Parte única

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Jimin y Jungkook amaban los abrazos por la espalda. Si tuvieran que exponer sus razones de por qué estos eran por mucho sus favoritos, sería imposible para ambos no perderse en sus recuerdos, evocando con nostalgia cada paso en su relación.

Jungkook había escapado un poco al principio. Frente a las cámaras, el maknae gastaría bromas y huiría de él como si tuviese la peste. Cuando los reflectores se apagaban, en cambio, volvería a ser el niño tímido que se dejaba guiar por sus hyungs porque eran ellos los únicos en quien confiaba. Jimin creyó que sería cosa de tiempo para que Jungkook se adaptara a la atención de terceros y, aunque sus suposiciones fueron más que acertadas, no pudo evitar sorprenderse un poco cuando por primera vez aquel joven deslizó sus manos por su torso, desde atrás, comenzando a moverse con él lentamente al ritmo de una canción.

Jimin luchó contra su sonrisa, fingiendo poner atención a la música, mas ni siquiera disimuló cuando en medio de ese suave vaivén se recostó contra el pecho de su dongsaeng, amando el nada sutil avance entre los dos.

Jungkook, aunque no lo dijera en voz alta, amaba la atención de Jimin. Desde un inicio él se había sentido tranquilo cuando al sentarse junto a su hyung, sus cuerpos habían rozado ante la falta de espacio. Jimin siempre subiría su mano hasta la cabeza del más pequeño, acariciando sus cabellos con excesiva dulzura. Éste amaría los toques que, a pesar de hacer latir su corazón con más rapidez de lo habitual, no podían llenarlo más de dicha. Era el más joven, de quien todos querían cuidar, y si ser consentido era sinónimo de sentarse en las piernas de Park para que éste lo abrazara desde atrás sin inhibiciones, entonces él aceptaría todo lo que le quisieran dar.

Jungkook había amado ser el niño mimado de todos, especialmente si se trataba de Jimin. Sin embargo, cuando su altura superó a la del mayor y sus brazos también se volvieron más fuertes, estuvo seguro de que la calma que él había sentido siempre en sus brazos, ahora también la podría compartir. Y no dudó ni un minuto en abrazar al esbelto bailarín cada vez que la situación lo ameritaba y hasta cuando no.

Hubo veces en las que Jimin estuvo frustrado y exhausto debido a que las cosas no salían como deseaba, y Jungkook lo abrazó una infinidad de veces por la espalda recordándole que siempre estaría ahí, justo detrás de él, sosteniéndolo cuando sus hombros no resistieran el peso de esa vida. Cuando los tiempos se volvían difíciles y sus pensamientos eran turbulentos, Jungkook lo había sostenido contra su pecho mientras lanzaba muy lejos sus propios malestares. No eran los brazos de Jungkook los que se sentían fuertes entonces; era su corazón. Porque Jungkook, a pesar de ser el más joven, jamás se mostró cansado, herido, ni mucho menos se quejó. Siendo alguien que sólo deseaba verlos bien, Jimin aceptó su tierno consuelo a sabiendas de que el mañana sería mejor.

Y los abrazos siguieron por mucho tiempo más. Los malos tiempos fueron superados, trayendo consigo momentos mejores. La tristeza había sido desplazada por abrazos llenos de amor en momentos de simple querer. Las personas parecían encontrar dulce la manera en que Jungkook siempre iba tras de Jimin en busca de abrazos mientras éste intentaba controlar su expresión, ignorando las juguetonas manos que presionaban con fuerza o se deslizaban sobre sus ropas. Mas el corazón del menor se derretiría cuando, ignorando los centímetros de diferencia, era Jimin quien se paraba en puntillas para descansar su barbilla en su hombro, abrazándole con tanto cariño que sólo deseaba quedarse así para siempre.

Después de todo, aunque él se había convertido en la fuerza de Jimin, jamás olvidaría que antes de eso siempre fue el mayor quien primero estuvo para él.

―Hobi hyung, Jimin hyung, ¿puedo dormir esta noche aquí? ―Preguntó Jungkook mientras asomaba su cabeza por la puerta de los bailarines.

Hoseok, que terminaba de secar su cabello tras una ducha, miró de reojo a Jimin que finalmente había despegado su mirada de la pantalla de su celular. Compartieron una mirada, encontrando graciosa y excesivamente tierna la pregunta de Jungkook siendo que dormir con ellos se había convertido en una costumbre. El mayor asintió, poco preocupándole que sus dos amigos no pudieran despegarse el uno del otro por demasiado tiempo, y el castaño enseñó una sonrisa dental antes de correr a la cama del rubio, metiéndose bajo las cobijas.

Naabot mo na ang dulo ng mga na-publish na parte.

⏰ Huling update: Apr 28, 2018 ⏰

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