4.- Protegido.

3K 314 19
                                    

-Luhan, llevo días sin verte, ¿dónde demonios estás?, me tienes preocupado.

-Perdona Baek…he estado algo resfriado, debería haberte avisado, lo siento.

Se oyó una pequeña risa por la línea contraria, estaba claro que Baekhyun no se había enfadado.

-Nada…no te preocupes, Chino idiota…¿y ya estás mejor?, te has perdido bastantes clases, ¿podrás con ellas?

Entonces Luhan se acordó del trabajo de pintura en el que le había ayudado Sehun, debería haberlo entregado pero ni si quiera lo había cogido del coche de este.

-Mierda…el cuadro.

-¿El cuadro?, pero si Sehun se lo entregó al profesor, ¡ah!, no pude sacarle fotos, no estuvo en el partido, supongo que tendría otras cosas más importantes que hacer.

Sonrió por las palabras de Baekhyun, acordándose de aquel día. No habían hecho mucho, Sehun le había enseñado varias teorías sobre los agujeros negros, (cosa que Luhan desconocía.) Después se habían quedado a ver las estrellas, pero una tormenta repentina les hizo volver al coche, terminando por resfriarse. Claramente Sehun pareció salir ileso.

-No te preocupes Bibi, y dile que gracias de mi parte.

-¿Hoy tampoco sales?

-No, y tú no deberías, es miércoles, hay cosas que hacer.

Un gruñido de resignación se escuchó por la línea, esto hizo sonreír a Luhan. Baekhyun tenía mucha suerte de tener memoria fotográfica, pues estudiar cinco temas un día antes y sacar de media nueve en los exámenes no lo hacían todos.

-Está bien, está bien…entonces espero verte mañana, ¿eh?, mejorate, anda.

-Gracias Bibi, sobrevive.-y tras sonreír nuevamente colgó, dejando el móvil en la mesilla, teniendo que apartar antes varios clínex. Es cierto que se encontraba mucho mejor, pero hoy le apetecía quedarse en casa, y siendo un alumno diez no le importaba perder tres días de clase, los recuperaría pronto. Dejo escapar un profundo suspiro, y enrollándose entre sus mantas, (pese al calor que hacía), cerró los ojos. No sabía si le gustaba o no, pero su mente solo tenía cabida para Sehun, tanto era así que le echaba enormemente de menos.

Habría seguido inmerso en sus pensamientos, pero entonces alguien golpeó la puerta de su habitación, era su madre.

-Cariño, un amigo tuyo muy guapo ha venido a traerte un libro, y levántate al menos, a mi no me engañas, se estás totalmente recuperado.

¿Un amigo?, pensó Luhan haciendo caso omiso al inteligente y cierto comentario de su madre. Observó como esta se marchaba por el pasillo, y para su sorpresa, como detrás aparecía Sehun. Este vestía una ajustada camiseta negra y unas bermudas vaqueras, sus ojos estaban tapados por sus gafas negras de Sol y su piel seguía siendo de un perfecto color blanco.

-¿Sehun?, ¿qué haces aquí?-preguntó teniendo que reincorporarse, entonces se dio cuenta de que su aspecto debería ser pésimo, cosa que le dio bastante vergüenza, además de que su habitación estaba hecha un verdadero desastre. De seguro que Sehun tenía una inmensa y lujosa, mientras que la suya estaba llena de papeles arrugados y ropa tirada por el suelo.

-¿No has oído a tu madre?, vengo a traerte un libro, no creo que apruebes literatura sin él.

Luhan cogió el libro que Sehun le tendió.

-“El príncipe feliz.”-susurró. Recordó haber leído este libro de pequeño, pero con veinte páginas y todas ellas llenas de dibujos.

-Exacto, un buen libro, sí señor.-respondió Sehun, cogiendo varios papeles del suelo para mirarlos con curiosidad.-Oscar Wilde…la verdad es que era un hombre de palabra, aunque a ver quién se atrevía a replicarle.

Éxtasis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora