6. Adiós, Alexander

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POV REINA

-Entonces -sé que si Robert Lightwood fuera mi suegro lo odiaría-, Reina, ¿a qué te dedicas?

Esto más que una comida familiar, parece un interrogatorio.

-¿Estás en la moda -no me pierdo el tono despectivo ante la palabra- como Isabelle?

Eso hace que mire con nuevo interés a mi falsa cuñada...

No, Isabelle Lightwood no puede confeccionar nada para mí. Después de hoy, no hay nada entre ningún Lightwood y yo.

No me avergüenzo ni me arrepiento de lo que soy, pero quien me quiera tendrá que querer todo de mí, no sólo a Reina, o no sólo a Magnus.

-El Arte, señor Lightwood. Me dedico al Arte.

Bailo y canto en Edom.

Él hace una cara igual o peor que la que le dedicó a su hija por la moda. -¿Qué del Arte?

-Robert, déjala respirar -su mujer se atreve a intervenir, aunque al instante parece arrepentida.

-Yo dibujo -me dice la pelirroja, la novia del rubio tonto, Trace-. ¿Qué haces tú?

-Música y danza -y no es exactamente mentira, ¿cierto?

Ya sea para parecer el novio perfecto, o porque me quiere complicar la existencia, Alexander toma mi mano y besa mis nudillos. -Es la mejor.

No puedo evitar que una sonrisa se me escape.

-Sabía que no podías ser tan perfecta -Trace vuelve a hablar-. Tus manos son grandes, no muy femeninas.

Siento que Alexander está molesto con si hermano y no debe ser muy común porque Trace se sorprende cuando Alexander le dice "Todo en Reina es correcto para ella y para mí, Jace. No tomos somos unos acomplejados, buscando perfección siempre. La perfección está en aceptarse y quererse como eres."

Oh, Alexander, esa es la razón por la que acepté salir contigo.

Si sólo pudieras decirme eso siendo Magnus, cariño, tendríamos un tal vez.

-A mí me gustan sus manos -dice Max, el hermanito de Alexander-, y sus uñas, son brillantes y largas.

Este niño me encanta. Lo más rescatable de esta familia.

Después de un largo interrogatorio, y las horas más incómodas de mi vida, donde sólo Alexander -sin saberlo- me hizo sentir mejor, los comentarios de Max, y las preguntas indiscretas e inoportunas de Sheldon sobre "¿Cómo es ser Reina?" -creo que podría invitar a Sheldon e Isabelle a la Gran Noche en Edom el próximo mes-, por fin puedo despedirme y salir de este infierno de "comida familiar".

-Mucho gusto en conocerla, Reina -Robert Lightwood me mira de arriba a abajo-, debo decir que es más de lo que esperaba de Alexander..

-Quisiera decir lo mismo, pero no puedo -y su expresión vale completamente la falta de educación.

-Eres hermosa -me dice la pelirroja, ignorando el bufido de su novio, y me da una tarjeta-, me gustaría que fueras mi modelo alguna vez.

-Claro, Galletita. Me encantaría.

Ella parece una niña emocionada. Tanto como Max cuando pregunta si puede ir a verme bailar.

-Tal vez, Max -Isabelle se apresura a responder por mí-, gracias por venir, Reina.

Es una claro "Gracias por hacer esto por mi hermano".

-Un placer -no puedo evitar sonreírle a Alexander cuando él lo hace.

Maryse me dice que soy perfecta para su hijo y espera verme pronto de nuevo.

Sheldon, no es el más inteligente, casi hace una reverencia y me dice que es un honor. No entiendo a este chico.

Alexander insiste en acompañarme. Quiero decir que no, pero aquí no podemos despedirnos.

-Muchas gracias por venir, yo quería invitarte...

-No -tengo que cerrar mis ojos para no ver su expresión-, no, Alexander. Hice lo que prometí, te ayudé, y soy feliz de haberlo hecho, pero no habrá una próxima vez. Espero que encuentres a la persona indicada para ti, cariño. No soy yo. No volveré a verte. No me busques, por favor.

-P-pero -él tartamudea, es adorable, y me rompe más el corazón-, pero c-creí que te gustaba...

-Me gustas, cielo -acaricio un lado de su rostro-, el problema no eres tú...

-¡Pero también me gustas!

Él se acerca a mí. Demasiado. Sus manos inexpertas temblando cuando se acercan a mi cintura y a mi cuello. -Me gustas -y me besa.

El beso más torpe, lento, y perfecto de mi vida.

-No, Alexander, no es así...

Afortunadamente un auto se estaciona frente a nosotros, Cat llega a salvarme.

-...tengo que irme. Suerte en tu vida, hermoso.

Cat ignora la lágrima que resbala por mi mejilla cuando subo al auto. La limpio rápidamente y, antes de que diga nada, lo hago yo: -No digas nada. Se terminó. Y avisa que Alexander Lightwood tiene prohibida la entrada a Edom y no quiero que nadie le diga nada sobre mí.

Adiós, Alexander.



CONTINUARÁ...

¿Y ahora qué pasará? 💔

Queen (Malec)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang