Capítulo 6.

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En la vida de cualquier adolescente le llega su primer borrachera. Esa parte de la película donde todo se ve en cámara lenta y la gente se ve muy feliz y todo se ve asombroso, pero ¿recuerdan que en las películas al otro día solo dicen algo como "pfff mi cabeza" y listo?. PUES ESO NO PASA EN LA VIDA REAL. La resaca del otro día es la peor combinación de dolor que te puedas imaginar. Te duele la cabeza, el estómago, la garganta, no aguantas la luz, y los malditos ruidos. Definitivamente no valía la pena vivir todo eso por un par de shots. 

Mientras intentaba recuperar control de mi cuerpo e iba adaptandome a la luz del lugar,quise tomar mi celular para ver la hora, así que me estiré para tomar mi celular de la mesa que tengo junto a mi cama. Vaya sorpresa me llevé al darme cuenta que no estaba mi celular, o mi mesa. Me paré en seguida aún muy confundido y mareado por el alcohol. No reconocía donde estaba. No era la casa de Alice, ni la de Max. Era una habitación muy grande, tenía algunos posters colgados, junto lo que parecían cuadros. La habitación tenía un segundo piso e incluso un balcón. JAMÁS EN MI VIDA HABÍA ESTADO AQUÍ.  

¿Dónde diablos estoy? ¿Dónde está Max? ¿Qué pasó ayer? ¡¿DÓNDE ESTÁ MI PANTALÓN Y MI CAMISA?!

Intenté recorrer la habitación con algún tipo de foto o pista que me dijera donde estaba pero solo habían muchas cajas con el letrero de "fragil". Me llamó la atención que cerca de donde estaba se podía escuchar un sonido como el de metal golpeando. Era como el que escuchas cuando estás en un gimnasio, claro que con la resaca que tenía se escuchaba como si fueran dos camiones chocando entre sí. 

Antes que pudiera entrar al clóset, la puerta se abrió y una mujer latina de no más de unos 45 años entró. 

- ¡Oh! Joven, me alegra que ya esté despierto. El señor está haciendo haciendo ejercicio y me pidió que le trajera esto.- ¡AGUA! y también unas pastillas que me imagino eran para el dolor de cabeza. Esto era gloria. No tenía tiempo para preguntar en dónde estaba o quién era "el señor" solo necesitaba agua. - Si me lo permite, el señor no es el más paciente y lleva un buen rato esperando a que se levante. Ya pasa del medio día y no se encuentra en el mejor humor. Debería bajar lo más pronto posible. Con su permiso.- Y después de darme el susto más grande de la vida se fué. Esta señora me está diciendo que su jefe, "el señor", no es paciente y aquí estoy, en su habitación gozando como si estuviera en el Hilton. 

Me moví lo más rápido que mi alcoholizado cuerpo me lo permitía. Tenía que encontrar mi ropa y escapar, no vaya a ser que que se desespere el "señor". Para darle un poco más de suspenso a la situación las pesas ya no se movían, lo que significaba que podía llegar en cualquier momento. No podía solo dejar que me matará sin dar pelea. Tomé uno de mis zapatos y me puse a lado de la puerta dispuesto a luchar contra quien fuera que apareciera. 

Si mi corazón no se salía de mi pecho de lo rápido que latía por el miedo, mi estómago iba a hacerlo por todo el alcohol. Se escuchó como la puerta abría y después todo pasó en cámara lenta; esta figura masculina entrando a la habitación, yo apretando el zapato con toda la fuerza que tenía, y como sentía el zapato golpeándolo justo en lo que creo era su cara mientras que cerraba mis ojos por el miedo de ver al Chapo frente a mi.

- ¡PUTA MADRE! ¡¿Qué estás haciendo?!.- Entonces al escuchar esa voz pude notar que, "el señor", el dueño de la casa, y la razón por la que estaba en ropa interior era nada más y nada menos que Alexander Rollerside.

 -¡¿Alexander?!- Nada tenía sentido, estaba muy confundido.

- ¡¿Después de que salvo, me golpeas con un estúpido zapato?!- 

-¡¿DE QUE ESTAS HABl....- Antes que pudiera exigir a todas las dudas que cruzaban por mi cabeza me di cuenta de un pequeño detalle, Alexander también estaba en ropa interior. Sentí como mi mejillas se enrojecían y en seguida quité la mirada.- ... ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué pasó ayer?.- Dije concentrado en no voltear a verlo en bóxer o s su abdomen bien marcado o a su muy pequeña trusa Calvin Klein.

-Ayer se estaba acabando el hielo de la fiesta y  conozco a alguien por aquí que me lo regala, cuando iba de salida de recoger el hielo , me di cuenta de unos pobres diablos muy borrachos haciendo el ridículo, pero me di cuenta que eras el amigo de Max. Le di un golpe al otro idiota que cayó en el suelo, balbuceaste algo y te subí a mi coche. - 

-¿Y como es que terminé desnudo?.- Alexander ni siquiera me volteaba a ver. Entró a su clóset y  sacó un short deportivo y una playera delgada. 

- No te emociones en absoluto, maricón. Te subí por la entrada de la piscina y de camino hacia acá vomitaste sobre tu ropa, así que no iba a dejar apestar algo así en mi cama. Intente buscar a Max o a tu otra amiga pero ya se habían ido. Vaya amigos los tuyos.- De todo lo que me dijo lo que más  me sorprendió era como si se sabía el nombre de Maximiliano y además se refería a el como Max, como si fueran amigos de toda la vida. PERO NO SE SABÍA MI PUTO NOMBRE. 

- ¿No dormiste en tu cama?.- 

- Nah. Acompañé a una de las porristas a su casa y me quedé ahí.- 

- ¿Por que le dices "Max"? ¿Se conocen de algún lado? ¿Llevamos dos meses  sentándonos en el mismo lugar y no te sabes mi puto nombre?-  Además de todo Max y el no habían convivido nada desde que iniciaron las clases.

- Eso a ti no te importa. Y  si me se tu nombre Sebastián, perdón, Samuel.-  Sin razón alguna decidió cambiarse la playera por una lycra deportiva más ajustada y sin darme cuenta me le quedé viendo nada discreto. 

- Dude, ayer dijiste un par de cosas mientras estabas ebrio y mencionaste que te gustaba. No soy maricón y la verdad no me siento cómodo con que estés cerca de mi, así que intenta evitarme, ¿vale?. No quiero que piensen algo en la escuela.- Me había tomado por sorpresa el comentario de Alexander. No recordaba nada lo que decía. ¿Me le declaré en serio?

- ¿Entonces tienes novia o algo así?.-

- Jajaja, no captas que a ti mi vida no te importa. Supéralo, no eres tu.- Lo dijo una forma como de enojo, como si estuviera frustrado al respecto, pero la verdad no me sorprende esto de un hombre heterosexual. 

No tenía nada que hacer en esa casa. Tomé mi ropa vomitada o no y me fui. No le voy a iba a dar más importancia a un hetero homofóbico. 

Al salir de la mansión Rollerside, tomé un Uber hacía mi casa y me puse a recordar en como hace muchos años me había pasado algo similar con un hetero. Era la primera vez que me sentía "enamorado". Tenía unos 16 e iba conmigo en piano. Al poco tiempo nos habíamos hecho muy buenos amigos. Me acuerdo que me había quedado toda una noche practicando con mi almohada mi primer beso, todas las "mariposas", la "emoción. Claro que el no sentía lo mismo por mí, y cuando intenté besarlo me dio un golpe muy fuerte, el cual mi mamá solo piensa fue un accidente. 

Los heteros no saben lo que llegamos a pasar. Claro, a todos nos han rechazado alguna vez, pero cuando te rechazan y te tratan como si fueras un completo raro. Como si solo por el hecho de ser quien eres, cambiarás por completo. No decidimos de quien nos enamoramos, y lo peor que le puede pasar a un homosexual es enamorarte de un hetero. Tienes que tragarte todo lo que sientes y  vivir con el miedo de que si se entera lo que sientes, jamás vuelva a ser como antes. 

(...)

Al llegar a casa me puse pensar en  todo lo que los de la comunidad tenemos que pasar, solo por el hecho de amar a alguien diferente, tienes que esconderte, tienes que quedarte con las ganas de poder invitar a ala persona que amas al baile de la escuela o a tu casa a cenar, tienes que quedarte con las ganas de hablarle a alguien por que no sabes como reaccionara. Pero nada es más difícil que no poder ser tu mismo en TU PROPIO HOGAR. El tener que fingir que algún día la novia o novio que tus papás esperan llegará, el que no puedas pedirles un consejo de amor, el que no puedas llorar con ellos cuando lo necesites.

La verdad no se lo he podido decir a mi mamá, no por miedo, si no por que en realidad no se como va a reaccionar. No se si piense que había cambiado. Desde que papá se había ido siempre me recalcaba que el único hombre en su vida siempre iba a ser yo. ¿Qué tal si eso cambiaba?

-¿¡Samuel?! ¿¡DIOS PORQUE NO LLEGASTE AYER?! ¿¡NI SIQUIERA FUISTE A LA ACADEMIA?!.- Mi mamá al escucharme abrir la puerta bajó como una ráfaga para recibirme. No podía hablar, mi mente era un caos. Pero es que... ya no quiero guardarme más las cosas, quiero decirle a mi mamá que estoy mal.- ¿Samuel?, ¿qué pasa?, ¿por qué no me contestas? ¿Todo bien? ¡Hijo! - Quiero decirle lo que pasó con Alexander, quiero que sepa que me trató mal, quiero decirle que...

- Mamá, soy gay.

Bad Romance [Gay]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin