Capítulo 3. "Todo comenzó aquí"

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Una bailarina erótica cualquiera no iba a hacerle cambiar de opinión.

—Lo siento pero estoy comprometido —dijo con total seriedad.

Ahora ella tenía una expresión divertida en el rostro.

—¿Entonces...?

—No quiero que sigas con esto —explicó amablemente—. ¿Podrías quitarte de encima, por favor?

—Sólo estoy haciendo mi trabajo —se encogió de hombros—. Me pagaron por esto.

—Lo sé —suspiró—, pero no diré nada. Lo prometo.

De mala gana se quitó de encima rodando los ojos, y volvió a ponerse su ropa. No podía creer que un hombre estuviera rechazando una oportunidad así. Aunque era muy apuesto, no le sorprendía mucho que la hubiese rechazado. Él podría conseguirse a la mujer que le diera la gana.

Justin se sintió un poquito mal por ella y quiso disculparse.

—Mi intención no era ofenderte —habló con un tono de disculpa—. Es sólo que...

Rápidamente lo detuvo.

—Está bien —sonrió de costado—. Lo entiendo perfectamente. No te preocupes.

—No creas que no me pareces guapa. Lo eres pero voy a casarme.

—Hey, no debes darme explicaciones —rió en voz baja—. Al contrario, me alegra que no seas como todos los depravados que vienen aquí todas las noches.

—Claro —asintió—. Sí, bueno, ya me tengo que ir. Adiós.

—Adiós.

Salió de allí en cuestión de segundos y regresó con los demás. Vio a Levy y a Flynn sentados en una esquina cerca del escenario, se les acercó y tomó asiento. Ambos lo miraban expectantes.

—Mandaste al carajo nuestra hermosa y sexy sorpresa, ¿cierto?

—Sí —respondió simplemente. Sus amigos lo miraron con un gesto de disgusto—. Te dije que las strippers no me interesaban.

—Pero si son de buena calidad —se quejó como un niño pequeño—. Que pendejo estás, Bieber.

—No me importa, a mí no...

Sus palabras quedaron a medias cuando la música se apagó y el presentador subió al escenario.

—¡Muy buenas noches! —exclamó alegremente—. ¿Cómo se sienten hoy?

Justin miró a su alrededor y veía como todos los hombres estaban eufóricos, como si estuvieran esperando devorar un delicioso plato de carne. Desconocía por completo lo que pasaba en ese club. Era la primera vez que asistía así que no sabía qué iban a presentar. Supuso que se trataba de un show especial.

—Ahora viene lo mejor de la noche —escuchó a Levy susurrar—. Esto sí te encantará.

No pudo evitar sentirse un poquito intrigado por lo que venía a continuación.

—Oh, como me gustan esas buenas vibras —se carcajeó—. Bien, como ya saben... Hoy les traigo a una preciosidad. Digo preciosidad porque es parecida a un diamante y muchos aquí la conocen y suspiran por ella, ¿no es así?

—¡Mierda, sí! —gritó alguien entre el público de hombres—. ¡Es una puta diosa!

«Ah, se trata de otra stripper», se dijo así mismo perdiendo cualquier pizca de interés y curiosidad.

—Claro que lo es —afirmó—. Y es por eso que nuestra diosa está aquí esta noche. Porque ustedes la aman y adoran, y también la desean... Ella es electrizante, sensual, preciosa y tan adictiva como la heroína.

«Que aburrido», pensó.

—Con ustedes una diosa que bajó del Olimpo para estar presente esta noche... ¡Un fuerte aplauso para Hera!

Literalmente, el lugar explotó en gritos eufóricos y aplausos escandalosos, como si se tratara de un concierto de Michael Jackson. El ojimiel no entendía por qué se emocionaban tanto por una simple stripper.

Pero inmediatamente cambió de opinión cuando vio a una joven y hermosa chica, con un cuerpo alucinante y unos ojos verdes electrizantes. Se le erizó toda la piel. Era una belleza. Una preciosidad de mujer. Aunque había una sola cosa que lo incomodaba y era que no podía verle el rostro pese a que llevaba una máscara que le cubría todo el rostro excepto sus ojos. Sin embargo, no dudaba de que tuviera un rostro precioso. Ya no tenía que preguntar por qué todos babeaban y suspiraban por ella porque a él le estaba sucediendo lo mismo.

Y en el momento que sus miradas se cruzaron, quedó atrapado por esos hermosos ojos verdes.

—¿Señor? —logró escuchar la voz lejana que lo llamaba—. Oiga señor Bieber, reaccione.

Justin estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta que el camarero que lo atendía estaba justo frente a él.

—Lo siento, estaba distraído —se disculpó avergonzado—. ¿Qué pasa?

—Nada, yo sólo... Sólo quería preguntarle si deseaba algo más de tomar.

Suspirando, negó con la cabeza y se levantó del asiento. Dejó unos doscientos dólares sobre la mesa.

—Ya me voy —hizo una mueca—. Gracias, pase buenas noches. Ahí está su propina.

Era la quinta vez en el mes que regresaba a ese club en busca de esa chica misteriosa. Pero nunca daba con ella. No tuvo otra opción más que salir de aquel lugar sintiéndose frustrado y molesto consigo mismo. Parecía un idiota buscando a alguien que no conocía.

Y todo comenzó esa noche donde decidió acompañar a sus amigos a ese club porque se sentía cansado y estresado. El nuevo negocio, el trabajo y los preparativos de la boda lo tenían demasiado estresado. Quería tomar un respiro. Hacía más de un mes que se sentía presionado y ahogado por tanto trabajo y encima tenía que soportar a Sheryl metida en su departamento todas las tardes. Deseaba prohibirle a Nadine que la invitara pero no podía hacerlo. Su prometida necesitaba la compañía de alguien —aunque esta no fuera la mejor— porque él no podía estar todo el tiempo con ella.

Ahora tenía un problema más grande.

Un problema con un cuerpo de ensueño y ojos verdes que no lo dejaba conciliar el sueño por las noches.



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Hola preciosas🌺 ¿Cómo están? Espero que súper bien. Yo estoy algo aburrida y con calor je. Well, estuve unos días sin actualizar porque me encontraba fuera de la ciudad y por ende no podía subir capítulo peeero ya lo hice😂

En fin, ojalá les guste mucho💕 si siguen leyendo estoy segurísima de que se volverán adictas con esta historia.

No se olviden de votar y comentar para saber si les está interesando🙇🏻‍♀️ muchas gracias por leer, un beso mis niñas💋

Olive Where stories live. Discover now