Capítulo 16.

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Narrador en tercera persona:

In Lauren había llegado a las once y diez de la noche a la casa, luego de haber caminamos desde el zócalo hasta su morada, pero algo la tenía preocupada.

Sus dos hijos no aparecieron en lo que va de la noche, no se le hizo raro y lo asoció a que ya había llegado a la casa, puesto que Aerin y Noah tenían las llaves de la casa, y la casa estaba a oscuras, por lo que también lo asoció a que ya estaban dormidos sus hijos.

- ¡Aerin! ¡Noah! ¡Ya llegué!

Gritó con preocupación la joven madre, pero no recibió respuesta alguna.

Debido a aquello, subió rápido para mirar de que sus chicos estaban dormidos, y subió por las escaleras rumbo a sus habitaciones.

- ¡Aerin! ¡Noah! ¡Dios no!

Las camas de ambos niños estaban vacías y sin ninguna arruga mostraban sus colchas. Notó desde la ventana abierta que había una gran luz roja encima de toda una montaña que se encontraba a las afueras de Seúl, pero solamente era un volcán que, según las creencias, pensaba la gente que al echar fumarolas el volcán, significaba que algo malo pasaría, y porque también, en su enfrentamiento contra el chico sin ojos, hace ya más de veinte años, el volcán también sacó fumarolas.

- ¡No otra vez!

Miró por unos segundos más hacia la montaña, y echó carrera hacia la salida de la casa. Cerró todo, como de costumbre, cerró con llave y caminó hacia la casa de los Zuckerman.

Narra Noah:

Caminé hacia la casa de Jack, pero en su lugar ya no había una casa, ahora había solamente una puerta, que conducía a un jardín pequeño, y a unos metros había una pared de piedras, que contenía una puerta de madera.

Me armé de valor con la resortera, y entré al jardín para ingresar a la pared. Interminablemente caí al cruzar la puerta, literalmente, hasta que choqué contra el suelo, unos cinco metros fueron suficientes para que me dolieran hasta los dientes, me levanté.

Estaba dentro de lo que parecía ser un sótano, no veía nada, pero una luz se encendió justo encima de mi cabeza, al final a mi alrededor, me percaté de que se trataba de una especie de cuartel militar subterráneo, y al final del cuarto, vacío, por cierto, estaban unas escaleras, de las que pensé que conducían a la casa de Jack, pero no quise adentrarme más.

En la esquina que está al fondo del cuarto, se encendió un círculo de fuego, quien me llamó la atención y volteé. Dentro del mismo, se encontraba Keith, inconsciente.

De la misma manera, prendió otro círculo de fuego justo en la esquina contraria, pero de la misma pared. Ahora en su lugar, estaba Taehyung, con sus ojos cerrados y de la misma manera que Keith.


- ¡Buenas! Mis queridos invitados.

Dijo una voz profunda detrás de nosotros. Gracias a la luz que generaban los círculos y la luz de medio, pude percatarme de que un gato estaba bajando las escaleras, con su pelaje gris, y sus cuencas vacías y negras. Él era quien habló.

Con sus uñas, estaba jalando una cuerda, y en esa cuerda se encontraba amarrada Aerin, igual que mis amigos.

-Muy pronto tu alma me dará poder absoluto, y vida eterna.

Empezó a reír diabólicamente el gato. La colocó en la contra esquina de donde está Keith, a unos metros de mí. Y Aerin despertó.

- ¡Y a ti! – señaló el gato - ¡Ya no te necesito matar para completar mi rito!

El gato volvió a reír, pero mucho más fuerte que antes, mientras Aerin trataba de zafarse del agarre que la mantenía cautiva. 

La Leyenda de Eyeless JackWhere stories live. Discover now