del conductor, Dean mira a Kailey a través del espejo retrovisor, notando su mirada preocupada.

-¿Qué?-Pregunta en un tono cansado, y ojos igualmente cansados. No se había dado cuenta de que lo había estado mirando durante tanto tiempo. Estaba tan preocupado como Kailey y se notaba. Para ella y para Sam era difícil lograr que accediera a ir a la boda, pero de alguna manera, Sam logró convencer a su hermano para que participara. Dean parecía desgastado hasta los huesos. Era evidente que no dormía lo suficiente por la noche, y la cantidad de licor que tomaba en un día no ayudaba mucho. Sus ojos se veían apagados y siempre parecía ahogado, aunque Kailey sabe que hace todo lo posible para no mostrarlo. No tuvo que decir nada para que supiera que realmente amaba a Hailey, aunque tenían una relación muy complicada. Ella quiere decirle que está viva, que hay una posibilidad de salvarla, pero que no puede obligarse a hacerlo. Ella no quiere ver la expresión de su cara cuando le diga que el amor de su vida es un demonio. Ella no quiere que él se sienta de la misma manera que ella, y todavía lo hace, cuando la vio por primera vez allí parada, con los ojos más negros que el carbón. Kailey traga una vez más, sacudiendo la cabeza antes de mirar su vestido negro.