O2-Practica

176 20 7
                                    

-Mm-Digo mientras muerdo una costilla de barbacoa que Don acaba de hacer. Realmente no estaba con hambre, pero maldita sea, este ángel sabe cocinar. A mi lado, Don me mira con diversión.


-Muy bien, ¿eh? Y dijiste que no tenías hambre-Dice con una sonrisa, haciendo que ponga los ojos en blanco pero asiento con la cabeza sin embargo.


-Son jodidamente deliciosos-Le digo, apuntando hacia las costillas de mi plato-¿Dónde demonios aprendiste a cocinar de esta manera?-Don solto una risita, arreglando su corbata.


-He tenido muchos años para practicar. Es mi pasatiempo secreto para cuando estoy aburrido y aquí solo-Se pasa una mano por el pelo y me hace levantar las cejas. ¿Cómo podría estar avergonzado de cocinar? Él es jodidamente bueno en esto. Antes de que pueda responder, Don se endereza de nuevo, mostrándome una sonrisa traviesa. -Eso me recuerda...


El desaparece en la cocina, y escucho el sonido de él un gabinete abriendose y vasos chocando. Cuando regresa, sostiene dos botellas de vino con una expresión orgullosa. Inclino mi cabeza, limpiando mis manos en la servilleta en mi regazo.



-He estado guardando a estos chicos malos para un día lluvioso. Considerare afortunada, coloca una de las botellas frente a mí y yo la recojo, sacando el corcho con mis propias manos. Tomo un trago, de la botella, casi ahogándome. Vino tinto. No es mi favorito Pero, oye, es mejor que nada. Pasé una mano por mi cabello parcialmente rizado, tomando otro sorbo de vino-Entonces, pequeña señorita , ¿todavía no hay señales de Abaddon?-Don pregunta mientras pongo la botella en el suelo y llevo mi plato a la cocina.




-No lo sé, y realmente no me importa-Le respondo, volviendo al dormitorio / sala de estar y dejándome caer en el sofá. Han pasado un par de días desde que vi a Kailey y básicamente la amenacé. Aunque no me arrepiento ni un poco. Hice lo que necesitaba hacer. Tal vez podría haber manejado mejor mis pequeños problemas de ira, pero todo está dicho y hecho ahora.




-Bueno, deberías. Quiero decir, ella todavía está buscándote-Don se encoge de hombros, haciendo que ponga los ojos en blanco una vez más, mientras agarro la botella grande y la llevo a mis labios, levantando mis cejas una vez más.



-¿De qué le sirve si soy un demonio? Ya no puede tratar de amenazarme, porque no hay nada que usar contra mi-Comienzo a tronar mis dedos, el hábito que adquirí cuando era humano.



-Bueno, sí, eso es cierto, pero...-Don comienza antes de cortarlo sacudiendo la cabeza.



-Sabes, realmente no quiero hablar de eso en este momento-Me levanto del sillón para subir al regazo de Don. Mis piernas están a cada lado de él, y envuelvo mis brazos alrededor de su cuello. Le brindo una sonrisa diabólica cuando lo miro y él me mira con una sonrisa tímida.




-Hailey, ¿qué estás haciendo?- Parpadeo hacia él e inclinó un poco la cabeza.



-Shh-Presiono mi dedo contra su labio-No hables. Me preguntaba si tal vez podría ser una de tus invitadas por una noche-Mi voz es suave mientras bajo mis labios a su mejilla y beso su cuello, puedo escuchar el rugido de un gemido tratando de abrirse camino a través de su garganta, haciéndome sonreír, pero resulta que no es un gemido. Don comienza a reírse para sí mismo, haciéndome retroceder. ¿Qué diablos es tan gracioso?



-Hailey, no creo que sea una idea inteligente-Dice cuando ve mi mirada interrogativa, pero puedo ver la necesidad en sus ojos. Me río ante esto, inclinando mi cabeza otra vez para darle besos más seductores en su cuello.



Corazón Frío II | SUPERNATURAL Where stories live. Discover now