Prólogo

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Es un día normal y corriente: mis parpados se sienten pesados por haberme quedado en la portátil hasta tarde y no poder dormir lo suficiente.
Me incorporo para ver mi atuendo, otra vez me he dormido con jeans y mi camiseta del trabajo.

Me giro para bajar mis pies de la cama y al tratar de tocar el piso con las plantas, mi pie queda sobre el tazón de avena casi vacío que se encontraba en el suelo. He vuelto a dejar las cosas en un mal lugar.

Saco mi pie del tazón y me paro por completo de la cama, me acerco a las cortinas para correrlas y luego subir el cristal de la ventana. El vecino, el cual pasea a su perro, me saluda, por acto seguido levanto mi mano y siento como algo se dispara de mi cuerpo y luego el aire frio de la mañana colarse por mi pecho. Se ha roto un botón.

Me alejo rápidamente de la ventana sintiendo como el frio a erizado los vellos de mi cuerpo. Esto es lo peor. Al retrocedes tropiezo con el tarro de ropa sucia que se encuentra en el centro de mi habitación haciendo que diera un traspié y caiga de trasero hacia el piso. Mi mano cae sobre el tazón de avena y su contenido se vierte sobre mi mano y el suelo recién limpio.

Un día normal y corriente.

Escucho pasos en el pasillo y haciendo mi mayor esfuerzo tomo mi toalla, adentrándome al baño. Los golpes en la puerta de mi habitación no se hacen esperar y tengo que gritar para que se escuche mi voz ya que he cerrado la puerta del baño.

-Estoy en el baño

-Robin, se te hace tarde para la escuela.

-Ya voy mamá – grito un poco más fuerte para que se pueda escuchar por sobre el sonido de la regadera.

-El desayuno está listo – la escucho decir mientras me lavo el pelo – Tu padre ha dicho que tiene que hablar algo contigo después de que llegues del trabajo. Creo que te has metido en problemas.

La escucho reír mientras se aleja. Enjuago mi cabello y procedo a enjabonar mi cuerpo.

Luego de haberme vestido y colgado mi mochila en mi hombro, procedo a bajar de dos en dos las escaleras ocasionando que más de dos veces estuviera a punto de caer rodando. Mamá está en la cocina con su habitual falda de tubo y camisa blanca. Su sonrisa tan encantadora demuestra lo feliz que está el día de hoy y eso me pone feliz a mí también. Ella dice que su razón para estar así de feliz somos nosotros, su familia y eso hace que mi corazón se infle de una gran felicidad que me aterra, pero puedo tolerar.

Por mi familia puedo con cualquier cosa.  

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He vuelto y una historia más ha venido conmigo <3 

Bajo el mismo Cielo⨇ (BEMC)Where stories live. Discover now