7.- Feliz.

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Luhan abrió con lentitud los ojos al sentir como unos suaves dedos pasaban por su cabello una y otra vez, acariciándoselo.

-Hmg…-en cuanto pudo acostumbrarse a la luz los terminó por abrir, observando la silueta de Sehun bañada por el Sol, se veía terriblemente hermoso.-¿Sehun..?

-Él mismo. Desperté aquí así que seguramente me hayas traído desde el observatorio, lo siento...debiste de cansarte mucho.

Luhan sonrió y rápidamente se abalanzó sobre él para abrazarle con fuerza. El calor que desprendía su cuerpo era notablemente cálido, sumándole a aquello un aroma que embriagaba los sentidos, siendo bastante distinto al anterior que este tenía.

-Eres un idiota, Sehun.

-Lo sé, pero me quieres.

En cuanto Sehun dijo aquellas palabras Luhan  se apartó suavemente sin dejar de rodear su cuerpo para poder mirarle a los ojos. Entonces la sonrisa de felicidad que había adoptado momentos antes se tornó en una llena de cariño.

-Muchísimo.-respondió, y casi con necesidad acercó sus labios a los ajenos, pero antes de que estos se tocaran se paró en seco recordando lo que había pasado en el observatorio el día anterior. Sehun pareció entender porque hacía eso, de todos modos rio, él no parecía estar preocupado.

-No pasa nada, Lu, todo está bien, vuelvo a ser un humano, mira…-cogió una de las manos del pequeño y la llevó a su propio pecho. Luhan abrió sorprendido los ojos, podía notar perfectamente en esta los latidos veloces e intensos de Sehun.-vuelvo a ser humano, y es todo gracias a ti.

Y sin poder esperarlo mucho más y lleno de felicidad al igual que el joven de ojos oscuros, se lanzó a besar sus labios. Fue una sensación muchísimo más distinta que aquel día en el callejón oscuro, una sensación llena de calor y cariño humano, llena de necesidad. Sus labios encajaban a la perfección como dos piezas únicas de un puzzle, pareciendo que ambos estaban hechos el uno al otro, desde ese instante sabría que no podría vivir sin besarlos una y otra vez, sin no poder probar aquel sabor que llenaba su interior de una manera veloz y constante. No podría vivir sin Sehun.

Las manos de este comenzaron a resbalar por el lateral de su cuerpo hasta quedar ancladas en su cintura, donde con lentitud y cuidado agarraron el final de la camiseta de Luhan para comenzar a subírsela y dejarle el pecho al desnudo. Entonces su boca fue bajando por su cuello, sus clavículas, hasta llegar a su abdomen donde empezó a repartir pequeños besos por este. Luhan sintió un terrible ardor en sus mejillas, pero le daba totalmente igual sonrojarse, estaba feliz. Tanto era así que apenas se percató que Sehun le había dejado de besar para llevar la boca a su oído.

-Todo está bien, pequeño, con calma, ¿sí?-su voz sonaba dulce y casi con un ligero tono a preocupación por lo que Luhan pudiese estar pensando de aquella situación, pero este asintió levemente sin dejar de sonreír como un estúpido enamorado.

-Hazlo Sehun…hazlo y convirtámonos en una sola persona. Desde este momento…-tomo aire profundamente en cuanto una de las manos del joven de pelo negro comenzó a bajarle la cremallera del pantalón, quitándoselo segundos después.-desde este momento estaremos juntos para siempre.

-Para siempre, pequeño.-y sus labios volvieron a besarse en un apasionado beso. Los chasquidos que producía la humedad de este al hacer uso de las lenguas resonaban por toda la habitación mientras ahora era Sehun quien se desprendía de su camiseta y su pantalón. Él también parecía nervioso, pero al igual que Luhan estaba feliz, así que sin esperarlo mucho más se bajó el bóxer para tirarlo al suelo haciendo lo mismo con el del más pequeño. Ahora ambos se encontraban totalmente desnudos y respirando uno encima del otro, haciendo que lo único que se pudiese oír en la habitación fuera el sonido a humedad que producía el beso, sus respiraciones agitadas, y los latidos desenfrenados de su corazón.

Éxtasis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora